La asunción de la presidencia por parte del economista liberal libertario Javier Milei fue la ocasión propicia para que los dirigentes de centroderecha del mundo se hicieran presentes y compartieran la masiva popularidad del nuevo presidente.
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Finalmente, después de una meteórica carrera política de treinta meses, el economista liberal Javier Milei ha asumido la presidencia de Argentina.
El acto se asunción tuvo muchas particularidades. La vicepresidente saliente, la condenada por corrupción Cristina Fernández de Kirchner por momentos se apropio de la escena demostrando que sus cuarenta años en la política no transcurrieron en vano y el robo parte del protagonismo al nobel presidente.
Luciendo un vestido color “rojo furia”, destacaba notoriamente en la marea de legisladores, gobernadores, invitado internacionales y funcionarios diversos. Ninguna otra mujer en el Parlamento se atrevió a ponerse una vestimenta tan estridente. Incluso la nueva vicepresidente, Victoria Villarruel, optó por un más discreto conjunto de saco y pantalón color crema.
Para asegurarse de estar en las portadas de la prensa internacional, Cristina les regaló a los fotógrafos y al público que la abucheaba a su ingreso, acompañada de su hijo, el diputado Máximo Kirchner, al edificio del Congreso con un obsceno gesto de “fuck you” con la mano en alto y sin darse vuelta.
Durante el desarrollo de la ceremonia de juramento del nuevo mandatario, se adjudicó el rol de jefa de ceremonial y, aprovechando la inexperiencia, nerviosismo y emoción, tanto de Milei como de Villarruel, dirigió la ceremonia, señalando donde situarse e incluso donde firmar el acta de asunción.
En el momento de la jura por parte del presidente Milei, Cristina Kirchner adoptó su mejor cara de indiferencia, combinada con desdén y puso ambas manos en los bolsillos en señal de desprecio.
Todo ese acting out parece destinado a poner de manifiesto que aún derrotada ella es “la jefa” del peronismo, que ahora encabezará la “resistencia” al gobierno de derecha de Javier Milei y que solo espera un rápido fracaso del libertario para retornar ala poder lo más rápido posible.
El discurso de la herencia
El presidente Milei debió recurrir a la estratagema de pronunciar el discurso de apertura de su gestión ante el público reunido en la Plaza de los Dos Congresos, situada frente al edificio del Congreso Nacional.
Si Milei hubiera intentado denunciar en su discurso la herencia recibida los legisladores y gobernadores reunidos en la Cámara de Diputados constituyendo la Asamblea Legislativa, donde el peronismo tiene una abrumadora mayoría, le hubieran impedido con silbidos, abucheos e insultos, concluir el duro discurso que pronunció denunciando la terrible herencia socioeconómica recibida del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
En tan solo treinta y cinco minutos Milei no se guardó nada. Detalló la grave situación económica, el riesgo de hiperinflación y los duros tiempos por venir con estanflación y ajuste generalizado.
Pero eso no fue todo. Mencionó el grave deterioro del nivel educativo de la población evidenciado por el desastroso desempeño de los alumnos en las pruebas Pisa.
Se refirió también al deterioro de la salud pública y el pésimo desempeño frente a la pandemia del Covid 19 con su secuela de muertes innecesarias.
Milei también denunció el avance de la delincuencia y el narcotráfico fijando su decisión de combatirlo.
Finalmente, demostró que esta dispuesto a dar la batalla cultural elogiando a los presidentes del siglo XIX, Domingo F. Sarmiento y Julio A. Roca. A este Milei lo llamó “el mejor presidente de la historia” argentina.
Ambos presidentes son “las bestias negras”, sistemáticamente atacadas por la izquierda y los movimientos indigenistas.
Por último, advirtió, que suspendería el pago de los planes sociales a quienes participaran de protestas en la vía pública cortando las calles.
Veamos algunas de las frases destacadas del mensaje del presidente Milei.
