El equipo de Future Politics ha elaborado un detallado estudio electoral Comunidad a Comunidad. Durante las semanas de campaña electoral nos ha ofrecido los posibles resultados de las próximas elecciones generales del 23 de julio. Este es el balance final.
Este domingo los españoles no elegimos al próximo presidente del Gobierno. Elegimos el modelo de país que queremos y que pensamos que más se asemeja a nosotros. La mayor parte del electorado vasco prefiere al PNV y EH Bildu. Muchos catalanes a ERC o Junts. Gran parte de gallegos al BNG; los madrileños al PP; multitud de murcianos a VOX, los turolenses a Teruel Existe y los canarios a su Coalición.
España es diversa. La diversidad se refleja en el pluralismo político del Parlamento. Más de doce partidos que representan otras tantas formas de entender España y sus territorios, sus pueblos y ciudades, su cultura y su lengua, se dan cabida en el Congreso. Del consenso y acuerdo de esas formaciones nacerá la propuesta para que, entre ellas, propongan, voten y elijan a un candidato/a presidir y formar el próximo Gobierno de España.
Hasta las elecciones de 2011 el sistema de partidos configuraba dos grandes estructuras políticas PP-PSOE que conjugaban la alternancia en el poder con acuerdos puntuales con partidos de ámbito regional. El denominado bipartidismo imperfecto. Con la crisis económica y financiera como detonante, ese sistema colapsó en 2015, dando paso a nuevas formaciones que alteraron la configuración de posibles mayorías en el Congreso, y distorsionaron los bloques ideológicos hasta ese momento definidos. Cuatro llamamientos a las urnas entre diciembre de 2015 y noviembre de 2019. –Los españoles hemos votado en el periodo 2015-2023 lo que correspondería en la práctica electoral a 20 años de elecciones 2015 -2035-.
En 2023, con la desaparición de Ciudadanos, y el previsiblemente desvanecimiento de Podemos tras el 23 J, parte de las estructuras iniciales del sistema de partidos vuelven a su punto de partida, con un gran matiz: los dos extremos – Sumar y VOX – serán necesarios para conformar mayorías estables.
“Dejar gobernar a la lista más votada” es una utopía, un error político y la propuesta de Feijóo. Supone minusvalorar la política de pactos parlamentaria y la capacidad de los grupos políticos de llegar a acuerdos. En definitiva, deslegitimar nuestra democracia y nuestra diversidad como país. Y en la práctica, aboca al Congreso a un bloqueo constante. A partir del 24J hay dos caminos, la política de bloques o el bloqueo.
Posibles resultados electorales del 23 J.
Durante las últimas semanas hemos publicado el estudio electoral de las 52 circunscripciones, identificando las claves del voto, y posibles resultados por cada provincia. Hemos aplicado una metodología propia e innovadora, en la que se ponderan 4 variables por cada circunscripción:
(1) Bloques ideológicos,
(2) proyección histórica y participación,
(3) estudio socio-demográfico y territorialización del voto y
(4) corrección con encuestas y tendencias.
Un análisis telegráfico de los partidos que obtienen escaño:
📍 Partido Popular: concentra el 80 % del voto del bloque de derechas. Consolida de nuevo una base de votantes cercana a los 9 millones de apoyos. Al superar el 35% de apoyos puede ampliar hasta en 20 diputados extra, al ser la lista más votada en circunscripciones que reparten diputados impares.
📍 PSOE: a pesar de ampliar el número de votos y porcentaje respecto a 2019 le penaliza no ser la lista más votada en casi ninguna circunscripción. Es el partido que más apoyos estables mantiene en todo el territorio, gracias a su implantación local, su modelo de partido federal y a la puesta en marcha de políticas transversales buscando un mayor desarrollo social y económico del país.
📍 VOX: penalizado por el voto útil hacia el PP. Vuelve a los resultados de sus inicios en el Congreso en abril de 2019. No obtiene representación en 34 de 52 circunscripciones. Aspira a entrar en un posible gobierno de coalición con el PP.
📍 Sumar: asume el relevo de Podemos a la izquierda del PSOE. La coalición mantiene un apoyo en cuanto a votos similar a 2019, tras una reestructuración total del modelo de coaliciones y de una gran pugna entre sus lideresas.
📍 ERC: electorado muy desmovilizado y que sufre trasvase hacia Junts y PSOE. Una muy baja participación les puede penalizar con 2-3 diputados menos.
📍 Junts: al igual que ERC, desmovilización en sus filas, pero puede aprovechar un estancamiento de ERC junto con trasvase de votos.
📍 EH Bildu: en condiciones de adelantar en votos y escaños al PNV y de posicionarse para gobernar Euskadi en 2024.
