Según la Organización Internacional del Trabajo, para junio de 2020, se estimaba que el 72% de las trabajadoras domésticas de todo el mundo habían perdido el empleo como resultado de la COVID?19. Mujeres y hombres están asumiendo las tareas del hogar y el cuidado de los hijos durante el confinamiento, aun así, la mayoría del trabajo recae sobre los hombros de las mujeres y las niñas.
Los pronósticos indican que la pobreza extrema en mujeres y niñas alcanzara a 435 millones, con indicadores que estiman que esta cifra no volverá a los niveles anteriores a la pandemia sino hasta 2030. Los expertos predicen que Asia meridional experimentará un resurgimiento de la pobreza extrema.
“Las mujeres soportan el mayor peso de la crisis de COVID?19, ya que tienen más probabilidades de perder su fuente de ingresos y menos probabilidades de estar alcanzadas por las medidas de protección social. La inversión orientada a reducir la desigualdad de género no solo es un dispositivo inteligente y asequible, sino que es además una decisión urgente que los gobiernos pueden adoptar para revertir los efectos de la pandemia en la reducción de la pobreza”, señaló Achim Steiner, Administrador del PNUD.
Para Achim Steiner “Sería posible sacar de la pobreza a más de 100 millones de mujeres y niñas si los gobiernos implementaran una estrategia integral orientada a mejorar el acceso a la educación y la planificación familiar, un salario justo y equitativo, y a la ampliación de las transferencias sociales”
El 59% de las mujeres pobres del mundo residen actualmente en el África subsahariana, pese a los importantes logros en materia de reducción de la pobreza alcanzados en los últimos años.
Sólo uno de cada ocho países de todo el mundo ha adoptado medidas para proteger a las mujeres contra los impactos sociales y económicos.
ONU mujeres y el PNUD, han creado recientemente El Rastreador Global de Respuestas de Genero a la COVID19, el mismo muestra que la respuesta a la pandemia en materia de protección social y puestos de trabajo ha pasado por alto en gran medida las necesidades de las mujeres.
El Rastreador, analiza específicamente y desde la óptica del género las medidas gubernamentales en tres categorías:
· Las que combaten la violencia contra las mujeres y las niñas.
· Las que apoyan a quienes proveen trabajo de cuidados no remunerado.
· Las que refuerzan la seguridad económica de las mujeres.
De los países analizados Sólo 25 países (el 12 % del total mundial) han introducido medidas que abarcan las tres categorías.
Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres ha dicho que, “Ha quedado claro que la pandemia de la COVID-19 está afectando con dureza a las mujeres, como víctimas de violencia en el ámbito privado confinadas con sus agresores, o cuidadoras no remuneradas de una familia o comunidad, o trabajadoras en puestos sin protección social”.
Los datos obtenidos por el rastreador en diferentes países, sugieren que, incluso en el caso en que han adoptado una asombrosa cantidad de medidas con perspectiva de género, estas sólo serán eficaces si cuentan con financiación suficiente y se mantienen en el tiempo.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resaltó que es necesario diseñar e implementar políticas públicas integrales desde una perspectiva de género y de derechos para responder a la pandemia del COVID-19 en el corto, mediano y largo plazo.
La Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030, fue aprobada por los Estados miembros.
En la región se identifican cuatro nudos estructurales que es necesario enfrentar:
· La desigualdad socioeconómica y la pobreza.
· Los patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos y la cultura del privilegio.
· La división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado.
· La concentración del poder y las relaciones de jerarquía en el ámbito público.
ONU/Jean-Marc Ferré Instó a los gobiernos a que pongan a las mujeres y las niñas en el centro de sus esfuerzos para la recuperación del COVID-19 ya que no es solo un desafío para los sistemas de salud de todo el mundo, sino que está poniendo a prueba nuestra humanidad común.
“La igualdad de género y los derechos de las mujeres son esenciales para superar juntos esta pandemia, para recuperarnos más rápidamente y para construir un futuro mejor para todos”.