La intransigencia en aceptar una solución realista y negociada al Conflicto del Sáhara, como la negativa a discutir la propuesta del Reino de Marruecos para un Estatuto de Autonomía para la región, por parte de la dirigencia del Frente Polisario, unida a las prácticas totalitarias y represivas contra los disidentes internos y la evidente corrupción endémica que padecen los cuadros de conducción de la organización separatista han terminado por convencer a un número cada vez más importante de saharauis, residentes en los campamentos de Tinduf y en el exilio europeo, de buscar un camino alternativo que permita superar más de cuatro décadas de estancamiento en un diferendo artificial que data de los días de la Guerra Fría.
Es así como, el 22 de abril de 2020, se constituyó el Movimiento Saharaui por la Paz que agrupa a ex dirigentes del Frente Polisario, militantes de la disidente Iniciativa Saharaui por el Cambio, integrantes de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, descendientes de los miembros de la Yema, la antigua asamblea de notables, creada por los españoles durante el período colonial y ex detenidos políticos que fueron liberados del “gulag polisario” por la presión internacional, como el bloguero Fadel Baika.
A pesar de las restricciones a las reuniones y viajes que ha impuesto la pandemia del Covid 19, el Movimiento Saharaui por la Paz no ha dejado de crecer organizativamente incorporando a buena parte de los diez mil cuadros civiles y excombatientes que alguna vez integraron el Frente Polisario.
El Comité Fundador del Movimiento Saharaui por la Paz dio paso a la constitución de una Comisión Política integrada por trece reconocidos cuadros políticos, los cuales a su vez designaron al prestigioso dirigente Hac Ahmed Berical como el primer Secretario General de la nueva organización humanitaria saharaui.
El Movimiento Saharaui por la Paz inició la dura tarea de darse a conocer ante los organismos internacionales (ONU, Unión Europea, Unión Africana, CEDEAO, etc.), ONG y asociaciones defensoras de los derechos humanos (Human Rights Watch, Amnesty International, etc.) como una entidad democrática y humanitaria que también representa la opinión de la población retenida en los campamentos argelinos de Tinduf.
La aparición del Movimiento Saharaui por la Paz ha roto con el esquema de “partido único” y “único representante del pueblo saharaui” que ha tratado de imponer el Frente Polisario ante la opinión pública internacional. El nuevo nucleamiento ha demostrado que entre los saharauis de Tinduf hay diversidad de intereses, opiniones y sentimientos que no necesariamente coinciden con la línea política de totalitariamente han impuesto los dirigentes separatistas del Polisario.
El Movimiento Saharaui por la Paz se ha convertido en pocos meses en un referente político más de los saharauis proponiendo un nacionalismo moderado y realista capaz de convivir en armonía y autonomía dentro del Reino de Marruecos, superando años de histórica intransigencia por parte del Frente Polisario.
Es así como esta tercera vía saharaui se ha convertido en una esperanza de paz y cooperación en el Magreb dejando de lado la apuesta del Frente Polisario por el odio y el enfrentamiento.
Es por lo que el Movimiento Saharaui por la Paz cada día recibe más apoyo de sectores progresistas, intelectuales preocupados por la paz y figuras internacionales, como el exjefe de Gobierno de España, el socialista José Luis Zapatero.
El exmandatario español tomo parte, el pasado sábado 4 de octubre del Primer Congreso del Movimiento Saharaui por la Paz, en calidad de invitado de honor.
El dirigente del PSOE es una figura internacionalmente reconocida por su participación en la “diplomacia cultural por la paz” y su intervención solidaria para la resolución pacífica de controversias en diversos escenarios conflictivos, especialmente en Venezuela.
En su alocución, el dirigente socialista expresó precisamente a los miembros del Congreso en diversas ocasiones las palabras paz, convivencia, cooperación y solidaridad “el único caminos” posible hacia el futuro. “Quien defienda esos valores nunca traicionará”, afirmó.
El expresidente ha subrayado que el Movimiento Saharaui por la Paz representa una “gran esperanza” para los saharauis y para el resto de los pueblos de la región, pues “solo el diálogo y la cooperación pueden acabar con las penurias de este pueblo y materializar sus anhelos en un futuro digno y próspero”. “La comunidad internacional apoya vuestros objetivos y os garantizo mis esfuerzos y apoyo personal”, concluyó.
Este primer Congreso ha servido para consagrar al Movimiento Saharaui por la Paz como un actor internacional alternativo en el Conflicto del Sáhara y un claro revés para la pretensión de los separatistas del Frente Polisario de ser los únicos que pueden hablar por los saharauis de Tinduf.
La existencia del Movimiento Saharaui por la Paz es una evidencia irrefutable de que los saharauis tienen pluralidad de voces y opiniones.