La diplomacia marroquí con respecto al Sáhara ha entrado en una etapa de concreciones con la visita, el pasado sábado 9 de enero, de David Schenker, Subsecretario de Estado para Oriente Próximo y el Norte de África de la Administración Trump a la bella ciudad turística de Dakhla que cada día más abandona su rol turístico y pesquero para convertirse en un importante centro portuario y comercial no solo del Sáhara sino también del África Occidental.
En esta primera visita oficial de altos funcionarios estadounidenses (incluido el embajador acreditado en Rabat) a las provincias del Sur, el Subsecretario Schenker destacó que el reciente reconocimiento de su país a la soberanía marroquí sobre el Sáhara “fue posible gracias al liderazgo del Rey Mohammed VI en la promoción de una agenda de reformas audaces y de gran alcance en las últimas décadas.”
El alto funcionario del presidente Trump también destacó las valiosas contribuciones del Rey Mohammed VI a la paz en Medio Oriente, a la estabilidad y el desarrollo en África, a la seguridad regional en su conjunto y en especial al “promover la tolerancia y la armonía religiosa.”
La presencia del subsecretario Schenker constituye un gesto significativo que ratifica el compromiso de Washington de abrir a la brevedad un consulado con agregaduría comercial en Dahkla, acordado en la trascendente conversación telefónica que mantuvieron el Rey Mohammed VI y el presidente Donald Trump el pasado 10 de diciembre.
En esa oportunidad el presidente estadounidense se comprometió también a posibilitar que el Reino de Marruecos tenga un acceso privilegiado al Programa de Comercio e Inversión implementado bajo el contexto de la denominada iniciativa “Prosper Africa”.
La iniciativa “Prosper Africa” fue lanzada en 2018 por la Administración Trump con el propósito de incrementar los intercambios comerciales de los Estados Unidos con África, un continente que alberga a 54 Estados, con grandes recursos naturales y un dinámico mercado de más de mil millones de potenciales consumidores.
Prosper Africa busca, especialmente, incentivas a las empresas privadas estadounidenses a invertir en el continente africano buscando socios locales para sus emprendimientos.
No obstante, la iniciativa de la Casa Blanca involucra a diecisiete agencias federales (entre ellas la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional -USAID-, Exim Bank, Overseas Private Investment Corporation, Millennium Challenge Corporation, etc.) y otorga financiamiento y ayudas al desarrollo por valor de quinientos millones de dólares anuales durante cinco años.
Las autoridades marroquíes estiman que la potenciación de los vínculos diplomáticos y económicos con los Estados Unidos, país con el cual el Reino tiene un tratado de libre comercio que ha duplicado desde su aplicación en 2006 los intercambios comerciales bilaterales, generará un flujo aún mayor de inversiones estadounidenses que podrían alcanzar en los próximos años un monto de entre mil y tres mil millones de dólares.
Esas inversiones estadounidenses redundarán en la creación de miles de pequeñas y medianas empresas marroquíes generando un número aún mayor de puestos de empleo en el sector privado.
Los logros internacionales y las inversiones que hoy recibe el Reino de Marrueco no son fruto del azar sino el resultado lógico de los largos años de tratativas diplomáticas, gestiones y esfuerzos personales que el Rey Mohammed VI ha llevado a cabo en defensa de la marroquidad del Sáhara y para el desarrollo del Reino.