La gran cantidad de lectores que consultaron el extenso artículo (14 carillas) sobre Magnicidios en Argentina nos lleva a pensar que Alternative convoca a personas que buscan una información más extensa y detallada. Para ellos hemos recopilado los numerosos homicidios y atentados ocurridos en los últimos años, especialmente desde el ascenso al poder de Vladimir Putin, contra enemigos y adversarios del Kremlin. Esperamos que disfruten de este artículo.
UNA CRUEL TRADICIÓN
La Federación de Rusia, en los últimos tiempos parece estar viviendo un sangriento remake de la saga de “El Padrino”. Infartos sospechosos, banqueros que se arrojan por las ventanas o se caen por la borda de sus yates en un mar helado, periodistas que vuelan en pedazos por bombas “lapas” adheridas a sus automóviles. Poderoso financistas rusos y sus familias que son masacrados a tiros y puñaladas, tanto en su país y como en sus refugios del extranjero.
A este caleidoscopio de muertes dudosas de hombres poderosos del sector financiero y energético se suma el deceso de cuatro condecorados generales rusos desde comienzos de la invasión a Ucrania y algunos años antes los envenenamientos de opositores y desertores de los servicios de inteligencia con el letal “Novichok”.
Resulta imposible no conectar estos crímenes con la tradición rusa de eliminar con el veneno, el puñal y el pistoletazo en la nuca a rivales y opositores. Al mejor estilo de Iván IV, el Terrible (1530 – 1584), cuando perseguía con la “Oprichina” a los clanes boyardos rebeldes o de los infames “Juicios de Moscú” (1936 – 1938) montados por Iósif Stalin (1878 – 1953) contra trotkiztas y miembros de la “oposición de izquierda” y como preludio de la “Gran Purga” llevada a cargo por la NKVD bajo sus expresas directivas.
Si alguien cree que esta interpretación es exagerada aquí están los hechos concretos para confirmala.
El 26 de abril de 1994, por ejemplo, fue asesinado de un disparo de fusil en la puerta de su casa el diputado Andréi Aizderdzis perteneciente al Partido Liberal Democrático, fundado por el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, en ese entonces el partido opositor con mayor número de diputados en la Duma. Las autoridades responsabilizaron por el crimen a Dmitriv Majnenko que huyó, pero pudo ser capturado, juzgado y condenado a prisión.
Unos meses más tarde, el 1° de noviembre de 1994, fue asesinado a golpes en su casa de Moscú, el diputado comunista Valentín Martemiánov. No se encontró al culpable.
El 2 de febrero de 1995 fue asesinado en la ciudad de Zaraisk, en la región de Moscú, el diputado Serguei Skórochin también del Partido Liberal Democrático. Tampoco en este caso se identificó al homicida.
El 26 de noviembre de 1995, un custodio en estado de ebriedad asesinó en la ciudad de Petrousk-Zabaikalski, en la región de Chita, al diputado Serguei Markidónov, del Partido Estabilidad. Muy oportunamente el homicida se suicidó.
El 3 de diciembre de 1996 fue secuestrado y asesinado en la ciudad de Starovelichkóskaya, en la región de Krasnodar, Yuri Poliakov, diputado perteneciente al partido izquierdista Narodovlastie (Poder Popular). Los autores del crimen nunca fueron hallados.
El 1° de julio de 1998, Vladimir Putin se convirtió en director del Servicio Federal de Seguridad -FSB- (Federalnaya Stuzhaba Bezopasnosti), el organismo encargado de la inteligencia interna y la contrainteligencia. Fue el paso previo a su encumbramiento como primer ministro y luego como presidente de Rusia. Desde ese mismo momento los asesinatos de opositores se incrementaron.
El 3 de julio de 1998, en su domicilio de la aldea de Kótovo, en la región de Moscú, murió en extrañas circunstancias el diputado y coronel Lev Rojin, antiguo jefe de las tropas rusas en la Guerra de Chechenia y líder de un movimiento político denominado: “En Apoyo al Ejército”. Su pistola fue hallada junto al cuerpo. La teoría del suicidio siguió hasta la detención y procesamiento de su esposa Tamara, quien fue condenada a siete años de cárcel.
El 21 de agosto de 2002, fue asesinado de dos disparos en la cabeza mientras paseaba su perro en compañía de dos custodios, el diputado y copresidente del desaparecido partido “Rusia Liberal”, fundado por el empresario Boris Berezovski, Vladimir Golovliov. Dos meses antes, el diputado Golovliov había escapado a un intento de asesinato gracias a la defensa de su perro, en esta ocasión no tuvo tanta suerte. El asesino nunca fue identificado.
