En 1991, se efectuaron elecciones en Argelia que ganaron los partidos islámicos y que no fueron reconocidas por el gobierno argelino ni por Occidente. Esto dio origen a la formación del Grupo Islámico Armado –GIA- era una organización terrorista salafista argelina creada en ese mismo año y responsable de cruentos atentados en Argelia. La lucha del gobierno argelino contra el terrorismo salafista durante el decenio negro (1992 – 2002) arrojó un saldo de doscientas mil personas muertas.
En 1998, uno de sus comandantes regionales Hassan Hattab rompió con su comando en protesta por la masacre de civiles efectuado por la organización. Creó entonces el “Grupo Salafista para la Predicación y el Combate” –GSPC-, que se estableció en la región de Taoudeni, un extenso territorio de unos 600.000 k m² en el que confluyen el Norte de Malí, al noroeste de Mauritania y el sur de Argelia, donde pudo sobrevivir al acoso de las fuerzas de seguridad argelinas y penetrar en las redes tradicionales de contrabando de la zona.
En febrero de 2003, el GSPC llevo a cabo su primera acción de combate en el Sahel, el secuestro de treinta y dos turistas europeos en el sur de Túnez, llevado a cabo por Amara Saifi, alias Abderrazak, “el Para”. En junio de 2003, Hattab fue destituido como emir nacional del GSPC y sustituido por Nabil Sahraoui –su verdadero nombre era Mustafá abu Ibrahim- inmediatamente el grupo se incorporó a la red terrorista Al Qaeda. Tras la muerte de Saharaui, en junio de 2004, la jefatura de la organización pasó a Abdelmalek Droukdel, en enero de 2007, que en poco tiempo, y con el apoyo de Mokhtar Belmokhtar consiguió establecer una red regional de rutas de contrabando y de campos de entrenamiento con llamamientos para luchar contra la alianza de cruzados y sionistas.
Más tarde, el 15 de mayo de 2006, en una acción sin precedentes se encontraron en Argelia los cuerpos de veintidós niños, hijos de los propios miembros del GSPL asesinados con explosivos para evitar que cayeran en manos de los militares que los perseguían.
El 11 de septiembre de 2006, el número dos de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, anunció por medio de un vídeo que “Osama Bin Laden me encargó anunciar a los musulmanes (…) la adhesión del GSPC a Al Qaeda”, al tiempo que hacía votos para que esta organización fuera “una espina en la garganta de los cruzados estadounidenses y franceses y de sus aliados”.
El 25 de julio de 2007, el GSPC cambió su nombre por el de “Al Qaeda en el Magreb Islámico” –AQMI-.
El terrorismo de AQMI fue públicamente combatido por Argelia. Es por lo que los terroristas salafistas trasladaron sus acciones al sur del Sahara y hacia los estados anárquicos y desprotegidos del Sahel. Mientras que el territorio argelino se transformaba en una retaguardia segura para los yihadistas. Cuando era perseguidos por las fuerzas extranjeras que operaban en Malí, Níger o Burkina Faso, simplemente se refugiaban en Argelia escapando al accionar represivo.
En su santuario argelino los yihadistas pueden descansar, curar a sus heridos, reparar sus vehículos y abastecerse de alimentos, municiones y combustible, lo cual incrementa sustancialmente su capacidad ofensiva.
El terrorismo yihadista en el Sahel montó una lucrativa industria secuestrando a turistas y cooperantes extranjeros, participando del contrabando de tabaco, medicinas, drogas y armas provenientes de los campos de refugiados del Frente Polisario, América Latina y de Afganistán, a través del Cuerno de África, y del tráfico de inmigrantes subsaharianos rumbo a Europa. Con los hombres de Al Qaeda convertidos en traficantes, la línea que separa al terrorismo del crimen organizado transnacional es demasiado delgada.[i]
Para difundir sus acciones, siguiendo el modelo de Al Qaeda, los terroristas argelinos suelen grabar sus acciones, así como declaraciones de sus cautivos y las ejecuciones de rehenes, comunicados oficiales, etc. Las grabaciones luego son difundidas por su departamento comunicación que opera el “Al-Andalus Media Center”.
En la región del Sahel operan cuatro “katibas” o grupos de combate de AQMI, dada uno de ellos dirigido por un emir. Además cuenta con un “muftí” o guía espiritual, un médico, un encargado de las comunicaciones que filma los ataques y ejecuciones y un encargado de logística.
Los grupos terroristas suelen conformar columnas de tres a seis vehículos 4X4 –Toyota Land Cruiser, por ejemplo-. En la parte trasera llevan un cargamento de ruedas de repuesto, bidones de quinientos litros con combustible, agua, sacos de dormir, alimentos y municiones. La tripulación suele estar constituida por entre cuatro y seis hombres armados con Kalashnikov o lanzacohetes. Sus conductores son hombres del desierto con experiencia y disponen de GPS y visores nocturnos. Durante el día usualmente se ocultan en grutas o bajo lonas o árboles. Tienen sus propios depósitos secretos y se abastecen de los nómades y de las redes logísticas que emplean los traficantes del desierto.
El emir Abdelmalek Droukde, era el emir nacional de AQMI desde 2007. Se trataba de un terrorista argelino que solía operar en forma directa en las montañas de Cabilia.
