A pocas horas del primer debate presidencial, Rodolfo Miraglia Succi nos presenta una visión crítica, pero muy acertada de las posibilidades de Patricia Bullrich en la elección generales del próximo 22 de octubre
Camino al debate
La gran derrotada en las PASO 2023 Patricia Bullrich (ex Carolina Serrano[i]), en esa nefasta noche del 13 de agosto, con sólo observar la expresión de su rostro (con una sonrisa forzada), y su lenguaje no verbal, luego de publicarse oficialmente los resultados, trasuntaba que sabía bien que su frágil victoria en la interna había sido pírrica[ii], sumada a su derrota personal por los escasos votos logrados; derrota que ciertamente entendió que fue consecuencia, principalmente, que el electorado le dijo no a Rodríguez Larreta más que adherir a su figura, como quedó demostrado al haber sido la menos votada de los tres candidatos. Sin dudas las opiniones, por lo general, siempre son subjetivas ¡pero los números categóricamente no lo son!
Esa noche, ante la evidente realidad, es probable que haya recordado todo su pasado, desde que era una joven adolescente de la alta burguesía local dedicada a llevar a cabo experiencias revolucionarias como una proletaria; también habrá resonado quizá su productiva carrera como dirigente en varios partidos políticos (“evolucionando” desde el peronismo revolucionario hasta el PRO), lo que le permitió acceder a diferentes cargos electivos (como diputada), y otros ministeriales, naturalmente siempre dependientes del Estado (hay muy pocos registros, o casi ningunos, de su desempeño laboral en la actividad privada, salvo cuando tenía 17 años trabajó en una cadena de venta de hamburguesas o cuando estuvo en el exilio). Quizá también haya revisado su “relato” como especialista en seguridad cuando fue ministro en la gestión de Macri, y que al igual que él, no pudo, no supo[iii] o no quiso, controlar desde los piquetes que asolan desde hace años la Capital Federal, como tampoco erradicar el narcotráfico en la ciudad de Rosario, a pesar que enviaba contingentes de la Gendarmería Nacional para hacer controles de automotores y derribar “búnkeres” o quioscos de venta de drogas, como una feroz acción planificada para la propaganda y marketing político de aquel momento. Esa negra noche del 13 de agosto el pasado con el presente superaron a su relato.
En consecuencia las casi dos semanas siguientes a las PASO, mostró Bullrich con su inacción falta de resiliencia para afrontar el resultado adverso ante Javier Milei, para superar su casi 30% de ventaja. Recién el 31 de agosto, casi veinte días después y luego dejar algunos “heridos” como los economistas Luciano Laspina y Hernán Lacunza, sus viejos colaboradores en el camino, Bullrich presentó como futuro ministro de Economía a Carlos Melconian ante el estupor y desagrado de un importante sector de la coalición JxC. luego, y ante los reclamos de los suyos tardíamente presentó a su futuro gabinete, además de intentar, despegarse de Macri[iv] por su imagen negativa en algunos sectores importantes del electorado, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Por ultimo presentó su libro, titulado “De un día para el otro”, en el cual enuncia el plan de gobierno, en caso de acceder a la primera magistratura.
Refugiada en las esperanzas que le brinda su asesor, el salteño Derek Hampton (ex alumno de Jaime Durán Barba), como resultado de análisis y estudios para que su jefa consiga los renuentes votos que le faltan para ganar, sigue zigzagueado y no presenta un accionar proselitista coherente que le permita superar a su principal oponente el libertario Milei.
Su entorno y resto del JxC (o Juntos por el Espanto), fiel al estilo preelectoral adoptado, efectúan a su principal contendiente, Javier Milei una campaña de desprestigio a través de redes sociales, con noticias, fotos falsas (“fake news”), rumores y resaltando los aspectos negativos o supuestas contradicciones de él; prueba de ello es observar que distintos dirigentes del JxC repiten exactamente los mismos argumentos para descalificar al candidato oponente. Entre algunos dirigentes, el enfático y polifacético peronista también “evolucionado” (y apto para cualquier cargo político), Diego Santilli, pasando por el “bulldog” López Murphy, el reciente gobernador electo de Mendoza Alfredo Cornejo y el rezagado candidato bonaerense Néstor Grindetti, en las entrevistas realizadas, en particular en el canal “La Nación +” (órgano de abierta y descarada propaganda del PRO y JxC), han reiterado meticulosamente, al igual que un cliché, las explicaciones para no votar a Milei. Dejando así la impresión al ciudadano, que Juntos por el Espanto se hubiera puesto de acuerdo con el Gobierno Nacional, con Unión por la Patria y “La Cámpora”, para ir de la mano con manifestaciones contra el líder de La Libertad Avanza (quien, como muestra de nuestra bizarra realidad, logra unir al oficialismo y a JxC), convirtiéndose así ambos en los mejores agentes de campaña del libertario, y ciertamente perjudicando a la alicaída candidata.
