El Club Bilderburg es la b?te noire de la derecha alternativa, todos los nacionalismos y de los partidarios de una interpretación conspirativa de la historia, allí se reúnen año a año la élite de los poderosos de la tierra para diseñar los destinos de la humanidad (guerras, crisis económicas e incluso pandemias mediante) y tratar de forjar un gobierno mundial.
Lo único cierto, además de las reuniones anuales de esta elite de poderosos, es la opacidad que rodea todas sus actividades y que dispara las sospechas y acusaciones más alocadas.
Técnicamente, el Club Bilderburg no es más que una reunión privada que dura varios días y a la que asisten multitud de personalidades influyentes y representantes de una veintena de países, múltiples organismos y empresas. En la misma se tratan una serie de temas de gran importancia e interés común, que suelen ser fijados en función de los sucesos acontecidos en el último año.
Este selecto grupo se gestó por primera vez, los días 29 y 30 de mayo de 1954, a propuesta del consejero político polaco, Josef Retinger. Dicha reunión se llevó a cabo precisamente en el hotel holandés Bilderburg del que tomó su nombre.
En la reunión inicial estuvieron presentes ochenta personas, entre los cuales destacaban Edmond Rothschild, el rey Bernardo de Holanda y el poderoso millonario americano David Rockefeller, quién hasta su muerte, el año pasado con 101 años, fue el mentor del Club. Otro miembro del grupo fundador que sobrevive es el ex Secretario de Estado americano Dr. Henry Kissinger quien también ha estado presente en todas las sesiones del grupo. Fue el rey Bernardo quién propuso como lugar de reunión el hotel Bilderburg y en esa reunión inicial se congregaron representantes del clan Rothschild, del Banco Schroeder, Rockefeller & Co y el periódico The New York Times, el Real Instituto para las Relaciones Internacionales de Londres y de la Agencia Central de Inteligencia.
Lo que atrae las preocupaciones de mucha gente sobre las actividades del Club es el secreto que rodea todas las actividades del mismo.
La Fundación Bilderburg Meetings controla todas las acciones del grupo. La Fundación es presidida por el ex presidente y CEO de Axa, una multinacional especializada en seguros de inversión, Henri Castries y gobernada por un Comité de Dirección formado por treinta miembros permanentes, elegidos cada cuatro años.
La Fundación Bilderburg Meetings tiene su sede oficial en la ciudad de Leiden, Holanda, además cuenta con una sucursal en New York.
Los gastos de mantenimiento de las reuniones, que se alternan un año en Europa y otro en América del Norte, están cubiertos íntegramente por suscripción privada. Además, los costos de hospedaje y traslados locales corren por cuenta de los miembros del Comité Directivo del país anfitrión. Los Estados Unidos son el país que cuenta con mayor número de miembros permanentes: ocho.
Los asistentes reciben junto con la invitación papeles de trabajo para orientar los debates. Debido a la importancia del evento, al que concurren Jefes de Estado, monarcas y Ceos de las grandes empresas, las medidas de seguridad son extremas y corren a cargo del Comité Organizador local.
Los invitados no pueden concurrir acompañados (no se admite la presencia de secretarios, asistentes o guardaespaldas). Son traslados al lugar de alojamiento se realiza en vehículos del Club identificados con una letra “B” en la luneta delantera.
Quienes aceptan la invitación deben comprometerse a permanecer en el lugar por la totalidad de la duración del evento.
Las sesiones son en inglés, no hay traductores y se desarrollan vistiendo ropa de etiqueta. Para facilitar la espontaneidad de los participantes, está vedado el empleo de grabadores y cámaras de fotos. No se admiten coberturas periodísticas, ni se proporciona información a la prensa sobre lo tratado.
Cada reunión agrupa a 130 personalidades pertenecientes a 21 países, pero sólo el 50% de los asistentes a la sesión anterior pueden repetir su presencia.
El Comité de Dirección selecciona a los invitados y elabora la agenda de cada reunión.
Los debates se llevan a cabo principalmente en Comisiones y bajo la llamada regla “Chatman House”, que establece que, a pesar de que los participantes son libres de emplear la información recibida en dichas discusiones, no pueden revelar la identidad ni el contenido de los discursos de ningún participante a los mismos.
A estas reuniones han asistido, desde su sesión inaugural todos los candidatos que luego se convirtieron en presidente de los Estados Unidos con excepción de Donald Trump.
A la 65° Reunión del Club Bilderburg han sido invitados entre otros la presidente del grupo Santander, Ana Botín, quien además en miembro permanente del Comité de Dirección, Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa, el mayor conglomerado informativo de España propietario entre otras cosas del diario El País, el Consejero Delegado de Airbus, Thomas Enders; el presidente ejecutivo de Alphabet (Google y You Tube), Eric E. Schmidt; el presidente de EDP Energías de Portugal, Antonio L. Guerra Nunes Mexia; el Consejero Delegado de Ryanair, Michael O´Leary; el director de Asuntos Exteriores de The Financial Times; Gideon Rachman; el editor jefe de The Economist, Zanny Minton Beddoes, el cofundador y socio de Linkedin, Reid Hoffman; el presidente de ING, Ralph Hamers; el presidente del grupo KBC, Thomas Leysen, el CEO del grupo Claro, el magnate mexicano Carlos Slim (el único latinoamericano presente).
Entre las personalidades del mundo político más destacadas se encuentra el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, el ministro de finanzas canadiense, Bill Morneau, el ex ministro de defensa británico, Nicholas Houghton; el ex presidente de la Comisión Europea y actual presidente de Goldman Sachs, José M. Duraö Barroso; el miembro del Consejo Federal y ex presidente de Suiza, Johann Schneider-Ammann; el ex jefe de la Agencia Central Inteligencia, James D. Petraeus, el vicepresidente de la Comisión Europea, Franz Timmermans y el ascendente líder del partido liberal español “Ciudadanos”, Albert Rivera.
En esta ocasión el temario de los debates comprende asuntos tan amplios y diversos como la Administración Trump, las relaciones transatlánticas y su alianza de defensa, la dirección de la Unión Europea, la posibilidad de que se concrete la globalización, los niveles de ocupación, la guerra informativa, Rusia en el sistema internacional, el auge del populismo, la situación en Medio Oriente, China y la proliferación de armas de destrucción masiva.
Ni la existencia del Club Bilderburg ni su ideología de libre comercio, moneda y gobierno mundial son hechos peligrosos o censurables.
Sin embargo, una reunión de personalidades que detentan tanto poder y que rodean sus movimientos y opiniones de tanto secreto no puede menos que despertar sospechas en mucha gente.
Pero, recordemos que, aunque los poderosos de la tierra en muchas ocasiones pueden orientar los sucesos en una u otra forma, en modo alguno pueden determinarlos totalmente. Finalmente son los pueblos y los hombres quienes terminan decidiendo sus destinos.