Por el Mag. Norberto Mourat
Se termina el 2022 y las internas comienzan a sacudir al oficialismo y la oposición. En el Frente de Todos, el sesgo ideológico estatista e intervencionista quedó expuesto en toda su crudeza a lo largo de 3 años de gobierno kirchnerista. El keynesianismo extremo de Guzmán permitió sobrellevar un corto plazo cargado de incertidumbre producto de culpas propias y ajenas (pandemia, guerra en Ucrania y otros), pero cuando los fundamentals mostraron signos de agotamiento, algunos responsables designados en el área económica comenzaron a implementar medidas de corte más racional, aunque irremediablemente dirigidas a evitar un desmoronamiento en lo inmediato. Esta visión heterodoxa, insertada en la realpolitik del peronismo, parece ser el factor común de un eventual equipo de gobierno, especialmente en el ámbito de la economía. Un panorama diferente, sin embargo, estaría dándose en la oposición, donde las diferentes propuestas de gobierno tendrían en común una amplia base racional
Si consideramos a las principales fuerzas políticas que aspiran a reemplazar al kirchnerismo, podríamos distinguir al menos 5 grupos
- Rodríguez Larreta: Su equipo económico tiene como principales figuras a Hernán Lacunza, Milagros Gismondi, Andrés Borensteiny Luis Secco. Este grupo de profesionales junto con otros referentes en esa misma línea, conforman un grupo de bases liberales y racionales, formados en prestigiosas instituciones del país y del exterior. La mayoría tienen experiencia en la administración pública y podríamos entrever alguna tendencia desarrollista. Si bien están lejos del intervencionismo, no parecerían haberlo descartado del todo. El origen peronista de Larreta avalaría dicha presunción
- Patricia Bullrich: Se está apoyando en lo que a economía se refiere en el actual diputado Luciano Laspina y el exministro Dante Sica. Si bien no tenemos detalles adicionales sobre objetivos y un futuro plan de trabajo, podríamos inferir que están en la misma línea que el equipo de Larreta. Patricia Bullrich impresiona más volcada a la ortodoxia liberal, y de esto da pruebas su acercamiento con Javier Milei y su trabajo con Laspina, aunque su cercanía con Dante Sica habla también de una posición industrialista
- Unión Cívica Radical: Si bien aún no está definida su fórmula para competir en las internas de Juntos por el Cambio, el presidente de la UCR, Gerardo Morales, ha declarado públicamente que pretende alejarse de la supuesta ortodoxia que manejan los referentes del PRO. Su posición, sin embargo, no sería compartida enteramente por su vicepresidente segundo, Martín Lousteau, u otros referentes del partido como el senador Alfredo Cornejo o el diputado Mario Negri. Tampoco está clara la posición del diputado Facundo Manes. Por lo pronto sabemos que el radicalismo cuenta con el asesoramiento de economistas como Eduardo Levy Yeyati y Marina Dal Poggetto, ambos de formación similar a los anteriores, pero con directivas de apuntar a una política de carácter desarrollista. A estos se agregan el actual diputado Martín Tetaz y otros referentes como Javier González Fraga.
- Coalición Cívica: Su líder indiscutido es Elisa Carrió. No está definida su fórmula para competir en las internas ni existe un referente económico claro. Su posición es similar a la del radicalismo.
- Liberales: Si bien son parte de la oposición, no todos se alinean en la coalición Juntos por el Cambio. Existen 3 subgrupos dentro de esta corriente.
. Libertarios: Su referente indiscutido es Javier Milei, con una concepción integral de la vida y la economía. Predican la ortodoxia económica e invocan la escuela austriaca. Están fuera de Juntos por el Cambio
. Liberales clásicos: Su referente es Guillermo Esper. Siguen la escuela de Chicago. Fuera de Juntos por el Cambio
. Liberales tradicionales: Su referente es Ricardo López Murphy. Con su partido Republicanos Unidos están dentro de la coalición de Juntos por el Cambio, y siguen la escuela de Chicago.
Todos ellos son defensores del Mercado y aceptan sus reglas.
Vale la pena mencionar al ya conocido think tank Fundación Mediterránea, donde otro referente de la economía argentina, Carlos Melconian, trabaja en la elaboración de un plan de gobierno que, en teoría, podría ser adoptado por cualquiera con suficiente poder político a partir del 2023.
Visto este panorama, podríamos extraer algunas conclusiones en relación al rumbo económico y de gobierno a vislumbrarse en los próximos años.
- Los planes económicos seguirán alineados con la filosofía base de los partidos políticos, descartándose sorpresas al estilo Carlos Menem
- La clasificación de las políticas económicas como ortodoxas y de libre mercado frente a otras de corte heterodoxo y keynesiano, no sería la más adecuada a la hora de señalar cursos de acción, siendo en cambio más preciso hablar de políticas racionales e irracionales
- El panorama general de la política argentina nos lleva a observar una tendencia al intervencionismo, pero con diferencias ostensibles.
- En el oficialismo el arco de propuestas va desde lo claramente irracional (Kicillof, la Cámpora, CGT, gremios del Estado, Martin Guzmán) hasta ciertos destellos de aparente racionalidad (Silvina Batakis, Sergio Massa)
- En la oposición se nota un vuelco a la racionalidad, pero mientras el Radicalismo y la Coalición Cívica ofrecen propuestas no tan diferentes a las de un peronismo – o para el caso kirchnerismo- moderado, el PRO, en especial de la mano de Patricia Bullrich, parece dirigirse hacia políticas de corte netamente liberales.
- El movimiento Liberal, la fuerza surgente más poderosa de los últimos años, aparece como la expresión más clara de la racionalidad económica, ya sea por fuera o dentro de Juntos por el Cambio. Este fenómeno seria la consecuencia de la extrema irracionalidad del peronismo – kirchnerismo, con escasas excepciones a lo largo de su historia
- Todo indica que en los próximos meses y años veremos el avance de la racionalidad en mayor o menor medida, probablemente de la mano de sólidos profesionales formados en el país y en el exterior.
- La ortodoxia y el intervencionismo racional surgen como la respuesta política más adecuada al panorama electoral del próximo año, pero el sólido sustento teórico no debería ser considerado como garantía de éxito
Existe actualmente una gran confusión en la sociedad sobre las propuestas de fondo de cada partido político. El oficialismo se ha empeñado en afirmar que los últimos meses de Macri demostraron el fracaso de su política económica, debiendo volver sobre sus pasos y mostrando así el fiasco de la racionalidad y la transparencia. Muchos a partir de esto han concluido que oficialismo y oposición practican la misma política, concluyendo ambos en inevitables fracasos. La realidad, sin embargo, es muy distinta, aunque conlleva una advertencia. Cuando un gobierno racional se enfrenta a la perspectiva de una irracionalidad sobreviniente, ni la mejor gestión puede evitar caer en el desconcierto y la vulneración de sus propios principios.