Por Norberto Mourad
Cuando asociamos la palabra “ciencia” a cualquier actividad humana, consciente o inconscientemente estamos esperando previsibilidad, resultados exactos y tiempos precisos. De alguna manera vemos a los “científicos” como seres capaces de predecir el futuro, pero ahí es donde comienzan los problemas.
Las llamadas “ciencias sociales” se han ganado la calificación mencionada por diferentes razones, pero ciertamente no comparten esa visión de precisión que prima facie hemos desarrollado. Esto último es especialmente cierto en la Economía, donde para colmo, una de las escuelas más reconocidas hace gala de un enfoque matemático, el cual raramente representa algo más que un indicativo de comportamientos esperados. A partir de aquí es que podemos interpretar más fehacientemente lo que ocurre con la economía argentina
En mi nota del 10 de octubre del corriente, – A Dos Meses de la Asunción del Superministro de Economía – hice un análisis de situación a ese momento con relación a las medidas implementadas por Sergio Massa. La conclusión, al igual que en notas anteriores, fue que el “Plan Llegar” podía tener alguna chance de éxito, aunque la esencia de este era evitar “El estallido” – gracias, Bersuit Vergarabat – antes de las próximas elecciones. En esta ocasión, me gustaría simplemente señalar el estado de algunas variables para dejar al lector imaginar el cómo y cuándo se producirá el desenlace, ya que las ciencias económicas solo pueden vaticinar una altísima probabilidad de ocurrencia sin otras precisiones
- Presupuesto
El proyecto de presupuesto recibió la aprobación de la Cámara Baja y se giró al Senado. Si bien podemos considerar el mismo como una aproximación más realista que aquella, finalmente rechazada, para el 2022, la no aprobación de algunos ítems en particular, como el pago de ganancias para todos los miembros del poder judicial, así como la aceleración inflacionaria y las crecientes demandas sociales ponen en duda su cumplimiento
- Base monetaria y pasivos del BCRA
Pese a los intentos de controlar la expansión de la base monetaria, la misma creció alrededor del 5% en octubre, ya que los distintos factores expansivos no pudieron ser contrarrestados con las herramientas tradicionales, a saber, Leliq, pases y ventas netas de divisas, estando en línea entonces con la inflación del 7% mensual en un contexto de caída de la demanda de dinero
A su vez, los pasivos remunerados del BCRA siguen creciendo a un ritmo descontrolado, alcanzando a la fecha la astronómica cifra de 9 billones de pesos, o sea más del 200% de la base monetaria. Lo peor de esto es que la tasa requerida para tales colocaciones supera el 100% t.e.a -tasa efectiva anual-, y que la misma va aumentando con evidentes signos de aceleración. El último pago de intereses mensuales superó los 400.000 millones de pesos
Este punto es especialmente importante, ya que el exceso de pasivos monetarios con este nivel de tasas solo puede terminar de 3 maneras: con una macro devaluación, con una reestructuración de pasivos remunerados o con un fogonazo inflacionario de consecuencias imprevisibles
- Endeudamiento del tesoro nacional
Como ya hemos mencionado, las fuentes de financiamiento disponibles para el tesoro son esencialmente 2: la colocación de deuda interna y los adelantos transitorios del BCRA, o sea emisión. Las escasas fuentes de financiamiento externas provienen de organismos multilaterales, y son mayoritariamente fondos destinados a refinanciar deuda existente.
Es así como existe una literal desesperación del gobierno por conservar el financiamiento interno, para lo cual cuenta con: el apoyo del sector público, que mantiene el 60% de dicha deuda, la intervención de BCRA, que sale a comprar títulos públicos para sostener su precio, y con el ofrecimiento de tasas y cláusulas de ajustes que podrían ser catalogados lisa y llanamente como ruinosos para las finanzas del Estado.
Actualmente, el gobierno se enfrenta con vencimientos de alrededor de 1 billón y medio de pesos hasta fin de año, y espera promover un canje voluntario de deuda a la luz de los factores mencionados más arriba. El objetivo es concluir 2022 sin sobresaltos y llevar los vencimientos al 2023, ¿pero después? Existe un claro agotamiento de las fuentes de financiamiento, las cuales están siendo llevadas a un límite
En última instancia, ante una corrida, estaría el apoyo del BCRA mediante los mencionados adelantos transitorios, pero las consecuencias, tanto para el proceso inflacionario y la economía en general como para los acuerdos alcanzados con el FMI, serían profundamente negativas
La emisión, como última herramienta para sostener los gastos del Estado y evitar la insolvencia, es un recurso siempre disponible, pero su uso ha llegado a límites legales y materiales que frenan severamente su utilización de aquí en adelante
- Inflación
La dinámica inflacionaria, al igual que otros indicadores de la “salud social”, está fuera de control, con tasas que rondan 7% mensual y amenazan elevarse. Ante esta situación, el gobierno no tiene ninguna respuesta coherente, ya que carece de la voluntad política necesaria y el tiempo suficiente como para implementar medidas de fondo. Todas las variables mencionadas en esta nota se sacuden ante la violencia del proceso inflacionario, siendo la única solución planteada hasta el momento un congelamiento de precios “acordado” para 1500 productos por 4 meses. Se repiten, además, conductas persecutorias y difamatorias contra todos aquellos que intentan aumentar los precios, sin importar la causa
No hace falta ser economista para evaluar esta clase de medidas. Los que tenemos algunos años, hemos visto aplicar remedios similares varias veces en la economía argentina; lo que nunca hemos visto es la cura.
