EL PAÍS
Situada en corazón de la estratégica región del Sahel, el Chad, un país sin litoral marítimo, limita al Norte con Libia y con Níger al Oeste, el semiárido cinturón del Sahel en el centro y la fértil sabana sudanesa al Sur.
El lago Chad, además de dar nombre al país, es el segundo espejo de agua más extenso de África.
Su territorio de 1.284.000 km², en su mayor parte desértico, alberga 16.244.513 habitantes distribuidos en doscientas etnias.
Según el índice de Desarrollo Humano elaborado por Naciones Unidas, el Chad es el quinto país más pobre del mundo. Donde el 80% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, dedicada a la agricultura y ganadería de subsistencia, con ingresos de menos de un dólar diario.
La ubicación de los cultivos y de las áreas de pastoreo dependen del clima. En la zona más austral del territorio chadiano se sitúa el 10% de las tierras agrícolas más productivas del país donde prosperan los cultivos de sorgo y mijo.
En el Sahel crecen solo las variedades más resistentes y menos rendidoras de mijo. Sin embargo, la región es apta para el pastoreo de grandes rebaños de cabras, ovejas, burros y caballos.
En los oasis dispersos por el área sahariana se producen dátiles y legumbres.
Los principales productos de exportación del país son, desde el 2001, el petróleo (con reservas estimadas en mil millones de barriles) y el algodón.
LA POLÍTICA
En el año 1900, la expansión colonial francesa dio paso a la creación del Territoire Militaire des Pays et Protectorats du Tchad. Para 1920, Francia había asegurado el control absoluto de la colonia e incorporó el territorio de Chad al África Ecuatorial Francesa. El dominio francés en Chad se caracterizó por retrasar la modernización y por la ausencia de políticas para unificar el territorio.
Los franceses veían a la colonia del Chad como una fuente importante de mano de obra barata y algodón, por lo que en 1929 introdujeron la producción a gran escala de esta materia prima. La administración colonial de Chad carecía de personal y los gobernadores se apoyaban en algunos elementos de ejército francés. Además, únicamente la parte sur del país era efectivamente administrada por Francia. En el norte y el este áridos la presencia francesa era escasa, lo que llevó a un deficiente sistema educacional.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Francia garantizó a Chad el status de territorio de ultramar para que sus habitantes tuvieran derecho a elegir a sus representantes en la Asamblea Nacional francesa y la creación de una asamblea chadiana.
El 11 de agosto de 1960, el Chad obtuvo la independencia con François Tombalbaye, del Partido Progresista Chadiano como primer presidente.
Dos años más tarde, Tombalbay disolvió los partidos de oposición y estableció un sistema de partido único. El mandato autocrático de Tombalbaye y su mala administración generaron tensiones entre las distintas tribus del país y en 1965 los musulmanes comenzaron una guerra civil.
En 1975 Tombalbaye fue derrocado y asesinado por oficiales de su ejército, pero el conflicto continuó. El 1979 las facciones rebeldes tomaron la capital y todas las autoridades nacionales del país colapsaron, por lo que el poder pasó a los rebeldes armados, la mayoría provenientes del Norte del país.
La anarquía del país termino con los restos de la presencia francesa en el país. La Libia de Gadafi vio la oportunidad de tomar el control del país e involucró en el guerra civil. El 1987, los libios fueron expulsados por una coalición formada por el presidente chadiano Hisséne Habré, apoyado por Francia, logró unir a las distintas facciones chadianas contra el ejército libio.
Pronto Habre mostró su carácter dictatorial implantando un sistema de corrupción y violencia. El régimen asesino a unas 40.000 personas. El presidente Habré favoreció a su tribu los daza y persiguió al tribu enemiga, los saghawa. En 1990 fue derrocado por el general Idriss Déby.
El general Déby nació el 18 de junio de 1952 en el noreste de Chad. Se alistó en el ejército en la década de 1970, en medio de la guerra civil y recibió formación militar en Francia, donde obtuvo licencia de piloto militar. Regreso al Chad en 1976 y apoyó al entonces presidente Hisséne Habré, llegando a ser comandante de las fuerzas armadas. En 1990 tomó el poder al mando de un ejército rebelde que lanzó su ofensiva de tres semanas desde la vecina región sudanesa de Darfur.
Una vez en el poder, Déby debió sortear decenas de rebeliones e intentos de golpes de Estado. Déby intentó reconciliar a los grupos rebeldes y reintrodujo el sistema político multipartidario. Por medio un referéndum los chadianos aprobaron una nueva constitución y en 1996, Déby ganó las elecciones presidenciales. En 2001, fue reelecto para otro período de cinco años, trayendo consigo la esperanza de Chad tendría la oportunidad de alcanza la paz y la prosperidad.
Sin embargo, los conflictos internos resurgieron y estalló una nueva guerra civil. Unilateralmente, Déby modificó la constitución para abolir el máximo de dos períodos presidenciales consecutivos, los cual generó las protestas de los partidos políticos de oposición. De esta forma, en 2006 Déby ganó por tercera vez las elecciones presidenciales.
