Incertidumbre estrés y restricciones en pandemia han empujado hacia un estado de ansiedad que se canaliza poniendo a la comida como objeto de deseo, actualizando el termino “food porn” que aparecio hacia 1984
Este fenómeno consiste en el impulso de publicar en redes sociales todo lo que se come, en general platos altos en calorías. postres suculentos y atractivos a la vista que estimulan otros sentidos y despiertan promesas de placer.
Las fotos son subidas no solo por profesionales sino también por aficionados volcados a esta práctica de alimentación y actitud frente a la comida. La misma tiene como objetivo provocar en forma irrefrenable el apetito en todo aquel que las contempla.
Para que el plato sea considerado “food porn” debe generar una sensación única de deseo.
Este concepto, que está en auge en las redes sociales, es utilizado además por multinacionales gastronómicas que lo han convertido en hashtag en una etiqueta para referirse a esos sectores.
Debemos decir también que el protagonista del éxito de esta tendencia es además el fotógrafo, que poniendo el foco en diferentes componentes del plato logra la imagen sensacional y única de deseo.
Se sabe que el refrán de que la comida “entra por los ojos” no es solo sabiduría popular, tiene bases científicas concretas.
Ancestralmente el simple hecho de avistar frutos y otros alimentos, despertaba reacciones fisiológicas y psicológicas que impulsaban a conseguirlos para disfrutarlos y adquirir sus nutrientes, estos mecanismos siguen funcionando, siendo los alimentos reemplazados por imágenes.
Existe una necesidad natural de ver imágenes de alimentos que forman en nuestro cerebro respuestas fisiológicas, neuronales y psicológicas ante dichas imágenes.
La Food porn además ha transformado a los consumidores en productores de imágenes, aun cuando sean conscientes de que el plato que verdaderamente se está consumiendo no es el producto terminado.
Entre las preparaciones publicadas destacan tartas de chocolates cubiertas con helado, sándwiches con queso derretido, hamburguesas, brownies decorados, pizzas, entre otros.
Según informes, en Argentina, los cinco alimentos más frecuentes en el Instagram con el hashtag #foodporn son: dulce de leche, cerveza, meriendas, chocolate y postres.
El food porn opera manteniendo el deseo. Así, la comida se transforma en símbolo de status, el acto de comer y beber tiene simbolismos que hacen del mismo un acto social por excelencia.