Por el Cte Grl ® GNA, José luis Pibernus
Concepto ampliado de frontera y la posibilidad de empleo de las fuerzas armadas en la seguridad interior.
El pasado 22 de marzo del 2023, en sede de la Universidad de la Defensa, el teniente general Juan Martín Paleo, desde su cargo como Jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas, dio su exposición en la presentación del Libro de la Defensa de la República Argentina, edición 2023.
De esta disertación, se pueden hacer dos lecturas. La primera y directamente relacionada al motivo del acto, la presentación del libro blanco de la defensa de la República Argentina, y una segunda, con la introducción de un nuevo concepto de frontera, que motiva la serie de ocho nuevos planes de campaña para el empleo de las fuerzas armadas argentinas. Y de ésta última, se pueden desprender algunas perspectivas respecto a otras posibilidades de aprovechamiento de los recursos militares.
En el ambiente de las relaciones internacionales y de la defensa de los estados, la publicación de las políticas de defensa, los intereses a proteger y la descripción de las estructuras de defensa, es considerada desde el nivel estratégico, el medio fundamental para generar confianza, transparencia y también disuadir a otros actores. Y desde lo operacional y táctico, una guía de planeamiento y preparación para el instrumento militar.
En este marco, el teniente general Paleo, hizo referencia al trabajo realizado en seguimiento de las Directivas de la Políticas de Defensa Nacional del actual gobierno y del trabajo propio del Estado Mayor Conjunto en la elaboración de la apreciación y resolución estratégica miliar. Entendiendo, que este documento, la apreciación como un diagnóstico, un análisis actualizado de los factores que afectan a la defensa de los objetivos e intereses de nuestro país, con información, inteligencia y recursos disponibles, para obtener una imagen clara, precisa, actual y futura, que derivó en la adopción de resoluciones (decisiones de la autoridad militar y sometidas posteriormente de la política). No es menor referenciar que, en este diagnóstico, el jefe del EMCO, destacó al Reino Unido de Gran Bretaña, como “único competidor” en cuestiones de defensa.
Como productos de este diagnóstico documentado, el estado mayor conjunto elaboró ocho planes de campaña para el empleo del instrumento militar, de los cuales tres de ellos fueron explicados brevemente por la referida autoridad. Una campaña en la zona del Comahue, región del complejo Vaca Muerta. La segunda, en la provincia de Buenos Aires, donde se encuentra el complejo modal de acceso a internet de todo nuestro país. Y el tercer plan, en la zona atlántica. Todos estos planes, que incluyen prácticas de desplazamiento de medios militares, para disuadir y en caso necesario defender los objetivos estratégicos, según lo explicó la máxima autoridad militar en su discurso, utilizando los términos “defensa” y “protección”. Estos conceptos implican operaciones militares y que serán desarrolladas mediante “ejercicios” como parte del entrenamiento y preparación de las fuerzas armadas en tiempo de paz.
La segunda lectura, corresponde a la utilización por parte del comandante del Estado Mayor Conjunto de un nuevo marco teórico del concepto de frontera. Haciendo uso del término “conectografía” relacionando la infraestructura de suministro con la geografía funcional, que amplía el concepto de frontera, y ahora alcanza a los aeropuertos, el complejo nodal de internet de las Toninas, las centrales nucleares, hidroeléctricas, termoeléctricas, yacimientos de litio, de combustibles (Vaca Muerta), como fronteras a defender y proteger. Esta concepción, se fundamenta en que esos nuevos objetivos, conectan con otros países, facilitan las comunicaciones, permiten el ingreso y obtención de energía. Así, la internet hoy para el JEMCO es la principal infraestructura a nivel mundial para el flujo de poder o intereses. La determinación de estos objetivos, que según la autoridad fluyeron “naturalmente”, y fueron la base para la definición de las estrategias de defensa.
Debería entenderse que estos preparativos y dispositivos, corresponden a la necesidad de definir previsiones y mantener el nivel de alistamiento y adiestramiento de las fuerzas armadas del país, para hacer frente a cualquier conflicto armado con algún otro país o países. (Argentina, por política del gobierno actual, no considera en la defensa nacional, a las llamadas nuevas amenazas). Ahora bien, frente al contexto interno y a la realidad de nuestro país, donde se advierte el crecimiento de la inseguridad y del crimen organizado, con algunas propuestas de figuras políticas y programas de campaña electoral, de emplear a las fuerzas armadas en la seguridad pública, puede darse o entenderse a esta preparación de las fuerzas militares, como la antesala y posibilidad de su empeñamiento en la seguridad pública. Y para esta perspectiva o suposición, habrá que repasar algunos fundamentos y referencias legales.
En primera instancia, las leyes de Defensa Nacional, Nº 23554 y de Seguridad Interior Nº 24059 impiden que los componentes de las fuerzas armadas participen y se capaciten en las actividades de seguridad pública. A estas dos normas, hay que agregarles las leyes Nº 25520 de Inteligencia Nacional y Nº 27126 de la Agencia Federal de Inteligencia, que también inhabilitan a los componentes de la defensa, para las actividades de inteligencia criminal necesarias para la seguridad interior.