- “Damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive, y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país”
- “Hoy comienza una nueva era de paz, prosperidad, crecimiento y desarrollo, libertad y progreso”
- “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”
- “La solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público de 5 puntos del PBI, que caerá casi totalmente sobre el estado y no sobre el sector privado”
- “El gobierno saliente nos dejó plantada una hiperinflación, y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe, que llevaría a la pobreza por encima del 90% y a la indigencia por encima del 50%”
- “El cepo cambiario, otra herencia de este gobierno, no solo constituye una pesadilla social y productiva, sino que además que el sobrante del dinero hoy es el doble del que había en la previa del Rodrigazo[i]. El Rodrigazo multiplicó por seis la tasa de inflación; un evento similar significaría multiplicar la tasa por 12. Y dado que la misma viene viajando a un ritmo del 300% podríamos pasar a una tasa anual de 3600%. A su vez, dada la situación de los pasivos del Central, la cual es peor que es la que había en la hiperinflación, en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad de dinero y con eso elevar a la inflación a niveles de 15.000% anual. Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”
- “No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”
- “Luego de la reacomodación macroeconómica que vamos a impulsar, la situación va a comenzar a mejorar, va a haber luz al final del camino”
- “El nuevo contrato social que eligieron los argentinos propone un país distinto, en donde el Estado no dirige nuestras vidas, sino que vela por nuestros derechos. Un país en el que el que las hace las paga; quien corta la calle, no recibe la asistencia de la sociedad: el que corta no cobra. Un país que dentro de la ley permite todo, pero fuera de la ley no permite nada”
- “Aquellos que quieren utilizar la violencia o la extorsión para obstruir el cambio se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles que utiliza todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que el país necesita. No vamos a claudicar, no vamos a retroceder, no nos vamos a rendir. Vamos a avanzar con los cambios que el país necesita”
- “Prefiero una verdad incómoda a una mentira confortable”
- “Que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío. Será difícil, pero lo vamos a lograr. Viva la Libertad, carajo”
Los invitados internacionales
Durante los últimos veinte años, la Argentina ha venido perdiendo soft power y presencia internacional. Esta pérdida se evidencia en que casi ningún mandatario extranjero visita al país, salvo algunos presidentes de la región.
En esta ocasión ningún presidente o jefe de gobierno de la Europa comunitaria concurrió a la asunción del presidente Milei. Esos países y los Estados Unidos también evitaron enviar a sus ministros de Asuntos Exteriores y enviaron a funcionarios de menor rango o dedicados a otros asuntos no vinculados con la política internacional.
El presidente Biden envió a su secretaria de Energía Jennifer Granholm, el presidente francés Emmanuel Macrón envió al ministro de Transformación y Función Pública, Stanislas Guerini, el Reino Unido al ministro para las Américas, el Caribe y territorios de Ultramar, David Rutley, el Rey de Marruecos, Mohammed VI, al presidente de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi El Alami. Finalmente, el gobierno de Pedro Sánchez, envió al Rey Felipe VI, que siempre suele prestar el cuerpo para estas misiones poco transcendentes, especialmente en América Latina.
Otros países simplemente se hicieron representar por sus embajadores acreditados en Buenos Aires.
Los mandatarios que concurrieron fueron Gabriel Boric, presidente de Chile; Luis Lacalle Pou de Uruguay, Santiago Peña de Paraguay, Volodimir Zelensky de Ucrania, Vahagn Khachaturyan de Armenia, Daniel Novoa de Ecuador, el primer ministro de Hungría Víctor Orbán; el vicepresidente de Honduras, Renato Florentino Pineda y el canciller israelí Eli Cohen.
Los que no faltaron a la cita fueron algunas de las personalidades de la derecha alternativa internacional; el líder del partido Vox, Santiago Abascal y el expresidente Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo, muy amigo de Milei.
Los ausentes más notorios fueron los presidentes de Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela que no fueron invitados y los mandatarios de México y Brasil que no concurrieron por sus diferencias ideológicas con el nuevo mandatario.
Vendrán los liberales, cual tornan la cigüeña al campanario
Como en poema de Antonio Machado, “Del pasado efímero”, los liberales han regresado al gobierno de Argentina después de ochenta años.
Desde aquel fatídico 4 de junio de 1943, en que los militares nacionalistas que integraban la logia del GOU (Grupo de Oficiales Unidos) derrocaron al presidente constitucional Ramón S. Castillo e instalaron una dictadura militar.
Entre los oficiales golpistas del GOU sobresalía un coronel llamado Juan Domingo Perón.
[i] RODRIGAZO: En junio de 1975, el ingeniero industrial Celestino Rodrigo se puso al frente del Ministerio de Economía en la presidencia de María Estela Martínez de Perón. Luego de un período de congelamiento de precios y salarios, entre sus primeras medidas, dispuso una devaluación del peso del 100%, e incrementos de precios de las naftas, tarifas del energía y servicios públicos. Por ejemplo, el boleto de colectivo pasó de $1 a $1,5 y los pasajes de trenes subieron entre el 80 y el 120%. “Mañana me matan o mañana empezamos a hacer las cosas bien”, afirmó Rodrigo. En el año del plan, la inflación alcanzó el 335%, mientras que en 1974 había cerrado con un aumento del 40%. Además, se produjo una fuerte recesión económica. La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó al primer paro general para esa administración peronista y logró un aumento salarial del 180%. Luego de 49 días al frente de Economía, Rodrigo presentó su renuncia el 17 de julio de 1975.