Por solicitud de nuestro colaborador Álvaro Frutos Rosado y por reciprocidad hacia La hora Digital que desinteresadamente nos permite reproducir sus artículo y publica nuestros materiales damos a conocer esta nota.
LA HORA DIGITAL NO RECIBE DINERO PÚBLICO
Estimado lector y colaborador de La Hora Digital, me gustaría que leyeras está nota en la que hablamos de nosotros mismos y de mí mismo, pero en estos tiempos de oscurantismo, falta de transparencia y de medias verdades, creo que es importante hacer y decir las cosas de manera diferente.
El viernes 19 de julio, El Confidencial, bajo el titular: “El pequeño medio pro-PSOE que tenía mucha más publicidad institucional que lectores”, relata la creación y vicisitudes del digital “La Hora Digital”. Hemos esperado unos días por ver si la información allí contenida era de continuidad o en ella terminaba la historia, visto que no hay más nos gustaría hacer una precisión.
´Ni pro-PSOE, ni pro-PP. Pro mejora de La Democracia
En dicha información se me cita junto a otras personas, sin decir nada que no sea cierto: “Pese a ser una cabecera que acababa de arrancar, La Hora Digital comenzó a contar con firmas de renombre. Entre las más recurrentes estaban, por ejemplo, Cristina Narbona, exministra y actual presidenta del PSOE, o Álvaro Frutos Rosado, antaño director general del Gabinete de Crisis de Presidencia del Gobierno entre 1983 y 1996 y, más tarde, secretario de Formación, Estudios y Programas del PSOE de Madrid, entre otros cargos”.
Nada hay que rectificar de la información, ni a una falta de veracidad en la información contenida, en lo que a mí me consta. Si quiero atenerme a un derecho no reconocido de precisar la información dada.
El que mi nombre aparezca no es casual más abajo dire el porqué de ello, y por cierto la enumeración de los cargos que he desempeñado, estos y todos, me llena de orgullo. Que se me considere una firma de renombre es halagador, aunque exagerado. Quiero indicar que he publicado artículos de opinión en diferentes medios ademas de La Hora Digital, sin preocuparme nunca la tendencia ideológica, y ellos tampoco me han preguntado la mía, ni en Vozpópuli, The Objective, InfoLibre, Nueva Tribuna, entre otros. Lo cual evidencia, a mí por lo menos, que la libertad de opinión en España funciona.
Cuando Concha Minguela abandono La Hora Digital, como se dice en la información, era un medio claramente de gente del PSOE y para el PSOE. Su marcha del periódico coincide con mi despido como secretario general de la empresa pública ENISA, por razones que no vienen al caso, pero que parecieron tener que ver con una pérdida de confianza en mi persona. Aunque mi puesto era técnico, la ministra quería a alguien “más” amigo y “político”, ya he sabido por qué.
Con el nuevo propietario Esteban Hernando, a quien conocía desde hace tiempo, habíamos hablado de la necesidad de que hubiera medios más abiertos, plurales y dedicados al pensamiento y opinión fundada, no ser uno más creando información puntual que, para empezar, llega por otras vías a los ciudadanos y donde todo termina enfrascándose en una batalla por un relato.
Hernando me ofreció reconstruir La Hora Digital dejándome manos libres para ello. Una advertencia: “no hay ni un duro, habrá que sacarlo adelante con voluntad”. Nos autoimpusimos dos líneas rojas: No habrá exclusión de nadie, por razón de su color político, ni progubernamental ni antigubernamental, ni de derechas ni de izquierdas. Además, teniendo el reto de que ninguno de los colaboradores perdiera sus principios ideológicos o se sintiera incomodo. Ni yo mismo. ¿Eso es posible? No es fácil. En ello estamos.
Desde ese momento me puse a la dura tarea de conseguir colaboradores, “gratis et amore”, de calidad, que contribuyeran a hacer florecer el hoy minado territorio de la pluralidad, el pluralismo y el criterio fundamentado.
Ninguno sabemos de métricas, compras de tráfico y dinero por cariño. Sé que el número de lectores y la comunidad que comenta las lecturas ha crecido. En LHD al pinchar en un artículo sobre tecnología, escrito por un catedrático de informática, no se contabilizan otras cuatro páginas más de “injertos corporales”. Desde hace meses superamos el millón de lectores mensuales. Ahora me he enterado que eso ha sido sin comprar tráfico, cosa que no sabía que se podía hacer.
Lo más satisfactorio es comprobar que, en la comunidad de pensamiento en que hemos convertido La Hora Digital, se publican y leen semanalmente críticas de teatro del profesor Alberto Morate, poeta, dramaturgo y crítico teatral. Además, se incluyen las crónicas cinematográficas del joven director de cine Javier Granados o las poesías de María Comesaña.
