En general debido al mayor tiempo disponible en casa y factores como estrés, ansiedad, compras de alimentos procesados e hipercalóricos, además de dedicar tiempo a la realización de preparaciones caseras con excesos de harinas refinadas, grasas y azúcar, preferentemente panes, tortas, dulces, facturas, etc. sumado a la falta de actividad física, se ha incrementado el aumento de peso en la población.
Por otro lado, según los expertos para América Latina, si no se toman medidas urgentes más de diez millones de personas podrían ser empujadas a la pobreza y el hambre.
ONU informa que más de un tercio de la población de países con ingresos bajos y medios tienen problemas de obesidad y desnutrición.
Debido a la pobreza durante la pandemia, se ha registrado que más de 200 millones de niños menores de cinco años están malnutridos, desnutridos u obesos (UNICEF)
La pandemia amenaza los avances logrados en nutrición y salud, agravando las desigualdades en el mundo, si no se toman acciones muchas regiones podrían quedar sumidas en la extrema pobreza.
La ONU ha pedido un alto al fuego global, que se silencien las armas y contengan el extremismo y la violencia para contribuir a la estabilidad y la paz, aunar esfuerzos para poder afrontar mejor la tragedia alimentaria que ya está sucediendo
Es importante que se lleve a cabo una acción internacional para reforzar los suministros de comida. La paralización de las actividades económicas, especialmente en el sector agrícola, en algunos casos ha encarecido o disminuido la adquisición y distribución de alimentos haciendo difícil para parte de las poblaciones el acceso a los mismos.
La pandemia ha afectado la salud, no solo por los terribles daños que provocó la enfermedad si no de diversas maneras, ha afectado la conservación de muchos puestos de trabajo provocando estrés, angustia y sufrimiento, ha hecho difícil en algunos lugares la posibilidad de obtener alimentos, todos ellos entre otros, han afectado también la salud, como sucede en Africa donde millones de personas que viven al día se vieron privados de los alimentos necesarios para su subsistencia o EE. UU. y Canadá en donde se protesta para que abran los lugares de trabajo.
En estas circunstancias la pandemia está dejando profundas consecuencias en el panorama de desarrollo, “…de los 100 millones de personas que todavía viven en situación de pobreza multidimensional, más del 80 % sufren privaciones en, al menos, cinco de los 10 indicadores utilizados para medir la salud, la educación y la calidad de vida.”
Evidentemente, los sistemas alimentarios están fallando si, según informes de ONU, existen alimentos más que suficientes para alimentar a los 7.800 millones de habitantes del mundo y la pandemia por coronavirus (COVID-19) está empeorando aún más las cosas, ya que los informes indican que es posible que unos cuarenta y nueve millones de personas más caigan en la pobreza extrema debido a la crisis de la pandemia y además informan que se registran disrupciones en la cadena de suministro de alimentos aun en países donde existe abundancia de los mismos.
Ante esta evidencia los países deben optimizar el apoyo necesario para mantener los corredores comerciales abiertos a fin de garantizar el funcionamiento continuo de los sistemas alimentarios, asegurar medidas de estímulo para sectores productores de alimentos a pequeña escala y empresas rurales, proteger el acceso a alimentos seguros y nutritivos para todas las personas especialmente a los grupos vulnerables.
La mayoría de los países afectados por la crisis alimentaria se encuentran en Africa subsahariana donde según informa ONU existen setenta y tres millones de personas en crisis severa de alimentación. Además, se encuentran afectados países de América Latina y el Caribe.
Para los líderes de organizaciones mundiales como OMS, OMC, FAO, las perturbaciones derivadas del covid-19 presentan un riego cierto de “penuria alimentaria" declarando que
"Las incertidumbres generadas sobre la disponibilidad de alimentos pueden desencadenar una oleada de restricciones a la exportación", que a su vez causarían una "penuria en el mercado mundial".
Las acciones fundamentales recomendadas por estas organizaciones a los países son “proteger a los trabajadores alimentarios, preservar la ayuda humanitaria y reforzar el apoyo a la industria y el comercio del sector para evitar una interrupción de las cadenas de distribución".