EL SEPARATISMO MAPUCHE
Los mapuches son una etnia originaria del sur de Chile, donde viven actualmente unos 700.000 individuos que se reivindican como tales. Hacia fines del siglo XVIII miembros de este pueblo cruzaron la cordillera de los Andes penetrando en territorio argentino. Hoy en día, en el sur de la Patagonia argentina viven unas 78.534 personas que se consideraran a si mismos como mapuches. Un importante porcentaje de estos “mapuches” son en realidad mestizos, productos de la unión de aborígenes con descendientes de europeos.
Tal es el caso de Facundo Jones Huala, líder del grupo secesionista Resistencia Ancestral Mapuche, quien es hijo de un agricultor británico radicado en la Patagonia y una mujer mapuche. Su condición de mestizo no le impide reivindicarse como auténtico mapuche e incluso aspirar al título de “lonco”, es decir cacique mapuche para llevar a cabo una lucha armada tanto contra el Estado chileno como el argentino.
Es que los mapuches se niegan a reconocer la existencia legal de los estados de Chile y Argentina y reclaman se les restituyan sus “tierras ancestrales” para fundar en ellas un “Estado Mapuche”. Este estado indígena abarcaría un territorio a uno y otro lado de la cordillera de los Andes ocupando una parte sustancial del territorio de cada una de estas naciones sudamericanas.
EL TERRORISMO MAPUCHE EN CHILE
En Chile la organización terrorista más activa se denomina resistencia mapuche “Weichan Auka Mapu”, nombre que podría traducirse como “Lucha del Territorio Rebelde”.
Sus símbolos de resistencia son un “kultrún” (bombo), un fusil y una lanza cruzadas entre sí.
Este grupo de resistencia mapuche declara que la violencia que ejercen “es de carácter defensivo” y que su accionar está dirigido a objetivos materiales como maquinarias agrícolas, viviendas de los propietarios y “toda infraestructura destinada a saquear y explotar nuestro Wallmapu.”
Este grupo realiza ataques violentos desde 2013. A partir de esta fecha ha llevado a cabo unos cincuenta ataques incendiarios contra empresas agrícolas, viviendas, iglesias, capillas y seminarios católicos.
Aunque Weichan Auka Mapu afirma que su violencia no va dirigida a “eliminar personas” tampoco puede evitar en ocasiones asesinar a víctimas inocentes.
Actualmente, once comuneros mapuches, entre los que figura la “machi” Francisca Linconao, una curandera de sesenta años, están siendo juzgados por el asesinato del matrimonio Luchsinger Macklay, dos septuagenarios que resultaron muertos cuando los terroristas incendiaron durante la noche su vivienda, situada en la localidad de Vilcún (a unos 800 kilómetros al sur de Santiago).
Otro líder mapuche, Celestino Córdova fue condenado, en 2014, a 18 años de cárcel por otro asesinato causado al provocar un incendio.
La última semana la resistencia mapuche Weichan Auka Mapu cobró mayor importancia cuando en dos ataques incendiario destruyeron casi una cincuentena de camiones pertenecientes a dos empresas madereras.
El primer ataque se produjo a sólo diez kilómetros de la localidad de Temuco, en la Araucanía, y dejó un saldo de 18 camiones incendiados.
Una semana más tarde, incendiaron otros 29 camiones pertenecientes a la empresa forestal Sotraser, propiedad del grupo Bethia, en el municipio de San José de Mariquina, en 790 kilómetros al sur de Santiago de Chile.
Los ataques conmocionaron a la sociedad chilena. La presidente Michelle Bachelet advirtió: “Vamos a combatir la violencia y no vamos a tolerar que grupos minoritarios, que no valoran el diálogo, echen por tierra el gran esfuerzo que todos los actores de las regiones del sur están haciendo para promover el desarrollo y superar la exclusión”.
TERRORISMO MAPUCHE EN ARGENTINA
Los mapuches en Argentina no han llevado a cabo tantos atentados ni han asesinado a nadie por el momento -aunque existe la sospecha de su intervención en la muerte de un policía de la provincia de Río Negro-.
No obstante, han llevado a cabo atentados incendiarios contra instalaciones turísticas, maquinarias viales, camiones, instalaciones de empresas extranjeras y usurpaciones de tierras, especialmente las pertenecientes a la firma italiana Benetton.
La principal organización es la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), creada en 2013, por el mencionado Facundo Jones.
Actualmente, Jones se encuentra detenido en la ciudad cordillerana de Esquel, provincia de Chubut a la espera de que la justicia decida que hacer con el pedido de extradición realizado por el gobierno de Chile que lo reclama por delitos cometidos en el país trasandino.
Los mapuches argentinos están recibiendo el apoyo de grupos y militantes anarquistas que suelen defender el derecho de autodeterminación de cualquier minoría y, en América Latina en particular, el de los llamados “pueblos originarios”.
También algunas ONG europeas están involucradas en el financiamiento de los grupos mapuches de la Patagonia argentina.
CONCLUSIONES
Los mapuches que hasta ahora reclamaban tierras en forma pacífica han optado por la violencia para hacer oír sus demandas.
No obstante, los grupos violentos no representan a la totalidad de las organizaciones mapuches, ni siquiera a la mayoría de los mapuches. Los violentos son tan solo una reducida minoría dentro de las comunidades indígenas.
El activismo mapuche ira en incremento, tanto en Chile como en Argentina, incorporando a más miembros de esa etnia, a activistas anarquistas y aumentando el nivel de violencia de sus acciones.
Ninguno de los gobiernos amenazados por el terrorismo indigenista parece contar con una estrategia adecuada para contrarrestarlo. Lo que es más grave aún es que no parecen dispuestos a reconocer la gravedad del problema de seguridad que enfrentan.