Valentín Tsvetkov, gobernador de Magadan, en el Extremo Oriente ruso, encontró la muerte el 18 octubre del 2002. Recibió un certero disparo en la cabeza, en la muy transitada calle Novi Arbat del centro de Moscú. El organizador del asesinato, Martin Babakejián, que había cobrado cien mil dólares para cumplir su objetivo, se escondió en España hasta su detención en Marbella en el 2006. Dos años después, un tribunal de Moscú lo sentenció a 19 años de cárcel.
El diputado Serguéi Yushenkov, de 52 años, perteneciente al partido Rusia Liberal fue asesinado, el 17 de abril de 2003, de varios disparos en el pecho, al lado del edificio en el que vivía en Moscú. La pistola empleada por el asesino se encontró junto a su cuerpo. El diputado liberal era conocido por su oposición a la guerra de Chechenia
El diputado de la Duna y periodista del periódico opositor Nóvaya Gazeta, Yuri Shchekochijin, quien había escrito sobre crimen organizado y corrupción, murió el 3 de julio del 2003, según sus compañeros envenenado con talio. La investigación finalizó en el 2009, sin resultados.
Paul Klébnikov, era un periodista estadounidense de ascendencia rusa que se desempeñaba como editor de la edición rusa de la revista Forbes cuando el 9 julio del 2004 fue abatido a las puertas de su oficina por varios pistoleros, que le dispararon desde un coche. En ese entonces, fue el undécimo periodista muerto durante la era Putin, según el Comité para la Protección de los Periodistas. En el año 2006 los fiscales acusaron de organizar el asesinato a Jozh-Ajmed Nujáyev, uno de los líderes de la mafia chechena sobre quien Klébnikov había escrito. La investigación se reabrió en el 2009, pero hasta ahora no ha dado resultados.
En octubre de 2004, el líder opositor ucraniano prooccidental Viktor Yushchenko, de cincuenta años, pidió una “investigación seria” sobre el envenenamiento que le desfiguró el rostro y casi termina con su vida. Yushchenko dijo estar “muy contento de estar vivo” en declaraciones desde Viena, donde los médicos dijeron que la enfermedad que alteró su rostro antes de las elecciones presidenciales fue causada por una toxina.
Los médicos afirmaron que fue víctima en septiembre de un envenenamiento con dioxina y que esta toxina probablemente fue administrada “por vía oral (…) por terceros”. En esos momentos entre Europa y Rusia existía una pugna sobre las influencias que podía sufrir Ucrania, país que en el pasado ha servido de puente entre Moscú y Occidente.
El presidente Leonid Kuchma, quien apoyaba a su rival Yanukovich, tampoco hizo comentario alguno sobre el informe de los médicos austríacos. Pese al silencio oficial sobre el envenenamiento del líder opositor, “Todo el mundo sabía que Yushchenko había sido envenenado”.
La dioxina empleada para envenenar a Yushchenko es una sustancia que, según los expertos en toxicología, puede tener efectos múltiples a largo plazo sobre la salud humana. El cloracné, una enfermedad de la piel es el síntoma más frecuente de la TCDD (tetraclorodibenzo-p-dioxina), la molécula más tóxica de todas, y la toxicidad del resto de dioxinas se mide comparativamente con la de la TCDD. Pero las dioxinas también pueden provocar varias enfermedades crónicas, incluyendo cardiovasculares y degeneración hepática.
La dioxina se acumula en los tejidos grasos de los seres vivos y todos los estudios realizados con animales revelaron que es cancerígena. Es una sustancia muy poderosa y de efecto residual a largo plazo. Para que el organismo elimine la mitad de la dioxina ingerida se necesitan al menos siete años. Los investigadores todavía están tratando de determinar si la dioxina también está asociada en el hombre a problemas reproductivos y deficiencias del sistema inmunológico.
La dioxina pertenece a una familia de sustancias químicas de propiedades y toxicidad similares. Existen setenta y cinco tipos diferentes de dioxinas o dibenzodioxinas policloradas, 135 furanos o dibenzofuranos policlorados y 209 bifenilos policlorados.
Los responsables del ataque contra Yushchenko habrían intentado sacarlo de la carrera electoral. Las toxinas que utilizaron fueron las sustancias cancerígenas del tipo TCDD, informó la clínica donde fue tratado. El cuadro clínico del político no solo llenó su rostro de marcas y pústulas y le ensanchó las facciones, sino que le generó úlceras y gastritis, entre otros males.
