Un antiguo refrán español reza: “Cuando el río suena, agua lleva”. Este refrán indica que cuando existen rumores, habladurías o chismes sobre los que muchas personas hablan es porque posiblemente existe algo de cierto en ellos aunque difícil de probar, no se trata exactamente de mentiras o falsedades.
Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo con las versiones sobre una posible renuncia al cargo de presidente por parte de Alberto Fernández, desde la intempestiva renuncia del ministro de Economía Martín Guzmán, el pasado 2 de julio.
Todo parece haber comenzado con una información dada a conocer por la periodista Viviana Canosa, en su programa del canal A24, del 24 de junio y retrasmitido en las redes por Tik Tok. La periodista afirmó que Alberto Fernández le habría manifestado a Cristina Kirchner su intención de renunciar en dos oportunidades. La primera amenaza de renunciar se habría producido después de que la vicepresidente diera a conocer una carta pública, el 26 de octubre de 2020, donde hablaba de los “funcionarios y funcionarias que no funcionan”, la segunda se habría producido en junio de 2022 ante las críticas públicas de Cristina Kirchner.
En ambas ocasiones la vicepresidente habría impedido que la renuncia se concretara, sin embargo, en la segunda oportunidad Alberto Fernández habría amenazado con “que si él se va abre la boca, prende el ventilador y se pudre todo”, afirmó enfáticamente la mediática periodista.
Ningún medio ni ningún periodista se hizo eco de la versión, tampoco fue desmentida y el gobierno la ignoró. En los “mentideros” de la política (que hoy operan especialmente por WhatsApp) la versión se daba por cierta.
En tal sentido, confirmando la amenaza de Alberto Fernández de renunciar dando a conocer informaciones y datos comprometedores para Cristina Kirchner, la vicepresidente replicó con una indirecta (bastante directa) de que “Cualquiera puede leer mi celular, no se si todos pueden decir lo mismo”.
Desde hace tiempo circula la versión de que el Presidente realiza chateos de carácter privado y comprometedor con algunas personas, por lo general mujeres jóvenes …
Con esa referencia, Cristina habría amenazado con dar a conocer la información privada y personal existente en el celular de Alberto Fernández.
Aunque el tema quedó parcialmente opacado por la renuncia del ministro Guzmán y las dificultades del presidente para encontrar una persona que se haga cargo de la compleja economía del país que al mismo tiempo fuera aceptada por Cristina Kirchner.
El miércoles 6, en medio del rebrote inflacionario, la corrida del mercado y las dificultades para definir un rumbo económico, al secretario de Estado para las Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete, Fernando “Chino” Navarro, un abogado que es también dirigente del grupo piquetero Movimiento Evita, se le ocurrió hablar de la renuncia del primer mandatario.
“Alberto no va a renunciar, quédate tranquilo, porque es un tipo que tiene valor”, afirmó Navarro agregando dramatismo al tema y convalidando indirectamente la versión difundida por Canosa.
Ese día en la sección “el pase”, de su programa por La Nación+, donde dialoga con Jony Viale, el periodista Eduardo Feinmann mencionó que Cristina Kirchner y Alberto Fernández estaban confrontando, arrojándose “carpetazos”. Es decir, amenazándose con la información comprometedora que cada uno poseía el otro y sus aliados.
El jueves 7 fue un día cargado de versiones sobre la renovación del presidente Alberto Fernández. Muchas de ellas provenían de fuentes kirchneristas dentro de Instituto Patria.
Incluso la portavoz presidencial Gabriela Cerruti se vio forzada a calmar la ansiedad de los periodistas acreditados en la Casa Rosada afirmando que el presidente “está en control del país.”
Estos desmentidos y aclaraciones no fueron suficientes para terminar con las versiones de renuncia presidencial.
El viernes 8, en horas de la mañana circuló un vídeo apócrifo atribuido falsamente al canal La Nación+ donde se anunciaba la dimisión del presidente.
El vídeo causó confusión y conmocionó aún más el ambiente político. Ese día, el dólar blue cerró a $273 pesos y el riego país se situó por encima de los 2.600 puntos.
Finalizando el viernes, el sindicalista Hugo Yasky, titular de la CTA, la central sindical kirchnerista, declaró a Radio Mitre que “Hay sectores poderosos que están jugando a que Alberto termine como Alfonsín, adelantando las elecciones”.
Para culminar el sábado 9 de julio, el expresidente Eduardo Duhalde se expresó condenado a Alberto Fernández: “Estamos con un Gobierno fallido, de aquí debe salir uno que funcione, pero el Presidente no está en condiciones de hacerlo. En realidad, nunca lo estuvo. Alberto Fernández no está en condiciones de arreglar los problemas de este país”, sentenció el exmandatario.
Duhalde consideró necesario crear “un segundo gobierno de unidad nacional”, pero aclaró que al Presidente no le ve “un rol en el nuevo acuerdo político porque nunca habló de unidad”.
Resulta muy difícil saber cuanta entidad tienen estas versiones y declaraciones pero lo cierto es que son los propios miembros del gobierno y del Frente de Todos quienes están hablando de la renuncia del presidente Alberto Fernández y tal como dice el refrán “cuando el río suena…”