Alguien puede pensar que es difícil hacerse un hueco sin medios económicos y sin recurrir a aflorar escándalos o hacer bulla contra Sánchez o contra Ayuso. Nos dedicamos a otras cosas, como conseguir la primera entrevista al embajador de Palestina después de los asesinatos del 8 de octubre. Por cierto, extendimos una invitación similar a la embajadora israelí, pero no obtuvimos respuesta.
Es complicado cuestionar a un medio diferente que publica semanalmente análisis de política internacional del embajador Carlos Miranda o que ha creado un gabinete de análisis geopolíticos de profesionales que intentan explicar lo que en el mundo está pasando, con participación del ex coronel Manuel Morato, presidente del Instituto de Debate de Políticas de Seguridad y Defensa o con David Villar, profesor de estudios hebreos de la UCM. También contando lo que pasa en el mundo de la tecnología, con, entre otros, Fernando Ballestero, ex embajador en la OCDE, ex directivo de Orange y, hasta hace poco, presidente del Clúster de Ciberseguridad del Ayuntamiento de Madrid. Así como los análisis electorales del catedrático de Sociología Juan Jesús González y los estudios pre-electorales elaborados por el colectivo Future Politics.
Todo esto sin mencionar los análisis sobre el complejísimo mercado de la vivienda realizados semanalmente por, quizás, las dos personas que más saben del tema en España: Julio Rodríguez López, ex presidente del Banco Hipotecario, y Fernando Acedo Rico, registrador de la propiedad y ex viceconsejero de la CAM con Alberto Ruiz Gallardón. Además, del intento de ser un medio que cuente con firmas de analistas iberoamericanos como el ex canciller peruano Miguel Ángel Rodríguez Mackay, el geopolítico argentino Adalberto Agonzino o el doctor Andrés Solimano, ex directivo del Banco Mundial y del BID. Los analisis electorales país a país a Pedro Fuentetaja. Tambien publicamos en gallego como las del Catedrático de Biología Ramón Varela Díaz o en catalán por el abogado Joan Recasens y cada día incorporamos a más escritores y periodistas marroquíes. Asi hasta más de ciento cincuenta profesionales que poco tienen que ver con el fagocitante mundo de la política.
Estimado lector de La Hora Digital, te pedimos que nos sigas leyendo y compartiendo aquello que te resulte interesante. ¡Ayudanos a mejorar!
En La Hora Digital trabajamos para ser útiles, libres y no complacientes.
Estimados Colaboradores de La Hora Digital os pedimos que sigais aportando todas vuestras opiniones, criterios e ideas para continuar creciendo y avanzando. No es una tarea fácil pero si imprescindible para conseguir un pensamiento libre.
En esta caza de brujas que se ha abierto en España, tanto a derecha como a izquierda, donde publicar, escribir u opinar, y dentro de poco pensar, sin tener que meterse en una u otra trinchera estará penalizado. Cuando la militancia política solo es entendida como la asunción a pie juntillas de un argumentario, persistimos en nuestra creencia de que la tarea que iniciamos hace unos meses, de no renunciar a pensar y compartir espacio con quienes piensan diferente, no solo merece la pena, sino que es cada día más imprescindible.
Por ello, el nacimiento de La Hora Digital, fuera cual fuera su origen es indiferente. Lo importante es lo que pretende ser hoy. Sabemos que no resistiremos mucho, pues sin dinero es difícil continuar. Las grandes plataformas nos ignoran; no estamos en la bronca diaria de hacer caja contando las inmundicias de unos u otros, sin decir con ello que en un mundo libre las noticias falsas y la desinformación se combate con la formación y la transparencia de la ciudadanía. Para Google, no existimos; más de un año nos ha costado recuperar la plenitud de nuestro dominio, siguiendo todos los requisitos que imponen a los ciudadanos de a pie, ni tampoco nos sitúan en sus mostradores de noticias que nos permitirían tener mayor exposición al público. Para los anunciantes, no somos considerados, pues para ellos es más fácil comprar en medios con datos falseados de audiencia que unir la calidad con la publicidad.
Dado que la democracia española no pasa por sus mejores momentos, hay más necesidad que nunca de medios plurales y abiertos a un nuevo tiempo. Así que más vale que nos preparemos para el menosprecio y el ostracismo.
Nosotros en esta hora critica para conseguir un correcto y compartido entendimiento de la democracia y de la libertad de expresión en La Hora Digital vamos a perseverar en este camino que hemos iniciado.
Álvaro Frutos Rosado
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