Numerosos estudios han relacionado a la obesidad con la Inseguridad Alimentaria. En tal sentido se podría decir que en general en los hogares que experimentan inseguridad alimentaria se adquieren y consumen alimentos de alta densidad energética, considerados de menor precio y con mayor capacidad de saciedad, algunos expertos postulan tres teorías que la relacionan:
1. Personas con ciclos de pérdidas y ganancias, por lo cual cuando no tienen acceso a estos alimentos pierden peso, esto provoca ciclos de ganancia y pérdida de peso que producen cambios en su composición corporal y metabolismo que lo harían más eficiente para ´´guardar o acumular´´ grasa corporal.
2. Las personan que sufren inseguridad alimentaria con frecuencia no tienen acceso a alimentos más saludables y a información alimentaria veraz.
3. Algunas personas expuestas a estas condiciones socioeconómicas y ambientales por largos períodos de tiempo, experimentarían restricción cognitiva, centrando su atención en los alimentos, lo que se expresaría con atracones de comida.
Según informa la OMS, 41 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso u obesidad, el mayor crecimiento de la epidemia ocurre en los países de bajos y medianos ingresos. A su vez, señala que la prevalencia de sobrepeso en niños menores de 5 años aumentó de 4.8% en 1990 a 6.1% en 2014, es decir, de 31 millones de niños afectados en 1990 a 41 millones en 2014.
La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Esta enfermedad crónica considerada en un principio como un problema de salud en países de altos niveles de ingresos, se ha extendido peligrosamente a países con medianos y bajos ingresos.
FAO informa que “las tasas alarmantes de sobrepeso y obesidad en América Latina y el Caribe deben ser un llamado de atención a los gobiernos de la región para introducir políticas que aborden todas las formas del hambre y malnutrición, vinculado a seguridad alimentaria, sostenibilidad, agricultura, nutrición y salud ´´
Países de ingresos bajos y medianos están afrontando una ´´doble carga´´ de morbilidad debido a que enfrentan problemas de enfermedades infecciosas y desnutrición, mientras rápidamente se han incrementado los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles como obesidad y sobrepeso; es habitual encontrar desnutrición coexistiendo con obesidad y sobrepeso.
En 2011, en la Declaración de La Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles, se asume el compromiso de promover la aplicación de la "Estrategia Mundial OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud" introduciendo políticas y medidas encaminadas a promover dietas sanas y a aumentar la actividad física de toda la población.
La Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil advierte sobre el crecimiento dramático de esta enfermedad a nivel infantil en el mundo y detalla una serie de recomendaciones para los gobiernos con el fin de prevenir y luchar contra esta epidemia.
Frente a este panorama la Comisión recomienda a los gobiernos que avancen con el diseño e implementación de políticas públicas que reviertan esta tendencia y garanticen un entorno saludable para los niños. El reporte brinda 6 recomendaciones centrales para los gobiernos:
- Promover el consumo de alimentos saludables y desalentar el consumo de alimentos no saludables.
- Fomentar la actividad física y desalentar el sedentarismo en niños y adolescentes
- Cuidado en el embarazo y preconcepción
- Promoción de hábitos alimenticios saludables y actividad física desde la niñez
- Implementar medidas que fomenten los entornos escolares saludables.
- Control del peso
Cuando el niño se desarrolla en un entorno obesogénico, donde se alienta al consumo de alimentos y bebidas no saludables mediante diversas estrategias de marketing, promovidos por empresas de alimentos, la tendencia es el aumento de los índices de obesidad y sobrepeso, y es por ello que el reporte recomienda restringir la publicidad de estos productos en todos los niveles, siendo que los padres y cuidadores también forman parte del universo al que van dirigidas estas publicidades.
Así mismo, la industria alimentaria puede acompañar a las estrategias para evitar esta epidemia y desempeñar un papel importante en la promoción de dietas sanas comprometiéndose entre otras a:
- Reducir el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos procesados
- Asegurar que las opciones saludables y nutritivas estén disponibles y sean asequibles para todos los consumidores
- Limitar la comercialización de alimentos ricos en azúcar, sal y grasas, sobre todo los alimentos destinados a los niños y adolescentes
- Asegurar la disponibilidad de opciones saludables y apoyar la práctica de actividades físicas periódicas en el lugar de trabajo.
"El exceso de peso corporal es uno de los problemas de salud pública más difíciles de nuestra época, y afecta a casi una de cada tres personas" señaló el profesor de salud global en el Instituto de Medidas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, en Seattle. Ashkan Afshin,
Según un estudio realizado por dicho Instituto, basado en datos de 195 países, sugiere que hay "una creciente y perturbadora crisis global de salud pública" debida al sobrepeso y a la obesidad. el Dr. Christopher Murray director del instituto además afirmó que "Las personas que restan importancia al aumento de peso lo hacen a su propio riesgo: un riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer y otras afecciones potencialmente letales".