Ahora bien, analicemos los objetivos a proteger por parte de las fuerzas armadas. Con respecto a los aeropuertos, también considerados objetivos en por la estrategia miliar, están bajo la responsabilidad del sistema de seguridad aeroportuario regido por la ley Nº 26102, y del Ministerio de Seguridad de la Nación, con asignación específica a su protección a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Todo ello, bajo las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), como organismo regulador de las normas y métodos para la protección y la seguridad de la aviación civil de Naciones Unidas (ONU).
De igual manera, las centrales nucleares, se encuentran bajo el mismo Ministerio de Seguridad con responsabilidad directa de la Gendarmería Nacional. Y respecto a esta misión, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA – ONU), estableció una serie de recomendaciones, un total de 12 puntos, referidos a la seguridad física nuclear (a diferencia de la seguridad tecnológica nuclear), que se encuadran dentro de la seguridad pública y de la justicia penal. Dicho encuadre, también se ha extendido a las centrales las termoeléctricas e hidroeléctricas. Esta misma fuerza de seguridad y de naturaleza militar, ejecuta como misión permanente e histórica, el control y vigilancia de frontera, asistiendo con la fuerza pública a los organismos civiles de la administración del estado, destacado en los pasos fronterizos habilitados. Estas dos misiones, la seguridad de frontera y de objetivos estratégicos, ya estuvo en planes de ser asignadas a las fuerzas armadas, mediante el fallido decreto 863/18; fallido, por no haber modificado en nada el despliegue de la fuerza de seguridad y de las unidades militares, y también desconocerse los resultados operativos alcanzados en estas últimas.
Y si consideramos la seguridad del centro nodal de internet en las instalaciones de Level3, que se encuentran sobre el mar y costa del territorio de la provincia de Buenos Aires, estamos ingresando a la zona de responsabilidad de la Prefectura Naval Argentina, también dependiente del mismo Ministerio de Seguridad de la Nación. Que además estas estaciones, en su perímetro e interior, cuentan con su propio sistema de seguridad privada. Por lo tanto, la protección del complejo se encuentra comprendida en las funciones propias del sistema de seguridad interior.
Respecto a la Gendarmería Nacional y Prefectura Naval, es conveniente aclarar que conforme a la misma ley Nº 23554, en su artículo 31, integran el sistema de defensa nacional, y como tales se le asigna la misión permanente de control y vigilancia de fronteras, aguas jurisdiccionales de la Nación y custodia de los objetivos estratégicos, y otras funciones de la misma ley y de otras disposiciones legales que se le apliquen. Misiones que actualmente cumplen dependiendo del Ministerio de Seguridad de la Nación.
No obstante, a toda las funciones de seguridad que en tiempo de paz ejecutan las fuerzas federales (GN, PNA y PSA), ninguna de estas, como tampoco la Policía Federal fueron asignadas a la protección del complejo Vaca Muerta. Por lo tanto, como objetivo estratégico por su nivel de producción de energía en el presente y potencial en el futuro, no cuenta con los debidos resguardos frente a probables amenazas. Durante el año 2019, por Resolución del Ministerio de Seguridad 768, se extendió la jurisdicción a Gendarmería Nacional, que no logró concretarse debido a la obstaculización de sectores de la política provincial y de los denominados pueblos mapuches, generando la actual vulnerabilidad del complejo.
Respecto a los yacimientos de litio, hasta el momento, están bajo responsabilidad de los estados provinciales, tanto en su explotación como en la seguridad. También advertido como vacíos desde el punto de vista de la defensa nacional y por lo tanto considerados en sus planes de protección.
La presentación de los planes en el marco de la defensa nacional es evidente que también desnudan la inexistencia de un plan integral de protección de infraestructura crítica, que abarque a todos estos objetivos estratégicos, con la correspondiente organización de los recursos de seguridad, determinación de procesos de evaluación de amenazas y riesgos, capacidad de respuesta, y continuidad de las operaciones. En este sentido se pueden tener como referencias a las recomendaciones para la seguridad de los complejos de interés estratégico de Naciones Unidas, de la Unión Europea y a las previsiones del Reino de España. En el caso particular del país ibérico, ésta protección se halla en el marco de la seguridad interior, aun frente a la amenaza permanente del terrorismo y las posibles consecuencias como miembro de la OTAN.
Para cerrar éste breve análisis, se puede concluir que desde la defensa nacional se tienen determinados los objetivos estratégicos del país y las previsiones para su protección con medios militares. La mayoría de estos mismos objetivos, están considerados por el sistema de seguridad interior y ejecutados por fuerzas de seguridad e instituciones policiales especializadas, aunque existen algunos vacíos a considerar, como el complejo Vaca Muerta, la estación nodal de internet de Las Toninas y los yacimientos de litio. Y para abarcar todos estos centros, es conveniente desarrollar un plan nacional de seguridad de infraestructuras estratégicas. También se advierte hacia el interior de la estructura de gestión gubernamental, la falta de coordinación entre los sistemas de defensa y de seguridad interior en la protección de estos objetivos, y la carencia de inteligencia y contrainteligencia estratégica referidas a las amenazas reales contra nuestros objetivos estratégicos. Y para el posible empleo del instrumento militar, ampliando funciones en la seguridad interior, será imprescindible las modificaciones de las leyes de seguridad interior, de defensa nacional y de inteligencia nacional, evaluando otras viabilidades, efectividad y consecuencias; como también, la adquisición de los medios y la formación de sus recursos humanos para la aplicación de la ley penal, cuestiones complejas que merecen ser analizadas en detalle.-