El fiscal general de Ucrania informó en el 2006 que la dioxina con la que fue envenenado Yuschenko fue producida en Rusia o EE. UU, debido a la complejidad de la sustancia.
El político ucraniano se salvó de la muerte, pero especialistas austriacos que lo trataron en diciembre del 2004 coincidieron en que una dosis mayor habría sido mortal. Yuschenko habría ingerido la toxina durante el transcurso de una comida con altos funcionarios de los servicios secretos ucranianos, “herederos del KGB soviético”.
Los médicos austriacos que lo trataron precisaron que en las muestras sanguíneas del político se encontró “una cantidad al menos mil veces mayor a la concentración normal en la sangre” de la sustancia cancerígena.
Finalmente, Yuschenko ganó la Presidencia y gobernó Ucrania hasta el 2010. Desde el 2005 empezó a recibir tratamiento contra el envenenamiento.
La siguiente víctima célebre de asesinato en Rusia fue el banquero Andréi Kozlov. La fama de Andréi Kozlov se debió a la creación de un sistema de seguro de depósitos y fundó la Agencia de Seguro de Depósitos para restaurar la fe del público en el sistema bancario después de la crisis financiera de 1998. Kozlov impidió que otros bancos siguieran operando, negándoles el acceso al sistema de seguro de depósitos. Como jefe de supervisión bancaria, Kozlov retiró las licencias de los bancos sospechosos de lavado de dinero y otros delitos. En 2004, Kozlov tomó el control de Sodbiznesbank, acusando al banco de participar en el lavado de dinero del rescate de la toma de rehenes. En 2006 revocó la licencia del Neftyanoi Bank.
En 2005, el diario financiero ruso Kommersant informó que Kozlov es “valorado como un profesional de primera línea. También se le da el crédito debido como uno de los que iniciaron la formación del mercado de valores en Rusia”. Después de su muerte, Kommersant reconoció a Kozlov por combatir los “esquemas grises”, prácticas de importación ilegal que minimizan los aranceles aduaneros y los pagos del impuesto al valor agregado.
El 8 de septiembre de 2006, el viernes antes de su asesinato, Kozlov pronunció un discurso en una conferencia bancaria en Sochi, diciendo: “Aquellos que han sido descubiertos lavando dinero delictivo probablemente deberían tener prohibido permanecer en la profesión bancaria de por vida. Esas personas deshonran al sistema bancario”.
Raiffeisen Zentralbank en Austria y Diskont Bank en Rusia han sido acusados de lavado de dinero. En septiembre de 2006, Andrey Kozlov revocó la licencia de Diskont. Días después fue asesinado.
El 14 de septiembre, Kozlov estaba cerca del polideportivo Spartk con su conductor, Alexander Semyonov, cuando les dispararon. Semyonov murió en el lugar y Kozlov murió después de que los médicos realizaron una cirugía de emergencia sin éxito. Posteriormente, la policía encontró armas que sospechaba que se usaron en los ataques: una “pistola hecha a mano y una pistola Baikal modificada … en la hierba alta a trescientos metros del lugar del incidente”.
En el 2008. un antiguo banquero, Alexéi Frenkel, fue sentenciado a diecinueve años de cárcel por organizar el asesinato de Kozlov después de que su banco, VIP-Bank, perdiera la licencia.
También la periodista Anna Politkóvskaya cayó bajo las balas de los sicarios supuestamente vinculados con el Kremlin. Politkóvskaya alcanzó gran popularidad por sus denuncias sobre los abusos cometidos por las fuerzas rusas en la Segunda Guerra de Chechenia. En 2004, Politkóvskaya sobrevivió a un intento de envenenamiento en Brelan con un tóxico vertido en su té.
El 7 de octubre de 2006 un asesino le disparo cinco veces cuando esperaba el ascensor en el edificio de apartamentos donde vivía. Uno de los proyectiles impactó en la nuca de la periodista. En junio de 2014, dos acusados Lom-Aligaitukáyev y Ruslan Majmúdov, fueron condenados por asesinato a cadena perpetua. Pero no se avanzó sobre quienes contrataron a los sicarios y porque lo hicieron.
En 2006, Putin firmó una ley que legalizaba los asesinatos selectivos en el extranjero, el mismo año en que un equipo de asesinos rusos utilizó un isótopo radiactivo para asesinar a Aleksander V. Litvinenko, en Londres.
