Hoy jueves 18 de agosto, el gobierno de Perú retiró su reconocimiento a la inexistente República Árabe Saharaui Democrática poniendo fin a la farsa impulsada y sostenida por Argelia.
No es secreto para nadie que la diplomacia de Argelia opera para lograr que algunos gobiernos aliados apoyen y reconozcan diplomáticamente a la inexistente República Árabe Saharaui Democrática como denominan los separatistas saharauis a los miserables campamentos donde retienen a una pequeña parte de la población marroquí de origen saharaui, en medio del desierto argelino desde hace más de cuatro décadas.
Así mediante favores y contratos comerciales los argelinos exigen como contrapartida favores políticos y diplomáticos sostener a sus clientes del Frente Polisario.
Sin el apoyo financiero, político y militar de Argelia, hace mucho tiempo que el Frente Polisario hubiera desaparecido y el conflicto del Sáhara habría encontrado una solución lógica y realista que terminase con el drama humanitario que se vive en los campamentos.
En ocasiones, Argelia tiene la fortuna de que alguno de sus compañeros de ruta se convierta en jefes de Estado, tal lo ocurrido recientemente en Colombia con la asunción del exguerrillero Gustavo Petro, que pagan los favores recibidos (especialmente el financiamiento recibido para sus campañas políticas) reconociendo a la RASD. Pero esto no suele durar mucho.
Esto es lo ocurrido precisamente, en Perú. A pocos días de asumir, y dejándose influenciar por el asesoramiento de algunos personajes ligados a Argelia, reconoció a la RADS, en septiembre de 2021, pese a las protestas de muchos peruanos amigos de Marruecos.
Afortunadamente, menos de un año después este groso error de política internacional ha sido rectificado.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Perú, el prestigioso abogado internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay se comunicó telefónicamente con el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita para informarle el cese del reconocimiento de su país a la inexistente RASD.
El comunicado de la Cancillería peruana consigna que la decisión de cesar en el reconocimiento de la RADS fue tomada conforme a la legalidad internacional, plasmada en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y en pleno respeto de los principios de la integridad territorial de los Estados miembros de la ONU.
El comunicado prodigue que “por no existir hasta la fecha una relación bilateral efectiva”, el Gobierno de la República del Perú decide retirar el reconocimiento de la “RASD” y “romper toda relación con esa entidad” (a la que no califica de Estado), agregando que “esta decisión será notificada a la Organización de las Naciones Unidas”.
Tras esa decisión, “Los dos gobiernos (de Perú y Marruecos) han acordado reforzar sus relaciones bilaterales a través de la firma inmediata de una hoja de ruta multisectorial que abarcará las consultas políticas periódicas, la cooperación efectiva en materia económica, comercial, educativa, energética, agricultura y de fertilizantes”, concluye el comunicado oficial en que ambas partes dieron cuenta del nuevo estado de sus relaciones.
En esta forma Marruecos y Perú inician una nueva y muy fructífera etapa en sus relaciones bilaterales.
Como puede apreciarse los logros de la diplomacia argelina solo se producen por solidaridades ideológicas o por necesidad, en el caso de algunos Estados europeos muy dependientes de las exportaciones argelinas de hidrocarburos.
En especial, los éxitos obtenidos en apoyo al Frente Polisario son aún más efímeros. Ningún Estado importante en el mundo acepta la patraña de una inexistente RASD.
Dr. Adalberto C. Agozino