Cumpliendo con el cronograma de llamado “diálogo libio” auspiciado por su majestad el rey Mohammed VI se ha iniciado el pasado sábado la segunda ronda de reuniones entre las partes involucradas en la guerra civil que sacude desde hace una década al país magrebí.
La segunda ronda del diálogo interlibio continúa, en la bella ciudad balnearia de Buznika, sobre la costa atlántica y a cuarenta kilómetros de Rabat, entre la delegación del Alto Consejo de Estado libio, presidida por Fawzi Al-Agab, y la de la Cámara de Representantes de Libia, presidida por Youssef El Akkouri.
Las reuniones del diálogo interlibio son producto de prolongadas y constantes gestiones de la diplomacia marroquí bajo las Altas Instrucciones de su Majestad el Rey Mohammed VI y se celebran en aplicación del artículo 15 del Acuerdo Político libio alcanzado en la ciudad marroquí de Sjirat, en diciembre de 2015, y sobre la base de resoluciones emanadas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y se explican por la conciencia de las peligrosas repercusiones provocadas por casi una década de sangrienta guerra civil que transformó a Libia en un estado fallido.
En especial, la disgregación del Estado libio ha llevado a los libios a perder su confianza en las instituciones legislativas, ejecutivas y de control. El territorio libio se convirtió gradualmente en un espacio sin ley donde operan las mafias internacionales del narcotráfico y el tráfico ilícito de personas, se violan los derechos humanos de todas las maneras imaginables incluidas la “limpieza étnica” y la esclavitud.
Las conversaciones en Bouznika se realizan con el auspicio de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia presidida por la Alta Representante del Secretario General Antonio Guterres, la diplomática estadounidense Stephanie Williams, quien asegura un seguimiento permanente y alienta este diálogo, que considera un giro importante en el inmovilismo que vivía el conflicto libio.
La primera ronda de las conversaciones en Bouznika han consolidado el alto al fuego entre las milicias que defienden Trípoli y las fuerzas del autoproclamado Ejército Nacional Libio que comanda el “mariscal” Khalifa Haftar, posibilitaron que la Unión Europea levantara las sanciones impuestas a ciertos dirigentes políticos libios y que aumentara la producción petrolera de Libia en alrededor de 20.000 barriles por día con la reapertura de las terminales de El Hariga, Brega y Zueitina operadas por la petrolera estatal libia National Oil Corporation (NOC).
Los observadores esperan que en esta segunda ronda los participantes avancen hacia una “paz sin vencedores ni vencidos”, como ha señalado el rey Mohammed VI, acordando un mecanismo consensuado para la elección de los titulares de los “puestos de soberanía”, es decir, los cargos de un futuro gobierno que unifique y pacifique al país en forma definitiva.
Si este objetivo se concreta será mérito del pueblo libio que ha sabido superar sus rencores y antagonismos para alcanzar mejores condiciones de vida y prosperidad, pero también de los grandes esfuerzos del Rey de Marruecos que ha trabajado intensamente por pacificar y unir a los Estados magrebíes y a quién el mundo reconoce como el gran estadista africano que es un actor esencial para el mantenimiento de la paz y la estabilidad en África.