Dentro del campo de la criminalística o de la accidentología vial, se recurre a quienes han presenciado los acontecimientos, los testigos, y se espera de ellos el aporte de los detalles, que permitan establecer con la mayor verosimilitud posible lo acaecido. Pero, no se puede esperar de ninguno de ellos la exactitud y todos los detalles de lo sucedido, porque la atención, la percepción y la memoria son procesos limitados y selectivos. Normalmente los errores deben a omisión u olvido involuntario, o de comisión, al añadirle elementos inexistentes para favorecer la coherencia del relato. En este proceso reconstructivo, la persona incorpora involuntariamente sus experiencias previas, por lo que es necesaria la intervención de la psicología del testimonio, para evitar errores en las variables consideradas y contrarrestar los falsos reconocimientos, a fin de otorgarles la mayor fiabilidad posible.
Todo testimonio basado en la memoria se compone de dos fases, la conservación y la evocación, por lo que el planteamiento técnico depende de cinco factores: a) cómo fue percibido; b) cómo fue conservado; c) cómo puede recrearlo; d) cómo quiere expresarlo; y e) cómo puede expresarlo.
En los estudios cuantitativos realizados sobre la memoria se han establecido “curvas del olvido”, que es un proceso natural, y las “curvas de represión”, o del olvido forzado, que se observa en los recuerdos emocionales. Esta dos “alteraciones”, pseudo-memorias, conducen a testimonios erróneos, aunque realizados de buena fe.
– Errores que influyen en la percepción de los acontecimientos
De acuerdo con la “psicología de la forma” (Gestaltpsychologie), toda percepción es superior a la suma de las sensaciones elementales, es una “vivencia”, es decir, una experiencia compleja donde se funden elementos intelectuales, afectivos y connotativos para constituir un acto psíquico, dinámico, global e irreductible. Las formas percibidas son subjetivas y personales; por consiguiente, para “acercarse a conocer la realidad” es necesario el aporte de la mayor cantidad posible de testigos, que hayan percibido simultáneamente un acontecimiento determinado.
Por otra parte, las percepciones tienen las siguientes características: a) es mayor en los hombres, pero las mujeres son más detallistas; es superior al del principio y la del final de los acontecimientos; c) se recuerdan mejor las percepciones visuales que las acústicas; las restantes no tienen mayor fidelidad; d) los datos cualitativos tienen mayor precisión que los cuantitativos. Se sobreestiman los números inferiores a diez y el tiempo menor a un minuto, pero las pausas a diez minutos y los números o espacios grandes son infraestimadas.
Entre los “errores” más comunes se hallan:
1) La “fatiga psíquica”, es un condicionante importante en la precisión y extensión de la percepción. La capacidad de aprehensión varía con las personas, pero, generalmente, es mayor a la mañana y disminuye por la noche o cuando realiza la digestión.
2) La afectividad está presente en toda percepción. Positiva si la “cosa” es como se la desea, y origina pseudospercepciones, que se dividen en alucinaciones, las fuertes, y en ilusiones las débiles. La negativa es aquella que se niega, por no ser como se quiere que fuese.
3) Los hábitos son deformantes de la realidad exterior. Cada persona percibe determinados detalles que otras no ven. Además, surgen los “islotes”, por los cuales se recuerdan algunas cosas y otras son olvidadas.
4) Las influencias son contribuyentes a las modificaciones de las percepciones, que son reproducciones voluntarias internas. Dentro de las influencias, el primer plano lo ocupa la “amnesia emocional”, una involuntaria defensa psíquica, que es la incapacidad de recordar un determinado acontecimiento traumático, ya que tiende a olvidar las experiencias dolorosas, desagradables, etc., que se convierten en “conmocional” al afectar lo físico. Por consiguiente, se registran dos tipos de olvido, el espontáneo, producido por el desgaste fisiológico de las células que fijan las impresiones, y el forzado, al tender a la represión y la inhibición.
5) La represión en los recuerdos desagradables es frecuente, se traduce en una “amnesia emocional” y el “no recuerdo” del testigo. El olvido puede ser involuntario o reprimido, forzado. En los primeros, la represión actúa inconscientemente y se afianza cuando se quiere forzar el recuerdo. Estos olvidos pueden ser fragmentarios, deformados y/o mezclados con falsos recuerdos.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL TESTIMONIO
En el supuesto caso que una persona haya observado con objetividad los hechos, los conserve intactos en su memoria y consiga reproducirlos con fidelidad, ¿logrará expresarlos de modo tal que quienes los escuchan puedan “verlos” y “comprenderlos” de igual forma como los percibió quien los relata? Se debe considerar que son pocas las personas poseedoras de una cultura, inteligencia y capacidad verbal para describir con precisión las cosas o de transmitir con fidelidad sus experiencias o impresiones vividas. Es muy difícil que una descripción verbal represente un objeto o un escenario tal cual es. Dos de problemas que se presentan en los testimonios: a) que el testigo premeditadamente intente deformar la fidelidad de su relato; o b) que la deformación se origine por las preguntas capciosas, sugestivas o de respuestas inducidas.