Tampoco, las entrevistas pautadas que la candidata ofrece, en particular en el canal televisivo mencionado trasuntan un mensaje claro y contundente para el electorado. Como sucedió el 19 de septiembre durante una extensa entrevista, que demostraba estar preparada con fines proselitistas, en el momento que el periodista le pregunta sobre “qué responde a la acusación de Milei que ella fue montonera”, expresando ella “que fue de la Juventud Peronista (ver llamada al pie nro 1), pero que al igual que Dilma Rousseff o José Mujica, aprendió a ejercer la política a través de medios pacíficos”. O sea que el televidente y elector puede interpretar que, al igualarse ella con dos guerrilleros confesos, que en su momento fueron juzgados y encarcelados (en el caso de Mujica en condiciones infrahumanas) ¿explica que ella también lo fue? Respuesta poco clara o bien como señala la expresión legal “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
Otras de las vulnerabilidades de la campaña, es que estudios de campo muestran a Bullrich con escasa, o ninguna presencia en las provincias; por lo tanto no le es suficiente, con el objetivo intentar conseguir votos, sólo con concurrir a las celebraciones de los candidatos provinciales electos de la coalición opositora. Otra vez JxC repite el error de apreciación a nivel del territorio argentino con sus candidatos que no tienen presencia nacional (como era Rodríguez Larreta), o que prácticamente son poco conocidos, desconocidos o con una imagen distorsionada como es en el caso de Bullrich (salvo en algunos partidos del interior de la provincia de Buenos Aires, y un poco en Córdoba, como se vio notoriamente en las primarias); tanto en el las provincias del Norte y del Sur es calificada con los apelativos como “porteña”, “cheta” o “que es lo mismo que Macri”, entre algunos epítetos que la desfavorecen. Vale recordar, que parezca una obviedad, que desde el 2015 a la fecha, la situación territorial, política e interna de los partidos ha cambiado drásticamente en particular en la Unión Cívica Radical; porque en la elección de Macri el radicalismo ayudó a nivel nacional, y en las diferentes provincias le dio la presencia territorial necesaria al candidato para ganar como sucedió; cosa que en la actualidad no está en condiciones de hacerlo para con ella (¿o quizá no quieran hacerlo?), como daría lugar a sospechar después del acto conjunto en Salta del radical y ex candidato a vice presidente Gerardo Morales con Sergio Massa y otros gobernadores peronistas, celebrado apenas hace pocos días, 25 de septiembre.
La ex “Piba”, como la bautizó Hugo Moyano cuando ella fue ministro de Trabajo de Fernando De la Rua, en el presente se la ve como una mujer al que le cayeron encima muchos años más que sus 67 de edad; habitualmente se la observa con un rostro pálido, un tono de voz notablemente apagado y sin su actitud audaz, casi insolente y confrontativa que la caracterizó. Eso se evidenció el 18 de septiembre en el Chaco; luego de participar del triunfo de Leandro Zdero, electo como gobernador. En la oportunidad Patricia Bullrich se dirigió al barrio construido por el dirigente piquetero “chavista” Emerenciano Sena, para sacarse unas fotos y grabar un video proselitista; obviamente su “poco inocente” pero inocultable presencia provocadora, tuvo la reacción de mujeres activistas que limitaron su recorrida y la confrontaron con referencias a la acusación de ser responsable de la muerte de Santiago Maldonado. En esa disputa verbal entre la candidata y las seguidoras de Sena, mostró a una Bullrich desconocida y diferente a otras circunstancias del pasado; se la notó sin actitud firme, voz baja expresando débiles argumentos para rebatir las acusaciones; logrando que el video “inocente y espontáneamente buscado”, no tuviera el efecto buscado.
Con este panorama, vale recordar al pensador francés André Beaufré cuando enunció “que la estrategia es una dialéctica de voluntades, o sea un conflicto entre dos o más partes, y cada una de ella intenta imponer su decisión. El problema es la aceptación por parte del adversario de las condiciones que se le quieren imponer”. O sea, en un lenguaje llano significa que un adversario se impone ante aquel que pierde la voluntad de vencer.
Por lo tanto, la gran incógnita es saber si Patricia Bullrich ha perdido la voluntad de vencer? Dilema que debe resolver
¿Todo ese errático y débil mensaje le será suficiente para recuperar y conseguir los votos que necesita para triunfar…?
¿Saldrá airosa de los próximos debates presidenciales …?
[i] “Nombre de Guerra” (identidad falsa), que utilizaba en los años 70, cuando era integrante de la organización de superficie “Juventud Peronista” de la organización político militar “Montoneros”. Las denominadas “organizaciones de superficie”, eran las estructuras legales para agitación, propaganda y captación de miembros, para actuar en la clandestinidad de la contraparte terrorista.
[ii] Expresión que refiere a cualquier triunfo de alguien breve y pasajero en cualquier situación de la vida, que le ha resultado tan cara y costosa su victoria, con tanto esfuerzo, y que ha recibido más daño que provecho de su triunfo, lo cual hace prever a la larga una decaída o fracaso.
[iii] No se tiene constancia alguna en los estudios que ha cursado Bullrich, que haya realizado alguna especialización sobre Seguridad Ciudadana, como tampoco que haya publicado trabajos académicos sobre el tema.
[iv] Olvidando que tan sólo hace pocos años, el mal gobierno, por la pésima gestión económica, de Mauricio Macri permitió el regreso del peronismo kirchnerista,