Alexander Litvinenko era un antiguo agente del KGB soviético. En noviembre de 1998, él y otros oficiales del Servicio Federal de Seguridad (FSB) acusaron a sus superiores de asesinar a un magnate ruso.
Litvinenko fue arrestado en Moscú, aunque finalmente los cargos fueron desestimados en el año 2000. A Litvinenko se le concedió asilo en Londres, donde escribió dos libros en los que acusaba a Putin de organizar un atentado terrorista relacionado con su ascenso al poder y ordenar el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya.
Finalmente, Alexander Litvinenko fue envenenado en 2006, en el hotel Milenium de Londres, después de beber una taza de té, que contenía polonio radiactivo, que le habían ofrecido dos ciudadanos rusos.
Litvinenko terminó muriendo, tras veintitrés días de cruel agonía, en los que sus órganos se fueron destruyendo poco a poco. El caso se transformó en un escándalo internacional. Una investigación de las autoridades británicas determinó que el antiguo agente ruso de inteligencia había ingerido polonio 210 y que su muerte probablemente fue ordenada de manera directa por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aunque él siempre lo ha negado.
El 19 de enero de 2009, Anastasia Babúrova periodista de los diarios Izvestia, Financial News y Nóvaya Gazeta fue asesinada de un disparo en la nuca junto al abogado defensor de los derechos humanos Stanislav Markélov. Babúrova había investigado la actividad de los grupos neonazis en Rusia y era una conocida militante ecologista y anarquista.
En noviembre de 2009, la justicia rusa condenó a Nikita Tijonov, de 29 años, a cadena perpetua y a su novia Yevguenia Janis, de 24, a dieciocho años de prisión por los asesinatos de Barbúrova y Markélov.
Una estrecha colaboradora de Politkóvskaya, la también periodista y defensora de los derechos humanos, Natalia Estemirova, solía investigar los secuestros y asesinatos cometidos por las tropas rusas en Chechenia hasta que ella misma se convirtió en víctima.
El 15 de julio de 2009, cuando caminaba cerca de su domicilio en la ciudad de Grozni, capital de la República Rusa de Chechenia fue secuestrada. Ese mismo día su cuerpo con varios disparos en la cabeza fue hallado en un bosque al costado de la carretera cerca de Gazi Yurt, en la vecina República Rusa de Ingushetia.
Estemirova trabajaba para la ONG “Memorial de Chechenia” investigando violaciones a los derechos humanos para reportar a organizaciones internacionales.
El acaudalado empresario ruso Boris Berezovski fue encontrado sin vida el 23 marzo de 2013 en su casa en Ascot, cerca de Londres.
Berezovski hizo una fortuna importando a Rusia automóviles Mercedes Benz durante los años 1990 y estableciéndose como distribuidor de vehículos familiares fabricados por la compañía rusa AvtoVAZ. Se hizo dueño de la compañía petrolera Sibnft y se convirtió en el accionista mayoritario del principal canal de televisión ruso, ORT, que él convirtió en un medio de propaganda para Borís Yeltsin en la fase final de las elecciones presidenciales de 1996. Aunque ayudó a Vladimir Putin a llegar a la presidencia y, tal como se mencionara, fundó el partido Rusia Liberal que inicialmente sirvió de base parlamentaria a Putin. Una vez en la presidencia, Putin recuperó el control de la cadena televisiva ORT y atemperó las ambiciones políticas de los oligarcas rusos, que tenían muy mala fama entre la población.
Tras el ascenso de Putin a la presidencia de Rusia, Berezovski pasó a la oposición y abandonó apresuradamente el país al ser acusado de defraudar a un gobierno regional por valor de trece millones de dólares estadounidenses. Posteriormente se le concedió asilo político en el Reino Unido. Desde entonces no dejaba de anunciar públicamente que tiene una misión: la de derrocar a Putin “por la fuerza”. En el Reino Unido se asoció con Ajmed Zakáyev, Alexander Litvinenko y Alexander Goldfarb en lo que se ha dado en denominar “el Círculo Londinense” de los exiliados rusos. Fue fundador de la Fundación Internacional para las Libertades Civiles.
En el año 2007 un tribunal moscovita declaró a Berezovski culpable de desfalco masivo in absentia. Fue sentenciado a seis años de cárcel y condenado a devolver los nueve millones de dólares que habría robado de la aerolínea estatal Aeroflot. Las autoridades rusas también lo han acusado de estar involucrado en los asesinatos de varios líderes críticos del régimen de Putin, entre los cuales están Alexander Litvinenko y Anna Politkóskaya, en un intento de desestabilizar al país y desacreditar a Putin. Se dictaron contra él órdenes de arresto en Rusia y Brasil por acusaciones de fraude, desfalco y lavado de dinero.