– Diferencias esenciales entre el testimonio espontáneo y el obtenido por interrogatorio:
* Espontáneo: es más puro, menos deformado, pero es incompleto e irregular, y solo expresan los que les interesan. Se interpolan datos inútiles y detalles sin importancia.
* Por interrogatorio: Conflicto entre lo que el testigo sabe y lo que se pretende que sepa. Serán respuestas mixtas y pueden ser falsas por:
a) la pregunta haga evocar una asociación con otra no concordante con la realidad;
b) que ante olvido o ignorancia el interrogado responda al azar o haga una deducción inexacta;
c) que la pregunta coloque cauce temor y le impida al interrogado contestar correctamente. Aquí se pueden obtener datos más concretos, pero menos exactos, que en los espontáneos.
Hay preguntas determinantes, disyuntivas, condicionantes, que inducen las respuestas y las excluyentes que dejan solo una opción, sí o no.
Ante las falsedades son contraproducentes las amenazas de castigos, humanos o divinos, que pueden causar efectos en personas temerosas o no acostumbradas a trámites judiciales y/o policiales, pero no en los inmorales o delincuentes que no temen mentir para obtener ventajas personales o comerciales, por complicidad, o venganza. Se corre el riesgo de aceptar como verdadero lo mendaz.
CAUSAS FRECUENTES DE INEXACTITUD DEL TESTIMONIO
Entre las motivaciones más frecuentes se puede mencionar:
1) El hábito: se describen los sucesos como acostumbran a ocurrir y no como en realidad han pasado;
2) La sugestión: es el automatismo ante las preguntas que condicionan las respuestas;
3) La confusión temporal o alteración cronológica de los sucesos, se los ubica antes o después de cuando realmente ocurrieron. La localización temporal de las vivencias es uno de los procesos psicológicos más inestables e influenciables. Suele ocurrir que los testigos no se pongan de acuerdo con la fecha u hora de los hechos, cada uno tiene “la suya”. Hay sobrestimación de los intervalos cortos e infraestimación los largos. Las horas a gusto son “cortas” y “largas” las sufrientes o a disgusto.
4) La afectividad, ocupa el primer lugar entre las inexactitudes. Aquí juega la simpatía o antipatía sobre los hechos y las personas que intervinieron. No existen las vivencias neutras.
LA INFLUENCIA DE LA PERSONALIDAD EN EL TESTIMONIO
La personalidad del testigo ejerce una fuerte influencia en el testimonio, aunque la precisión no siempre se corresponde con la veracidad. Generalmente se pueden distinguir las siguientes características:
a) El extrovertido. A mayor extroversión, más fácil es obtener su testimonio, pero también habrá más probabilidad que no sea constante.
b) El introvertido. Proporcionará testimonios parcos, pero más veraces. Es menos influenciable a las circunstancias exteriores y por el tiempo.
c) Los mitómanos, susceptibles de brindar falsos testimonios, por su tendencia a la fabulación; y los histeroides, por su esquizofrenia no resulta confiable su testimonio.
d) Los compulsivos y obsesivos, sus testimonios tienen gran veracidad, pero, por autocensura, rehúye a las precisiones por temor a equivocarse.
LA CAPACIDAD DE TESTIMONIAR
Juristas, psiquiatras y psicólogos, que coinciden en la necesidad de efectuar una previa valoración de la “capacidad de testimonio”, pero al no poderse realizar en la totalidad de los testigos, por la multiplicidad de las variantes psíquicas, se han establecido algunas pautas generales, como la capacidad visual, auditiva y sobre el tema a declarar, considerando que no existe el testimonio perfecto, el promedio en adultos llega al 75%; que no existe relación entre la extensión y precisión; que el convencimiento sea garantía de certeza de veracidad; los hombres tienen un 25% mayor de precisión que las mujeres, pero éstas son más detallistas; los niños son más sugestionables y en las personas mayores de 70 años merma la precisión; y a mayor tiempo transcurrido, entre la observación y la declaración, es menor la precisión
Del análisis cualitativo los errores se dividen, en los de observación (percepción insuficiente o deformada); de imaginación (fabulación, retoques, complementación intencionada de los datos); y de juicios (interpretación errónea de datos, falta o exceso de autocritica).
DEDUCCIÓN DE LOS EXÁMENES
De los exámenes realizados sobre la capacidad de las personas para testimoniar, quedó demostrado que no todas pueden hacerlo objetivamente, al exceder el 35% de los errores admitidos, y recomiendan suma precaución en los índices que oscilan entre un 20 y un 35%.
La finalidad de los exámenes sólo tiene el propósito de establecer la capacidad de testimoniar, acerca de los hechos y de su intencionalidad, positiva o negativa, al tener una incidencia directa sobre la veracidad del testimonio que brinda el testigo. –