📍 PNV: se estanca en votos y mantiene escaños. Puede dejar de ser primera fuerza en País Vasco.
📍 C. Canaria: necesita mejorar resultados para mantener los 2 diputados. Le podría penalizar el pacto de gobierno autonómico con el PP.
📍 CUP: les costará mantener un diputado de los dos que tienen. Necesitan 80 mil votos por Barcelona para ello.
📍 España Vaciada: a pesar del esfuerzo por visibilizar una nueva alternativa, la polarización del voto les pasa factura al concurrir en circunscripciones pequeñas.
📍 BNG: a pesar de haber crecido en las autonómicas no será suficiente para alcanzar un segundo diputado.
📍 UPN: según las encuestas no consigue representación dado que el PP acapara el voto conservador en Navarra y da un vuelco a lo sucedido el 28 M. Un diputado no es descartable el 23J.
¿Cómo quedan los bloques ideológicos?
1 diputado. Esa pueda ser la diferencia que permita al bloque ideológico de derechas formar gobierno. El bloque PP –VOX según el estudio alcanzaría 175 diputados. Este resultado, unido al posible escaño de UPN en Navarra, grupo político que ya ha confirmado que votaría a favor del PP, le garantizaría a Feijóo una mayoría suficiente para formar gobierno. También podrían contar los populares con los posibles diputados de Coalición Canaria, con quien ya han firmado un pacto de gobierno en el Archipiélago que allana el camino a un futuro acuerdo en el Congreso.
La lectura de estos datos: un bloque de derechas completamente movilizado, con cerca de 11,7 millones de votos, cifra que hasta ahora jamás ha conseguido. El porcentaje de voto que alcanzaría sería similar al de 2016, elecciones en las que lograron 169 diputados y que desembocaron en la abstención socialista para dejar gobernar a Rajoy. Por su parte, el bloque de izquierdas conseguiría alcanzar los 10 millones de votos, cifra similar a los resultados obtenidos en 2016 en las que con esos mismos votos obtuvo 156 diputados.
La participación es la gran variable determinante de los resultados. Los trasvases entre bloques no serán tan decisivos como la movilización del electorado o la concentración de voto en la lista más votada dentro del propio bloque. El bloque regionalista resiste; a excepción de Cataluña donde los dos grandes partidos representativos del independentismo – ERC y Junts- se encuentran en una encrucijada y con su electorado desmovilizado; les podría hacer retroceder en votos y escaños a costa del PSOE y PP.
La participación lo decidirá todo.
En todas las citas electorales la gran incógnita para los partidos, analistas y empresas demoscópicas es saber percibir y anticipar cuál será la participación. Es una las variables más difíciles de medir y que se lleva por delante gran parte de los posibles sondeos previos. Para el estudio electoral, hemos delimitado cinco escenarios de participación, identificando como el más probable el intermedio, con una participación del 67,8 %.
Otro de los escenarios posibles es una participación más baja que la que marcan los registros hasta la fecha, -64%-. Supondría dos bloques poco movilizados, condicionado por la fecha de celebración electoral, en pleno verano. La derecha obtendría una mayoría absoluta que llegaría hasta los 188 diputados y casi 2 millones de votos más que la izquierda. Sin embargo, en el extremo opuesto, con una participación superior al 71%, a pesar de que la derecha seguiría siendo la opción más votada, los escaños se igualarían entre bloques y la derecha quedaría muy lejos de poder gobernar. Hasta ahora, el único dato adelantado del 23 J, conocido y cierto, es que el voto por correo está en máximos históricos.
¿Está todo decidido? Las 22 provincias que se deciden por menos de 5.000 votos.
El análisis no determina, a diferencia de las encuestas, horquillas para cada partido. El motivo es la asignación, según la metodología seguida, de un número de votos a cada partido y por cada circunscripción. Resulta realmente interesante la poca diferencia en votos en 22 de las 52 provincias; el último escaño se decide por menos de 5.000 votos. El gráfico indica el partido que se asigna el último escaño, el partido que podría arrebatarlo y los votos que le separan de ello.
El voto útil, o inútil.
Cuando se acerca el cierre de la campaña, los partidos y candidatos ya han fijado y trasladado su mensajes y propuestas, o lo han intentado. Han criticado al adversario y tratado de movilizar a su electorado. Solo les quedan dos tareas antes del domingo. No cometer errores y apelar al voto útil para concentrar votos. Sobre el manido voto útil – o inútil- un análisis de Sumar indica que la coalición podría no obtener representación hasta en un total de 28 circunscripciones, lo que supondría que más de medio millón de votos no servirían para alcanzar ningún diputado.
Publicado por gentileza de lahoradigital.com
Fuente: Future Politics.