La mayoría de los principales consejeros de Déby eran miembros de la tribu zaghawa, aunque notables del sur también estaban presentes en el gobierno.
En 2008, la Unión de Fuerzas de la Resistencia (UFR), los mismos rebeldes que él había liderado desde Darfur tomaron N’Djamena, la ciudad capital y asediaron el palacio presidencial. La intervención de Francia, que consideraba a Déby como un importante aliado contra el yihadismo lo salvó de ser derrocado. En 2019, se produjo una situación similar y también los aviones Mirage 2000 de Francia salvaron nuevamente al dictador bombardeando las columnas de milicianos de la UFR.
Idriss Déby se mantuvo en el poder reprimiendo a sus opositores, cometiendo fraude electoral, entregando enormes sumas de dinero a los militares y ganándose la confianza de las potencias Occidentales liderando la lucha contra el terrorismo yihadista en el África Sáharo – Saheliana.
En 2013, desplegó dos mil soldados en el Norte de Mali para participar en una misión dirigida por Francia para hacer retroceder a los combatientes de Al Qaeda, convirtiendo a Chad en el único país africano con la capacidad de lanzar rápidamente una fuerza de combate. A principios de 2021, Déby envió mil doscientos efectivos a la región de la triple frontera de Níger, Burkina Faso y Malí, donde los yihadistas están expandiendo su influencia, mientras que más al sur las fuerzas chadianas luchan contra las milicias yihadistas nigerianas de Boko Haram.
LA MUERTE DEL DICTADOR
La muerte de Déby se anunció después de que la Comisión Nacional Electoral Independiente (CENI) proclamase en la noche del lunes 19 los resultados provisionales de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 11 de abril, que le otorgaban al presidente y a su partido, el Movimiento Patriótico de Salvación, un sexto mandato con el 79,2% de los votos emitidos.
Aunque los comicios se celebraron en calma, ese mismo día los rebeldes chadianos del Frente de Alternancia y Concordia en Chat (FACT), realizaron una incursión procedente de Libia con la intención de derrocar a Déby. El FACT es un grupo insurgente, creado en 2016 en Tanoua, en el extremo norte del territorio chadiano, de una escisión de la Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo, liderada por Mahamat Nouri, opositor a Déby, se cree que cuenta con unos tres mil combatientes.
El 13 de abril, el FACT aseguró controlar la provincia de Tibesti, en el extremo norte del país y el día 18 confirmaron que habían procedido a la “liberación” de la provincia de Kanem, al oeste del país y fronteriza con Níger.
Por su parte, el Ejército del Chat desmintió la información de los rebeldes y anunció que más de trescientos insurgentes habían caído en combate y otros ciento cincuenta se encontraban prisioneros luego de los enfrentamientos en la provincia de Kanem.
Finalmente, el lunes 19 el FACT anunció en un comunicado que al menos quince altos mandos de Ejército habían sido muertos, se hallaban desaparecidos, heridos o estaban huyendo, incluyendo al presidente Déby.
“El presidente Idriss Déby Itno acaba de exhalar su último aliento mientras defendía la integridad territorial en el campo de batalla. Con profunda amargura anunciamos al pueblo chadiano el fallecimiento, este martes 20 de abril de 2021, del mariscal de Chad Idriss Déby Itno”, anunció en un comunicado en la televisión estatal el portavoz del Ejército, el general Azem Bermandoa Agouna.
No han trascendido detalles de como se produjo el deceso del presidente Déby y quienes fueron responsables de su muerte.
Los militares inmediatamente disolvieron la Constitución, el Gobierno y el Parlamento, impusieron el toque de queda y cerraron las fronteras terrestres y los aeropuertos. El poder pasó a ser ejercido por un Consejo Militar de Transición, dirigido por el hijo del fallecido presidente, el general de cuatro estrellas Mahamat Idriss Déby, comandante de la guardia presidencial, de 37 años. El Consejo Militar de Transición gobernará por un período de dieciocho meses.
Refiriéndose a la situación en Chad tras la muerte del dictador, el Comandante del Mando de África del Ejército de los Estados Unidos, el general Steve Townsend, dijo que si bien no está claro que significará la muerte de Déby para la situación social y política de Chad y el resto del Sahel, sabemos que su hijo se inclina por las buenas relaciones tanto con Francia, que tiene una base militar en ese país, como con los Estados Unidos.
Por su parte, la oficina del presidente Emmanuel Macrón anunció: “Francia perdió a un amigo valiente” apenas se conoció la noticia de la muerte de Déby. “Expresa su fuerte apego a la estabilidad e integridad del territorio de Chad, agregó la declaración.
En esta forma la República de Chad registra la triste estadística de que la sucesión presidencial nunca se produce por mecanismos democráticos y generalmente es por el asesinato del mandatario anterior.