- Sector externo
Esta es otra área donde las acciones del gobierno parecen no apuntar a algo más que sobrevivir el día siguiente. Terminado el acuerdo “dólar soja”, las reservas del BCRA han comenzado a drenar con una velocidad alarmante. Al día de la fecha, 10 de noviembre de 2022, lleva acumulado un rojo en el mes de 715 millones de dólares. Las reservas brutas han caído hasta una cifra que ronda los 37,000 millones de dólares y todo indica que continuará el deterioro. A esto hay que sumarle los casi 500 millones de ventas netas de octubre, y todo con el agravante de haber recibido 3.854 millones del FMI y 700 millones del BID, los cuales, obviamente, fueron en gran parte a cancelar deuda existente con organismos financieros internacionales, entre ellos el propio FMI.
Como si esto fuera poco, el BCRA debe a los importadores entre 6.000 y 10,000 millones de dólares de desembolsos postergados producto de las últimas disposiciones del Central, desarrollándose todo este proceso en medio de severísimas restricciones a las importaciones y la sombra de la actual sequía que castiga al campo argentino
Se espera un nuevo desembolso del Fondo en base a la tercera revisión de metas -que aseguran se aprobará – lo que ayudará a mitigar este proceso, aunque es muy poco probable que permita revertirlo. También se habla de ingresos de fondos privados vinculados a explotaciones mineras, pero por ahora no pasa de comentarios.
En resumen, la situación externa del país es caótica, con deuda creciente y reservas totalmente insuficientes. Es otro factor que, de no mediar algún suceso extraordinario, anticipa un rumbo de colisión violento
- Nivel de actividad
La contrapartida de las elevadísimas tasas de interés- nominales y reales- y las restricciones a las importaciones y el uso de reservas es la caída en el nivel de actividad.
Merced a un consumo exacerbado – debido a la salida de la pandemia y la enorme emisión monetaria- la economía se recuperó aceleradamente durante 2021 y el primer semestre del 2022, pero de la mano de la aceleración de la inflación, las restricciones monetarias actuales – tasas de interés positivas y freno al crecimiento de la base monetaria- y las dificultades del sector externo, el nivel de actividad se estancó y comenzó a caer a partir de septiembre. Si nos guiamos por el EMAE – Estimador Mensual de Actividad Económica- publicado por el INDEC, el cual es un indicador que permite estimar evolución del PBI, el arrastre estadístico para el 2023 sería negativo de entre -1,5% y -2% del PBI.
Por lo tanto, esta variable, lejos de mantener su característica expansiva de los últimos meses, estaría también mostrando signos de agotamiento en el futuro cercano
- Demandas sectoriales y convenios colectivos
La respuesta a la caída del nivel de actividad, la aceleración de la inflación y las restricciones monetarias ha sido un aumento en las demandas sectoriales, así como cierres de convenios colectivos con incrementos cada vez más desestabilizantes.
Los tradicionales festejos del 17 de octubre mostraron profundas divisiones en el arco social, con el Movimiento de Trabajadores Excluidos de Juan Grabois, la Cámpora, gremios K y Pablo Moyano realizando su propio acto, el cual se sumó a otros cuatro, cada uno con distintas posiciones frente al ajuste y las medidas económicas vigentes. Paros en los gremios del Transporte, el recodado conflicto con el gremio del Neumático y los reclamos de trabajadores del Estado completan el panorama.
Por otra parte, partiendo del 59,5% de los empleados de Comercio, se ha llegado a pactar ajustes del 94,1 % para los bancarios, 107% para camioneros y un astronómico 113,05% para el gremio del Calzado. Más allá de la lógica de los reclamos, es fácil darse cuenta de que una estructura de costos empresariales que deba incorporar dichos incrementos, pretendiendo además congelar precios al consumidor final, es insostenible
- Acuerdo con el FMI
El Fondo Monetario aprobó la segunda revisión del acuerdo alcanzado durante el mes de marzo del corriente, al tiempo que se constató el cumplimiento de varias de las metas del tercer trimestre. Si bien resta aun definir el cumplimiento de la meta de reservas, se considera que el éxito de la tercera revisión estaría asegurado.
El cumplimento de las metas del cuarto trimestre, sin embargo, es incierto, al igual que las pautas del presupuesto 2023. El desborde de la inflación y un sector externo cargado de incertidumbre por la sequía y el continuo drenaje de reservas pone en duda la posibilidad de alcanzar las metas acordadas. Si bien siempre existe la chance de un waiver- dispensa del FMI con relación al incumplimiento de las metas- esto agrega presión en un panorama socio económico cada vez más complicado
- Marco político y legal
Si bien este aspecto no se refiere directamente al proceso económico, es indudable que las profundas divisiones en el gobierno, los avatares de la vicepresidenta y los continuos cuestionamientos a la justicia hacen mella en las expectativas de los operadores económicos, afectando todo el desarrollo de la economía
El repaso de los puntos anteriores nos da una idea fehaciente de la magnitud del problema y el grado de cercanía que existe con un muy previsible desenlace. No sabemos si el gobierno guarda alguna carta que le permita, aunque más no sea, prolongar esta agonía social que reflejan todas las variables y el estado de ánimo de la población. Grandes anuncios en el orden político, económico y social, o tal vez la llegada de fondos inesperados, podrían desactivar quizás el curso de colisión que se avecina. Mientras tanto, el análisis económico no hace otra cosa que predecir lo que nos anticipara años atrás Bersuit Vergarabat “Se viene, se viene el estallido”.
Por el Mg. Norberto Mourad