La Instancia encargada de la revisión del Código de Familia entregó en el plazo establecido al jefe de Gobierno, Aziz Akannouch sus propuestas para ser elevadas para su revisión al Rey Mohammed VI.
El pasado 26 de septiembre, el Rey de Marruecos Mohammed VI impartió la directiva de reformar la legislación que regula la vida privada de los marroquíes, la Mudawana o Código de Familia, en un plazo de seis meses. Tal como había anunciado en su discurso de la Fiesta del Trono, el 20 de julio de 2022.
Designó como responsable de concretar esa labor al jefe de Gobierno, Aziz Akannouch, a través de una misiva. Además, encomendó la gestión de “esta importante reforma, de manera colectiva y colegiada” a varios ministerios, para centrarse en las vertientes jurídica y judicial.
La reforma de la Mudawana comprende temas sensibles para la sociedad marroquí como la situación de las madres solteras y divorciadas, el matrimonio de menores de edad, la herencia de las hijas mujeres.
En la reforma de la Mudawana de 2004, representó un sustancial avance en la legislación de familia de Marruecos. La nueva versión de la Mudawana implementó avances en los derechos de las mujeres al permitírseles, por ejemplo, separarse de sus maridos sin el consentimiento de estos a través del mecanismo de “divorcio por discordia”.
Luego se vio, sobre la marcha que quedaban cuestiones a atender. Por ejemplo, la madre educa, se hace cargo, pero no tiene derechos sobre el niño.
Después de una separación. La tutela del niño vuelve automáticamente al padre, mientras que la mujer suele proporcionar la custodia, tiene derechos sobre el mismo. Así las madres no pueden inscribir a sus hijos en la escuela, abrir una cuenta bancaria, ingresar en un hospital o viajar al extranjeros sin el consentimiento del padre, que sigue siendo el único representante legal de los hijos menores. Además, la medida de la pensión alimentaria exigida al padre es de solo 400 dírhams mensuales (unos € 36 euros).
Además, el artículo 175 de la Mudawana retira a la madre la custodia de su hijo si vuelve a casarse y el niño ha cumplido los siete años. Todo ello a pesar de que estas normativas no se encuentran en el Corán.
Por otra parte, una mujer musulmana no puede contraer matrimonio con un no musulmán.
Otro de los aspectos delicados es el matrimonio de menores contemplado en el artículo 20 del Código de Familia, donde se establece la edad mínima de 18 años para ambos sexos. No obstante, la práctica del matrimonio de niñas menores es una práctica común. Las familias suelen obligar a las niñas a contraer matrimonio con hombres mucho mayores que ellas a pesar de que el Corán y la ley exigen su consentimiento. Según la ley, el juez puede conceder exenciones tras un examen médico o un investigación social.
Otro aspecto que demanda un nuevo enfoque es la ley de herencia. Con esta reforma se busca garantizar la igualdad en la herencia para hombres y mujeres, que actualmente se inspira en la legislación islámica y establece un máximo de un tercio de los bines para las mujeres.
La herencia de las mujeres se ve afectada por tres normas. Una establece que las hijas mujeres heredan la mitad de la parte de los hijos varones, otra no permite que una o varias hijas hereden todos los bienes de sus padres y la que prohíbe recibir herencias en caso de diferentes creencias.
En este contexto, el jefe del Gobierno, Aziz Akhannouch, recibió, el sábado 30 de marzo, a los miembros de la Instancia encargada de la revisión del Código de la Familia, que le entregaron en el plazo establecido las propuestas de la Instancia a los efectos de someterlas a la revisión por parte del Rey Mohammed VI.
La Instancia trabajó, llevando a cabo un enfoque participativo amplio, organizando audiencias con los diferentes representantes de las organizaciones de la sociedad civil que se desempeñan en el ámbito de la mujer, la infancia y los derechos humanos, así como con partidos políticos, centrales sindicales, magistrados, investigadores, académicos y organismos ministeriales.
La Instancia recibió, también, memorandos por correo electrónico, antes de examinar las propuestas emanadas de las amplias consultas efectuadas.
Con esta decisión de modernizar, el Código de Familia, que él mismo había reformado en 2004, Su Majestad el Rey Mohammed VI, Amir Al Muminin, expresa su firme voluntad de avanzar en la difícil tareas de construir una sociedad marroquí cada vez más justa y moderna, siempre sobre la base del respeto a los preceptos de la fe, las costumbre y tradiciones del pueblo marroquí y los derechos humanos universalmente consagrados.
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