Berezovski había salido ileso de un intento de asesinato en 1994, en Rusia. Hubo otros supuestos atentados contra su vida cuya autoría atribuía a los agentes rusos
Otra célebre víctima de las iras del Kremlin fue el opositor Boris Nemtsov, el principal rival de Vladimir Putin en la década de 1990. Nemtsov había sido gobernador, diputado y viceprimer ministro durante la presidencia de Boris Yeltsin.
Nemtsov, de 55 años, paseaba el 22 de febrero de 2015, con una amiga por el puente de Piedra que cruza el río Moscova, a unos centenares de metros de la muralla del Kremlin, cuando un desconocido que se desplazaba en un automóvil Lada Priora color blanco, le disparó al menos seis veces. Cuatro proyectiles impactaron en la espalda del político opositor ruso quien falleció en el acto.
Líder de la oposición liberal, Nemtsov era uno de los principales críticos de la injerencia rusa sobre Ucrania y la anexión de la península de Crimea. Su asesinato se produjo dos días antes de la “Marcha de la Primavera” una gran movilización opositora contra la guerra en Ucrania.
En 2017, cinco hombres, todos ellos oriundos de Chechenia fueron culpados de organizar y perpetrar el asesinato. Uno de ellos, Zaur Dadáev, fue imputado como autor de los disparos y condenado a una pena de veinte años de prisión.
El 25 de mayo de 2017, Dmitry Popkov, un periodista siberiano de 42 años, fue asesinado a tiros en su casa de la ciudad de Minusinsk, en la región de Krasnoyarsk. Era el director del diario Ton-M, fundado en 2014, muy crítico del partido de Putin “Rusia Unida” y de las autoridades locales. Popkov había sido brevemente miembro del Consejo Municipal de Minisnsk hasta que fue destituido.
Otro de los casos más célebres de envenenamiento que involucran al Kremlin fue el atentado contra el coronel Sergei Skripal del Glavnoye Razvedyvatelnoye Upravlenie (GRU), el departamento de inteligencia y contrainteligencia militar de Rusia y su hija.
Skripal fue detenido, en 2006, en Rusia acusado de actividades de espionaje, desde 1990, en favor del servicio secreto del Reino Unido, el célebre Servicio Secreto de Inteligencia o MI6.
El coronel Skripal nació en 1951. En 1972 se graduó como oficial de ingenieros de las tropas aerotransportadas. Luego fue reclutado por la inteligencia militar, el GRU y destinado como agregado militar en España. Allí fue reclutado por el MI6 que pagaba sus informaciones a través de una cuenta bancaria en España. Al parecer, el militar ruso brindó a los británicos y españoles información sobre la actividad en Europa de los grupos mafiosos rusos y sus vinculaciones con el gobierno de su país.
Los rusos imputaron a Skripal de haber revelado a los británicos la identidad de sus agentes que operaban en Europa a cambio de aproximadamente cien mil dólares.
Finalmente, Skripal fue juzgado, destituido y condenado a trece años de prisión por “alta traición en forma de espionaje”. Pero, solo cumplió una pequeña parte de la condena.
El 8 de julio de 2010, fue amnistiado por el entonces presidente Dmitry Medvedev, junto a otros tres rusos acusados de espionaje, como parte de un acuerdo de intercambio de agentes con los estadounidenses. Los Estados Unidos liberaron a diez espías rusos detenidos por el FBI, entre los que se encontraba la glamorosa agente Anna Chapman (nacida Kushchenko), a quién la prensa llamaba la “Mata Hari rusa”.
El intercambio de agentes, el mayor desde el fin de la Guerra Fría se llevó a cabo en Schewechat, el aeropuerto internacional de la ciudad de Viena.
Una vez liberado, Skripal se trasladó el Reino Unido donde se reunió con su esposa e hijos. Allí siguió colaborando con los británicos instruyendo a los futuros agentes del MI6 en las tácticas empleadas por la inteligencia rusa.
Pero, su esposa Ludmila falleció, en 2012, de cáncer de útero. Más tarde, en noviembre de 2017, su hijo Alexander de 43 años, murió mientras realizaba una visita turística a San Petersburgo al parecer de una falla hepática. Su hija Yulia, que residía en Moscú, desde 2014, trabajando como vendedora, había viajado al Reino Unido para acompañar a su padre en la fecha en que se celebraba el cumpleaños de su hijo recientemente muerto.
