En una certera maniobra diplomática que demandó largos años de conversaciones y negociaciones el Rey de Marruecos, Mohammed VI cerró está semana con una entrevista telefónica con el presidente Donald Trump el reconocimiento de los Estados Unidos a la soberanía del reino alauí sobre sus provincias saharianas.
Refiriéndose al tema el presidente Trump anunció en Twitter: “Hoy he firmado una proclamación reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. ¡Una propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos que es la única base para una solución justa y duradera para la paz perdurable y la prosperidad!”. Haciendo suyo el lenguaje de “autonomía seria, creíble y realista” que acompaño a la Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara presentado por Marruecos ante las autoridades de las Naciones Unidas, en 2007.
Luego agregó el mandatario estadounidense que Marruecos fue la primera nación en reconocer la independencia de los Estados Unidos, en 1777, y “por lo tanto es adecuado que nosotros reconozcamos su soberanía sobre el Sáhara Occidental”.
El comunicado oficial del Departamento de Estado consigna claramente: “Estados Unidos cree que un Estado saharaui independiente no es una opción realista para resolver el conflicto y que la auténtica autonomía bajo la soberanía marroquí es la única solución viable. Instamos a las partes a entablar conversaciones sin demora, utilizando el plan de autonomía de Marruecos como único marco para negociar una solución mutuamente aceptable.”
Como producto de esta negociación los Estados Unidos se comprometieron a abrir un consulado en la bella ciudad sahariana de Dakhla, “de vocación principalmente económica, con miras a alentar las inversiones estadounidenses y la contribución al desarrollo económico y social, en particular en beneficio de los habitantes de las provincias del sur”, como señala el comunicado oficial del Gabinete Real.
En esta forma, los Estados Unidos se convierten en el primer país occidental y la primera potencia internacional en reconocer la soberanía marroquí en el Sáhara y el dieciochoavo en abrir oficinas consulares en la región. Entre los países que ya han instalado consulados en la región hay nueve en El Aaiún, capital administrativa del Sáhara, y siete en Dakhla.
Hasta ahora la mayoría de los Estados con legaciones diplomáticas eran africanos y uno solo, Emiratos Árabes Unidos, era un país árabe, musulmán y asiático.
Seguramente, la decisión del Departamento de Estado de los Estados Unidos alentará a otros países a seguir su ejemplo acompañando ese reconocimiento y abriendo también oficinas consulares en el Sáhara marroquí.
Esta exitosa maniobra diplomática implementada por el Rey Mohammed VI y el decisivo accionar de las Fuerzas Armadas Reales, el pasado 13 de noviembre, en el paso fronterizo de Guerguerat, golpearon como un mazazo decisivo las ilusorias expectativas de los separatistas del Frente Polisario y sus socios argelinos de hacer creíble a la inexistente República Árabe Saharaui Democrática.
Estratégicamente reducido a la impotencia y perdiendo aceleradamente sus apoyos internacionales, el Frente Polisario atraviesa por su peor momento.
En contrapartida, por este apoyo estadounidense, el Reino de Marruecos se ha comprometido a restablecer sus relaciones diplomáticas con el Estados de Israel suspendidas desde 2002.
En otros tuit, el presidente Donald Trump se refirió también a este anuncio diciendo: “¡Otro logro histórico hoy nuestros dos grandes amigos Israel y el Reino de Marruecos han acordado establecer relaciones diplomáticas plenas, un gran avance para la paz en Oriente Próximo!”
En el comunicado dado a conocer por el Gabinete Real se menciona el propósito de: “Conceder las autorizaciones de vuelos directos para el transporte de los miembros de la comunidad judía marroquí y de los turistas israelíes hacia y desde Marruecos; reanudar los contactos oficiales bilaterales y las relaciones diplomáticas lo antes posible y promover las relaciones innovadoras en las esferas económica y tecnológica, y, con este fin, trabajar para la reapertura de las oficinas de enlace en ambos países.”
Además, el comunicado hace referencia a la cuestión palestina aclarando que “Marruecos apoya una solución basada en dos Estados que viven juntos en paz y seguridad, y que las negociaciones entre las partes palestinas e israelí siguen siendo la única forma de lograr un arreglo definitivo, duradero y global de este conflicto.”
“En su calidad de Presidente del Comité Al-Quds, emanado de la Organización de Cooperación Islámica, Su Majestad el Rey subrayó la necesidad de preservar el estatuto especial de esta ciudad. El Soberano también insistió en el respeto de la libertad de practicar los ritos religiosos para los seguidores de las tres religiones monoteístas, así como el respeto del sello musulmán de Al-Quds Asharif y de la mezquita Al-Aqsa, conforme al llamamiento de Al-Quds/Jerusalén firmado por Su Majestad el Rey, Comendador de los Creyentes, y Su Santidad el Papa Francisco, durante la visita de Su Santidad a Rabat el 30 de marzo de 2019”.
Aclarando que el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel no afecta “al compromiso permanente y sostenido de Marruecos a favor de la causa palestina justa y su determinación a seguir contribuyendo de manera eficaz y constructiva a una paz justa y duradera en Oriente Medio.”
En esta forma, ha queda una vez más en evidencia la habilidad del Rey Mohammed VI como estadista y hábil estratega internacional que se sabe defender los intereses de su pueblo sin descuidar sus compromisos históricos y fraternales con sus hermanos musulmanes.