Después de décadas de ensangrentar a los países del Sahel con atentados terroristas y secuestro de extranjeros, Abdelmalek Droukdel, fue abatido en junio de 2020 por fuerzas francesas de la Operación Barkhane, en la localidad de Tessalit, en el norte de Mali.
El 21 de noviembre de 2020, otro argelino Abu Ubaida Youcef al-Annabi, cuyo nombre real es Yazid Mibrak, se convirtió en el nuevo emir nacional de AQMI. Se trata de un experimentado yihadista nacido el 7 de febrero de 1969, en Annaba, Argelia, que es licenciado en economía y por quien el Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrece siete millones de dólares, por datos que permitan su captura.
Otro importante emir de AQMI, era Abdelhamid Abu Zeid. Se trataba de un terrorista yihadista nacido en Toggourt al sur de Argel, cuyo nombre real era Mohamed Ghedir, a quien los servicios de inteligencia occidentales consideraban un terrorista sanguinario responsable de la ejecución de los únicos rehenes occidentales en manos de los terrorista salafistas asesinados: el británico Edwyn Dyer, en junio de 2009, por el que Londres rechazó pagar un rescate y el septuagenario francés Michel Germaneau, el 25 de julio de 2010, después de que un comando franco-mauritano fracasara en su intento de liberarlo.
Abu Zeid también habría sido responsable del secuestro de una pareja de ciudadanos austríacos en el sur de Túnez en febrero de 2008, de cinco nacionales franceses y otros dos extranjeros que trabajaban en las minas de uranio de Arlit (al norte de Níger) para la multinacional francesa Areva y sus filiales, en septiembre de 2010.
Finalmente, el 28 de febrero de 2013, el canal televisivo Ennahar, de Argelia, informó que tropas francesas operando en Mali habían abatido a cuarenta militantes del AQMI, en las montañas de Tigharghar, en el norte de Mali, muy cerca de Argelia, entre los que se contaba Abdelhamid Abu Zeid, más tarde la información fue confirmada tanto por el ministerio de Defensa francés como por un vocero de AQMI no realizó comentarios al respecto.[ii]
Según los especialistas occidentales AQMI dispone de fondos por valor demás de ciento veinte millones de euros, cobrados entre 2004 y 2020, provenientes de los rescates pagados por familiares, empresas y gobiernos occidentales por sus ciudadanos secuestrados. Del rapto de extranjeros suelen encargarse grupos locales –como algunos miembros del Frente Polisario- que luego los venden a los yihadistas a cambio de una parte del rescate. En esta asociación los salafistas cumplen una función adicional al efectuar frecuentes raid contra los puestos de control aduanero de la región.
Como puede apreciarse los principales líderes del yihadismo en el Sahel son de nacionalidad argelina, algunos incluso son exmilitares (Mokhtar Belmokhtar) o se formaron militarmente en las filas del separatista Frente Polisario. Tal el caso de Lehbib Ould Ali Ould Said Ould Joumani, conocido como Adnan Abu Walid Al Saharaui, quien en 1991 recibió capacitación militar de la mano de instructores argelinos en la Escuela de Suboficiales de Tropas de Chabid El Ouali donde se entrenan las milicias terroristas del supuesto “Ejército de Liberación Popular Saharaui”, en Tinduf.
Finalmente, las tropas francesas que participan de la Operación Barkhane en Mali, desde 2016, dieron muerte a Adnan Abu Walid Al Saharaui, mientras se desplazaba en motocicleta junto a otro terrorista, en agosto de 2021.
Muchos de estos terroristas yihadistas mantienen oscuros vínculos con los servicios de inteligencia argelinos como lo prueba la reunión llevada a cabo el pasado 3 de noviembre de 2021, entre el N° 2 de la Dirección General de Documentación y de la Seguridad Exterior (DGSE) argelina cerca de Tin Zouaten (wilaya -provincia- de Tamanrasset), no lejos de la frontera con Mali, con Iyad Ag Ghaly líder del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes -GSIM-, [iii]para coordinar acciones conjuntas cuyas implicancias se desconocen.
Esta reunión y otros antecedentes simulares demuestran que Argel, cuando sirve a sus intereses geopolíticos, no duda en apoyar a los mismos grupos yihadistas del Sahel a quienes combatió sangrientamente y sin respeto a los derechos humanos en la década del noventa.[iv]
Por el momento, al menos, resulta difícil saber hasta donde llegan los vínculos de Argelia con el terrorismo yihadista y como puede afectar esa relación al Reino de Marruecos debido al clima b´lico qu se ha apoderado de las relaciones entre ambos países del Magreb en los últimos meses.
También es evidente es que Argel no es un socio confiable ni para la Unión Europea ni para otros países en la lucha contra el fanatismo yihadista.
[i] ESCOBAR STEMMAN N, Juan José: “Salafismo en el Sahel: lo que Europa se juega”. Artículo publicado en la revista Político Exterior Nº 152, Madrid, Marzo de 2013.
[ii] LA VOZ DE RUSIA: “Asesinado el líder de Al Qaeda en el Norte de Mali”. 28/2/2013.
[iii] EL OBSERVADOR: Argelia patrocina al terrorista Iyag Ag Ghali para manipularlo mejor. Artículo publicado en https://lobservateur.info/article/101227/monde/lalgerie-sponsorise-le-terroriste-iyag-ag-ghali-pour-mieux-le-manipuler