El domingo 4 de marzo, Sergey Skripal, de 67 años, y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes, semiparalizados y con síntomas de intoxicación en un banco del centro de compras “The Maltings”, en la ciudad británica de Salisbury donde el exmilitar ruso había establecido su residencia luego de la liberación.
Al parecer, los Skripal habían estado paseando por el centro comercial, bebieron algo en el pub Carteles de The Mill y luego almorzaron en el restorán italiano “Zizzi”, donde el exespía comió un plato de risotto. Al salir de restaurante se sintieron mal y se sentaron en un banco del paseo para recurarse. Inmediatamente fueron trasladados al hospital distrital en gravísimo estado.
El primer agente de policía en atender a los rusos intoxicados, el sargento de la policía, Nick Bailey sufrió también una fuerte intoxicación y debió ser atendido en cuidados intensivos. Otras 21 personas que se encontraban en el centro comercial padecieron también síntomas de intoxicación con Novichok un agente nervioso. El gobierno británico culpó a Rusia por el ataque, pero Rusia lo negó.
Tras un mes en estado de coma y varios meses más de tratamiento tanto Sergey y Yulia Skripal lograron recuperarse del envenenamiento y permanecen ocultos en el Reino Unido.
El 20 de agosto de 2020, el líder opositor ruso Alexéi Navalny, uno de los últimos dirigentes opositores residentes en Rusia, debió ser internado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Siberia tras beber una taza de té que, según su portavoz, estaba envenenado. Navalny, de 44 años y una de las voces de la oposición rusa más sonoras en Occidente, debió ser conectado a un respirador pulmonar artificial tras ser ingresado de urgencia en el hospital de la ciudad de Omsk, donde el avión en el que regresaba a Moscú tuvo que aterrizar de emergencia para poder hospitalizarlo. Después de que los médicos de Omsk lograran estabilizar el estado de Navalny -y de muchas presiones por parte de la familia y del gobierno alemán- el opositor fue trasladado a Berlín, el 22 de agosto, en un avión sanitario donde recibió tratamiento médico especializado y logró sobrevivir al atentado.
El 17 de enero de 2021 regresó a Rusia junto a su esposa tras permanecer cinco meses en Alemania después de su envenenamiento. Navalny fue arrestado al cruzar el control de pasaportes, acusado de incumplir las condiciones de una condena previa por corrupción. Previamente había sido advertido de regresar al país para que cumpliera los términos de su prisión suspendida. El juzgado del distrito de Jimki decretó prisión provisional hasta el 15 de febrero, día en el que debía decidirse si continuaba en prisión o regresaba al régimen abierto de condena que disfrutaba antes del envenenamiento.
El 19 de enero, la Fundación Anticorrupción dirigida por Navalny publicó la investigación titulada “El palacio de Putin: historia del mayor soborno”, acerca de la residencia que tiene Putin a orillas del mar Negro, en Gelendzhik. La investigación concluye en un documental con subtítulos en inglés, así como con un informe publicado exclusivamente en ruso. El vídeo con el documental contaba con doce millones de visualizaciones a las 9 horas de su aparición en Youtube.
El 22 de marzo de 2022, fue declarado culpable por un tribunal ruso a una pena de nueve años por “Fraude y desacato a tribunales rusos”. El juicio es considerado como una farsa por numerosos países.
LOS GENERALES MUERTOS
En los primeros siete meses de combates en Ucrania, las fuerzas armadas rusas han confirmado la muerte de cuatro generales rusos en el frente de batalla, aunque el alto mando ucraniano afirma que fueron ocho los oficiales superiores rusos caídos. Para tener un parámetro de comparación en una década de acciones militares en Afganistán los Estados Unidos perdieron un solo general (Harold Greene, muerto por un francotirador afgano) que fue el primer militar de este rango muerto en combate en cuarenta años.
Los militares rusos cuya muerte se confirmó fueron: el mayor general Andrey Sukhovetsky, comandante adjunto del 41º Batallón Combinado, muerto por el disparo de un francotirador ucraniano el 1ª de marzo de 2022; mayor general Vladimir Frolov, comandante adjunto del 8º Batallón Combinado, abatido el 16 de abril; mayor general Román Kutuzov, comandante adjunto del 8º Batallón Combinado, caído el 5 de junio, y el general de división Kanamat Botashev, que murió el 23 de junio pasado al ser abatido su avión Su-23 sobre la región ucraniana de Donbás. La muerte de Botashev siembra dudas por su avanzada edad para piloto de combate: 63 años y por el hecho de que paso a retiro en 2012.