Los investigadores concluyeron que, si bien en general la tasa de obesidad de los niños es más baja que la de los adultos, en algunos países persiste un aumento de la obesidad infantil superior a la de los adultos.
Entre los 20 países con más población, el nivel más alto de obesidad en niños y adultos jóvenes fue en Estados Unidos, con casi un 13 por ciento. Egipto tuvo la tasa general más elevada de obesidad entre los adultos, con casi un 35 por ciento. Las tasas más bajas de obesidad adulta fueron en Bangladesh y Vietnam, con un 1 por ciento. China (15.3 millones) e India (14.4 millones) tenían las cantidades más altas de niños obesos. Estados Unidos (79.4 millones) y China (57.3 millones) tenían las cantidades más altas de adultos obesos en 2015.
Según el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado recientemente por OPS/OMS y la FAO. Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe con un 9,9%
El Representante Regional de la FAO Eve Crowley dijo que "Las tasas alarmantes de sobrepeso y obesidad en América Latina y el Caribe deben ser un llamado de atención a los gobiernos de la región para introducir políticas que aborden todas las formas del hambre y malnutrición, vinculando seguridad alimentaria, sostenibilidad, agricultura, nutrición y salud ".
CONCLUSIÓN
El Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud, entre otras medidas, insta a aplicar políticas fiscales, como impuestos sobre las bebidas azucaradas y los productos de alto contenido calórico y bajo contenido nutricional, la reglamentación de la publicidad y el etiquetado de los alimentos, el mejoramiento de los ambientes escolares de alimentación y la actividad física, y la promoción de la lactancia materna y la alimentación saludable. La meta de este plan es detener el aumento de la epidemia para que no haya incremento con respecto a las tasas actuales de prevalencia de la obesidad en los países.
En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación lleva adelante, a través del Plan Argentina Saludable, una estrategia para la prevención y control de los factores de riesgo y determinantes sociales de estas enfermedades en la población general. La misma se compone de tres líneas de acción:
· La promoción de estilos de vida saludables
· Regulación de la oferta de productos y servicios. Por ejemplo: reducción de la sal del pan, reducción del contenido de grasas malas (grasas trans) en los alimentos que producen las industrias
· Promoción de entornos saludables para apoyar a las personas en el proceso de realizar elecciones, de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos, actividad física periódica y exposición al humo de tabaco.
Esto debe ser complementado con educación nutricional y advertencias para los consumidores sobre la composición nutricional de alimentos altos en azúcar, grasas y sal.
En Buenos Aires, en mayo de 2017, Expertos de distintos países organizaciones nacionales e internacionales y funcionarios participaron en la Cámara de Diputados de la Nación de las Jornadas para Promover Políticas de Regulación que ayuden a prevenir el creciente sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes de Argentina.
En el marco de prevención de enfermedades como obesidad y sobrepeso, el Ministerio de Salud presentó las nuevas GAPA (Guías Alimentarias para la Población Argentina), Luego de 15 años de la primera versión, el Ministerio de Salud actualizó este instrumento para promover hábitos y comportamientos alimentarios y nutricionales más equitativos y saludables
Las primeras Guías alimentarias para la Población Argentina (GAPA), fueron elaboradas por la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND) en el año 2000. Por eso era necesario un proceso de revisión para adaptar las Guías a la situación actual, donde los problemas epidemiológicos, nutricionales y alimentarios relacionados al déficit conviven con problemas relacionados al exceso.
"Las vamos a utilizar en todos los planes del Ministerio, habida cuenta de que el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes son la gran epidemia del siglo XXI", resaltó el ministro Lemus durante el acto de presentación celebrado en el Salón Ramón Carrillo en 2016.
FAO y la OPS llaman a promover sistemas alimentarios saludables y sostenibles que liguen agricultura, alimentación y nutrición y salud, fomentando la producción sostenible de alimentos frescos y nutritivos, asegurando la oferta, diversidad y acceso a los mismos e instan a los gobiernos a tomar las medidas necesarias para hacer más eficiente y sostenible el uso de la tierra y de los recursos naturales, mejorar las técnicas de producción, almacenamiento y transformación y procesamiento de los alimentos, y reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos para asegurar el acceso equitativo a los mismos.
Crowley destacó que 127 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician anualmente en América Latina y el Caribe y que “La sostenibilidad de la oferta alimentaria y su diversidad futura se encuentran bajo amenaza, a menos que cambiemos la forma en que hacemos las cosas”.