El agua dulce representa sólo el uno por ciento del agua de nuestro planeta, el resto es salada (96%) o está congelada (3%).
En su informe ‘’ agua para todos, agua para la vida’’, Naciones Unidas indica que «Erradicar la pobreza, cambiar los patrones de producción y consumo insostenibles y proteger y administrar los recursos naturales del desarrollo social y económico constituyen los objetivos primordiales y la exigencia esencial de un desarrollo sostenible.»
Ya sea en términos cualitativos como cuantitativos, el agua constituye una parte esencial de todo ecosistema. Una reducción en la cantidad, calidad, o en ambas del agua disponible provoca efectos negativos graves sobre los ecosistemas.
Algunas de las Metas de Desarrollo del Milenio, tienen como objetivo cubrir las necesidades humanas básicas, asegurar el acceso al agua y a servicios de saneamiento en calidad y cantidad suficientes; compartir los recurso hídricos, promoviendo la cooperación pacífica ente diferentes usos del agua y entre Estados, por ejemplo, gestionando de manera sostenible la cuenca de los ríos; brindar seguridad ante una serie de riesgos relacionados con el agua; identificar y evaluar los diferentes valores económicos, sociales, ambientales y culturales del agua; intentar fijar su precio para recuperar los costos de suministro del servicio teniendo en cuenta la equidad y las necesidades de las poblaciones pobres y vulnerables.
A estas metas se agregaron otros desafíos como:
· El agua y la industria –promover una industria más limpia y respetuosa de la calidad del agua y de las necesidades de otros usuarios
· El agua y la energía –evaluar el papel fundamental del agua en la producción de energía para atender las crecientes demandas energéticas
· Mejorar los conocimientos básicos –de forma que la información y el conocimiento sobre el agua sean más accesibles para todos
· El agua y las ciudades –tener en cuenta las necesidades específicas de un mundo cada vez más urbanizado.
Estimaciones recientes sugieren que se incrementará en un 20% aprox. la escasez global de agua debido al cambio climático.
Con respecto al agua de riego se postula un uso eficiente para aliviar los problemas de enfermedades trasmitidas por vectores relacionados con el riego. dolencias gastrointestinales (incluyendo la diarrea)
Se estima que, si el saneamiento básico de agua fuera ampliado a aquellos que hasta hoy no tienen esos servicios, se reduciría la carga de diarreas infecciosas en un 17% anual
La falta de agua y saneamiento ambiental son la causa más común de enfermedad y muerte principalmente en países en desarrollo.
Existen variedad de enfermedades trasmitidas por el agua contaminada o por falta de la misma, algunas son:
· dolencias gastrointestinales, la diarrea infecciosa
· malaria o la esquistosomiasis transmitidas por vector que provienen de insectos y caracoles que se reproducen en ecosistemas acuáticos.
· sarna o tracoma están causadas por bacterias o parásitos adquiridos cuando no se dispone de suficiente agua para la higiene básica (lavado de ropa, ducha, etc.)
En relación al uso del agua en la industria, El Banco Mundial indica que aumenta según el nivel de ingresos del país, variando desde el 10% en países de ingresos medios y bajos hasta el 59% en países de ingresos elevados, el Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo propone relacionar el consumo industrial de agua con el valor agregado obtenido.
Con respecto a la utilización del agua como generadora de energía, sus dos aplicaciones principales son la producción de electricidad de origen hidráulico y su uso a efectos de enfriamiento en centrales térmicas de energía eléctrica.
Es importante saber que cuando se utilizan instrumentos económicos para la asignación del agua deben tenerse en cuenta las necesidades de los grupos más vulnerables, los niños, las comunidades locales, las personas que viven en la pobreza y el medio ambiente.
Hay que distinguir entre el valor del agua, el precio del agua y el costo de suministro del agua (costos de inversión y de explotación de los sistemas de suministro de agua).
La valoración del agua forma parte de la gestión de recursos y juega un rol importante en el proceso de asignación del agua, de la demanda y de financiación de las inversiones. Los métodos de valoración actuales no son muy operativos, son demasiado complejos, los servicios del agua en general están subvencionados, incluso en los países desarrollados.
El Informe global de evaluación del suministro de agua y del saneamiento, publicado en el 2000 por la OMS y la UNICEF, especifica que un suministro razonable de agua debe corresponder a 20 litros mínimos por persona y por día, procedentes de una instalación situada a menos de un kilómetro de la vivienda del usuario. Está reconocido que el agua potable y el saneamiento básico son derechos humanos universales.
La distribución desigual de agua en el mundo y la escasez en ciudades como Amán, Beijing, El Cairo, Ciudad de México, son preocupantes, informes de Naciones Unidas indican que unas 50 ciudades de más de 6 millones de habitantes enfrentan esa crisis.