Ucrania ha consignado la muerte de otros cuatro generales rusos que el Kremlin no ha confirmado ni desmentido.
ASESINATOS POSTERIORES AL INICIO DE LA “OPERACIÓN ESPECIAL” RUSA EN UCRANIA
En diciembre de 2021, Yegor Provirnin, de 35 años, fundador del sitio web nacionalista de noticias Sputnik, murió al caer de la ventana de un edificio residencial en Moscú
El 30 de enero de 2022 fue hallado muerto en su “dacha” (casa de campo) en el pueblo de Leninsky, cerca de Leningrado, Leonid Shulman, jefe de transporte de Gazprom Invest. La agencia estatal rusa RIA Novosti informó que se encontró una nota de suicidio en el lugar, lo cual resulta insólito porque el cuerpo de Shulman presentaba numerosas puñaladas.
El 25 de febrero se encontró muerto en el mismo pueblo a Alexander Tyulakov, otro alto ejecutivo de Gazprom. El diario ruso independiente Novaya Gazeta publicó que el cuerpo estaba en el garaje de la vivienda y que se trató de un suicidio. No obstante, algunos testigos afirmaron que Tyulakov presentaba gran cantidad de golpes en su cuerpo.
Tres días más tarde, el 28 de febrero fue hallado por su jardinero ahorcado en su garaje el multimillonario ruso de origen ucraniano Mijail Watford en su residencia de Surrey, Reino Unido. La policía local explicó a la cadena CNN que se investigaba la causa de la muerte. Watford que había cambiado su nombre del Tolstosheya original, había nacido en 1955 e hizo su fortuna en especulaciones con el petróleo y el gas, Residía en el Reino Unido desde principios de los años 2000 acompañado de su esposa de nacionalidad estonia.
Un mes más tarde, Vasily Melnikov, propietario de la empresa farmacéutica MedStom, que elaboraba insumos médicos, fue encontrado muerto junto a su esposa Galina y a sus dos hijos de diez y cuatro años, en la localidad de Nizhny Novgorod. En los días posteriores al hallazgo, el Comité de Investigación afirmó que “no había signos de entrada no autorizada al departamento” y que “se encontraron e incautaron cuchillos”. Y declaró que “los investigadores están considerando varias versiones de lo sucedido incluyendo el asesinato de los hijos y la esposa por el jefe de la familia, seguido de una muerte autoinfligida.” MedStom, estaba sufriendo significativas pérdidas debido a las sanciones occidentales.
El 18 de abril, Vladislav Avayev, exvicepresidente de Gazprom Bank, fue hallado muerto junto a su mujer y su hija en el departamento que ocupaban en Moscú. La agencia Tass, afirmó que se estaba investigando el caso como un asesinato seguido de suicidio. Sin embargo, los amigos de las víctimas cuestionaron la hipótesis de que el drama se haya producido por celos, tal como afirmaban los investigadores, y destacaron que el banquero muerto tenía acceso a secretos financieros.
Un día más tarde, el 19 de abril de 2022, Sergey Protesenya, ejecutivo de la empresa productora de gas Novatek, que era parcialmente propiedad de Gazprom, fue encontrado muerte al norte de la ciudad española de Barcelona. Los cuerpos de su mujer y de su hija de dieciséis años fueron hallados en las proximidades. Ambas presentaban puñaladas y hachazos.
La semana siguiente, en abril, Yevgeny Palant, un multimillonario del sector de los teléfonos móviles fue encontrado sin vida junto a su esposa. Ambos cadáveres presentaban heridas por puñaladas. La versión oficial sobre el hecho fue que la mujer lo mató y luego se suicidó cuando él le dijo que la dejaría.
El 6 de mayo, el multimillonario Alexander Subbotin, de 43 años, ex alto ejecutivo del gigante energético Lukoil, también fue encontrado muerto, La victima había sido inyectado con veneno de sapo, un tóxico usualmente empleado para inducir un estado de meditación profunda por los chamanes.
El 26 de mayo de 2020, falleció repentinamente en Moscú Jon Krister Hellevig, abogado y empresario finlandés que trabajó en Rusia desde principios de la década de 1990. Fue socio gerente de la firma de abogados con sede en Moscú, Helevig, Klein & Usov Llc. Habitual colaborador de medios occidentales y rusos como Komsomolskaya Pravda.
Helleviq escribió artículos apoyando a Putin, afirmó que los medios occidentales eran parciales o mentían sobre la situación política en Rusia. Creía que finalmente los países occidentales terminarían por aceptar la ocupación rusa de Crimea.
