Sergio Massa ha estado acumulando motivos de queja con sus aliados albertistas y kirchneristas del Frente de Todos (FdT).
El diputado propuso crear una mesa de conducción del FdT para debatir internamente las diferencias políticas y evitar las renuncias intempestivas (como la de Máximo Kirchner a la jefatura del Bloque partidario en la Cámara de Diputados) o el debate a través de cartas públicas, discursos condenatorios u off de récords, pero fue olímpicamente ignorado.
Luego le presentó una iniciativa al presidente Alberto Fernández. Una reestructuración del gabinete nacional dónde él se convertiría en una suerte de “superministro” a cargo de los ministerios de Economía y Trabajo con plenas facultades y autonomía para reencausar el rumbo económico y controlar la inflación.
Hace mucho tiempo que Massa ha organizado un equipo económico comandado por Martín Redrado (el ex “joven de oro”, hoy economista de consulta de Cristina Kirchner) y el acaudalado banquero Ignacio “Vasco” de Mendiguren, actualmente presidente del BICE, hombre de UIA y es ministro de Producción durante la presidencia de Eduardo Duhalde. En los años noventa, de Mendiguren fue el principal enemigo de la convertibilidad impuesta por Domingo Cavallo.
Alberto Fernández no sólo descartó está iniciativa sino que también ignoró la propuesta de situar al “Vasco” de Mendiguren en el ministerio de Desarrollo Productivo en reemplazo del renunciado Matías Kulfas. Alberto prefirió rescatar de su ostracismo brasileño al motonauta Daniel Scioli, archienemigo de Massa.
Scioli es el mayor rival de Massa en la competición por la candidatura presidencial del FdT en 2023.
Hace tiempo que Massa acaricia la idea de una candidatura presidencial, por dentro o por fuera del FdT, para ello cuenta con su propio encuestador y gurú de campaña, el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, un consultor vinculado al partido izquierdista Podemos en España.
Sin embargo, todas las mediciones indican que el presidente de la Cámara de Diputados tiene una alta imagen nativa solo superada por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Máximo Kirchner.
Massa no ha logrado desprenderse del estigma de “panqueque” que le ha asignado la gente por sus continuos zigzagueos políticos.
Por otra parte, dentro del Frente Renovador no solo Massa está molesto con los aliados del FdT. Figuras como Jorge D’Onofrio, actual ministro de Transporte bonaerense Nicolás Russo, Rubén Eslaiman, vicepresidente de la Cámara de Diputados provincial y senador bonaerense José Luis Pallares creen que su partido debe replantearse sus alianzas para el 2023 e impulsar una agenda política destinada a captar el apoyo del electorado de clase media.
Los renovadores temen terminar arrastrados por la inoperancia del gobierno y los conflictos dentro del kirchnerismo.
Muchos parecen pensar que una alianza con gobernadores y figuras del peronismo independiente (como el cordobés Schiaritti o el salteño Urtubey) podría ofrecer mayores ventajas al momento de obtener candidaturas y ocupar cargos que el proyecto de Cristina Kirchner consistente en considerar por perdidas las elecciones presidenciales y replegarse a una provincia de Buenos Aires, blindada como bastión cristinista y a algunas provincias con gobernadores fieles, como el chaqueño Capitanich o el formoseño Gildo Insfrán.
Los renovadores aspiran a preservar o incrementar su representación legislativa nacional, provincial y municipal. Incluso sueñan con conquistar algunos municipios bonaerenses.
El Frente Renovador se prepara para debatir sobre su futuro en un congreso que se llevará a cabo en la ciudad de Mar del Plata, el próximo 15 de julio.
Mientras tanto, el presidente Alberto Fernández intenta contener al diputado Massa subiéndolo a sus viajes internacionales (Cumbre de las Américas y la reunión del G7) y nombrando a uno de sus hombres, Guillermo Michel, al frente de la Aduana.
Aunque todo aspirante a presidente valora altamente cualquier oportunidad de obtener alguna presencia internacional, está suerte de “premio consuelo” parece poco para contener a Massa.
Por otra parte, dar el paso de romper el Frente de Todos no es algo sencillo para el líder del Frente Renovador.
En su momento, el abandono de la jefatura del bloque de diputados del FdT por parte de Máximo Kirchner conmovió profundamente al debilitado gobierno de Alberto Fernández.
En este contexto, el alejamiento de Massa, una de las pocas figuras moderadas, negociadoras y que muestra capacidad de gestión podría situar al gobierno de Alberto Fernández en una fase terminal.
Sergio Massa de ninguna manera puede aparecer ante la opinión pública como el “Chacho” Álvarez de Alberto Fernández.
El posible alejamiento de Massa abre la cuestión de quién podría reemplazar al diputado tigrense en la jefatura de la Cámara. Una candidata lógica podría ser Graciela Caamaño, otro Máximo Kirchner.
La primera opción es posible aun que poco probable, la segunda causa terror y rompería todo diálogo y negociación con la oposición.
También habría que contemplar cómo quedaría la composición de los bloques en la Cámara baja y la distribución de las comisiones, un tema por demás álgido.
Por último, si el Frente Renovador rompe con el FdT, cuál será la situación de los funcionarios que responden a esta fuerza dentro del gobierno. ¿Renunciarán como su jefe o intentarán atornillarse a sus sillones reteniendo sus cargos hasta el momento en que se les solicite la renuncia.
Recordemos que entre estos funcionarios se encuentra Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa, quién ocupa la estratégica presidencia de AySA.
Estos hechos y especulaciones nos llevan a preguntarnos si Sergio Massa realmente contempla romper con el FdT o sólo está presionando para evitar que se repitan decisiones como el nombramiento de Daniel Scioli pese a su expresa opinión en contrario.
¿Querrá realmente Massa ser candidato presidencial de un frente que hoy tiene una intención de voto inferior al 20% y en vías de decrecer en los próximos meses si se prolonga la debacle económica?
¿Massa quiere romper o solo está negociando?
Posiblemente, la respuesta comience a conocerse en el congreso renovador del próximo 15 de julio.
Finalmente, recordemos también que cuando el barco comienza a hundirse los primeros en abandonarlo son…