En la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo, ONU indicó que “…la escasez generalizada de agua, su destrucción gradual y su creciente contaminación…, exigen una planificación y una ordenación integrada de los recursos hídricos…”, proponiendo “…planes de utilización racional del agua mediante una mayor conciencia pública, programas de educación, etc.…” se requieren de muchas iniciativas que ayuden a lograr reducir el número de personas que no tienen acceso al agua potable.
En julio de 2010. La Asamblea de Naciones Unidas, reconoció el derecho de todos los seres humanos a tener acceso a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y personal (entre 50 y 100 litros de agua por persona y día) y que sea segura, aceptable y asequible (el coste del agua no debería superar el 3% de los ingresos del hogar), y accesible físicamente (la fuente debe estar a menos de 1.000 metros del hogar y su recogida no debería superar los 30 minutos).
El Consejo de Seguridad ONU, reconoció que el cambio climático tiene consecuencias en el ámbito de la seguridad, y el agua es el elemento a través del cual se manifiestan en mayor grado los efectos del calentamiento global.
En 2013 el Secretario General Ban Ki-moon afirmó que: «El acceso a agua y alimentos peligra para cientos de millones de personas en todo el mundo, lo cual socava los cimientos de la estabilidad a nivel local, nacional y mundial. Aumenta la rivalidad entre las comunidades y los países por los recursos escasos, especialmente el agua, y se agudizan los problemas de seguridad existentes, a la vez que se crean nuevos».
Las Naciones Unidas llevan mucho tiempo abordando la crisis mundial derivada de un abastecimiento de agua insuficiente y la creciente demanda de agua para satisfacer las necesidades humanas, comerciales y agrícolas.
Con el objetivo de aumentar la concientización pública sobre la importancia del agua para la vida, en 2003, la Junta de los Jefes Ejecutivos (JJE), el órgano que coordina a toda la ONU, creó ONU-Agua, una agencia de coordinación interinstitucional que se ocupa de todos los asuntos relacionados con el agua dulce o el saneamiento. Para reforzar aún más la acción mundial para cumplir los ODM relacionados con el agua.
Con respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el agua, Las Naciones Unidas consideran que el acceso al agua y el saneamiento es una prioridad y así lo refleja en el objetivo n 6 que propone las siguientes metas:
· Mejorar la calidad y el uso eficiente del agua.
· Proteger los ecosistemas relacionados con este recurso, como montañas, bosques, humedales, ríos, acuíferos y lagos.
· Ampliar la cooperación internacional y el apoyo para fortalecer la capacidad de los países en desarrollo de llevar a cabo programas y actividades relacionadas con el agua y el saneamiento, como la captación del agua de lluvia, la desalinización, mejora de la eficiencia en el uso y las tecnologías de tratamiento, reciclaje y reutilización de aguas residuales.
El agua es un recurso natural renovable pero limitado.
Con respecto al saneamiento e higiene, las aguas contaminadas y la falta de saneamiento básico son un obstáculo para la erradicación de la pobreza y las enfermedades en los países con más necesidades básicas insatisfechas en el mundo.
En marzo de este año se publicó el Informe de Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recurso hídricos en el mundo, “Aguas residuales, el recurso no explotado”, presentado oficialmente en un evento de alto nivel llevado a cabo en Durban, Sudáfrica.
Dicho evento se ha organizado en colaboración con el Departamento de Agua y Saneamiento del Gobierno de Sudáfrica, ONU-Agua y los cuatro organismos principales del Día Mundial del Agua 2017 (el PNUMA, ONU-Hábitat, la UNU y la OMS) La mejora de la gestión de las aguas residuales genera beneficios sociales, ambientales y económicos, y es esencial para la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La Alta Comisionada para los Derecho Humanos se mostró profundamente preocupada por los 884 millones de personas que carecen de acceso a agua potable y más de 2.600 millones de personas no tienen acceso a saneamiento básico, y alarmada porque cada año fallecen aproximadamente 1,5 millones de niños menores de 5 años y se pierden 443 millones de días lectivos a consecuencia de enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento, Reconoce que el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.
El agua es fundamental para la supervivencia y la salud humana y permite entre otras cosas mantener la dignidad de las personas. Cuando el sistema de saneamiento es insuficiente conlleva no solo a propagar enfermedades si no que quita la dignidad de adultos y niños, en efecto, el agua permite a los niños disfrutar de un nivel de higiene indispensable para tener una buena salud, respetar su cuerpo y su integridad como persona, es un bien universal que precisa ser concebido como tal, el acceso al agua de buena calidad debe ser garantizado a todos los habitantes como derecho básico.