El 6 de junio Vladimir Gabrielyan, director adjunto de VKontake, la versión rusa de Facebook, y el jefe de adquisiciones de la misma Sergey Merzlyakov, murieron en un extraño accidente de automóvil cerca de la aldea de Shoyna en la región autónoma de Nenets en la costa noreste de Rusia. El todoterreno Sherp en que viajaban volcó al cruzar el río Burgryanitsa y ambos hombres fueron arrastrados a las profundidades del mar. En el accidente también falleció un amigo de ambos Sergey Olsevich y la novia de Gabrielyan, Alena.
A mediados del mes de julio, Yuri Vornov, de 61 años, un ejecutivo vinculado al gigante energético Gazprom, apareció sin vida en su lujosa mansión en las afueras de San Petersburgo, con una bala en la cabeza, flotando en el agua de su piscina y con una pistola cerca.
El sábado 20 de agosto, la periodista Darja Dugina, de 29 años, murió a causa de una bomba colocada en su automóvil en Moscú.
La periodista era hija del filósofo Aleksandr Dugin, un ultranacionalista y xenófobo ruso, considerado como un cercano asesor del presidente Putin.
El Toyota Land Crusier que conducía Darja Dugina al momento de su muerte pertenecía a su padre y las autoridades rusas creyeron que el atentado estaba dirigido al filósofo y no a la periodista.
El Comité de Investigaciones de Rusia responsabilizó a los servicios de inteligencia ucranianos por el atentado. La asesina habría sido la agente ucraniana Natalya Vovoka Pavlova, de 43 años, quien huyó a Estonia a través de la frontera rusa. El viaje lo realizó en un coche Mini Cooper, junto a su hija de doce años. El 28 de agosto, el cadáver de Vovka Pablova fue hallado con diecisiete puñaladas en un departamento que alquilaba en Viena. Creando más misterio sobre el caso.
Unos días más tarde Iván Pešorin, director ejecutivo de la Compañía de Desarrollo de la Región del Lejano Oriente y el Ártico, murió al caer de un bote a alta velocidad, cerca de la isla Russoki, frente a la ciudad de Vladisvostok, en el Lejano Oriente.
El pasado 14 de septiembre, Vladimir Nikolayevich Sungorkin, de 68 años, editor en jefe del periódico estatal Komsomolskaya Pravda murió “repentinamente” tras mostrar signos de “asfixia” durante un viaje al pueblo de Khabarovsk.
El Komsomolskaya Pravda es un periódico claramente alineado con las políticas del Kremlin. “El legendario Komsomolka ha recorrido un largo camino creativo durante estos años y ha escrito páginas brillantes e inolvidables en la historia de los medios rusos”, dijo Putin en un comunicado felicitando al periódico por el 95 aniversario de su primera edición en 2020. “Es crucial que el personal actual del periódico transmita estas tradiciones de generación en generación y se esfuerce por mantener la posición insignia del periódico en el mercado de medios de Rusia”, agregó el presidente ruso.
EN SÍNTESIS
Algunas de las muertes descriptas precedentemente pueden haber sido accidentales o tratarse de suicidios. Pero tantas muertes sospechosas y asesinatos no pueden ser casuales. Especialmente, porque solo hemos consignado los casos más importantes que ha registrado la prensa occidental, no todos los hechos que han ocurrido.
Es evidente que dentro de Rusia se está desarrollando una sórdida lucha por el poder.
Además, resulta claro que la eliminación física de líderes opositores y personas poderosas que se oponen o se ven perjudicadas por el conflicto en Ucrania se ha incrementado en los últimos tiempos cuando se hizo evidente que las tropas rusas no eran capaces de terminar rápidamente con la resistencia ucraniana.
La prolongación de la guerra y el incremento de las bajas parece estar afectando la cohesión del frente interno ruso, algo que Vladimir Putin no parece estar dispuesto a tolerar.
La eliminación de figuras de alto nivel en la nomenclatura rusa podría ser proporcional a los reveses rusos en la guerra. Suprimiendo a los altos mandos ineficientes como una advertencia para el resto de los militares de que no se tolerarán errores.
En tanto, que la purga en el sector financiero y energético podría responder a la necesidad de cortar drásticamente cualquier indicio de disidencia en la jerarquía rusa.
Sea cual sea el motivo real, lo cierto es que ser muy exitoso y poderos en Rusia se ha tornado demasiado peligroso.
Dr. Adalberto C. Agozino