Una curiosa maniobra se produjo el pasado lunes 2 de noviembre en la IVª Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas donde Sudáfrica intentó aprovechar su influencia en Comunidad de Desarrollo de África Austral (Southem African Development Community -SADC-) para rivalizar con el Reino de Marruecos.
En 2018, la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana estableció, en su “decisión 693”, que la Organización de las Naciones Unidas tiene exclusividad para resolver el artificial Conflicto del Sáhara.
Sin embargo, Sudáfrica insiste en desconocer esta decisión y maniobra junto a Argelia en distintos ámbitos internacionales para apoyar a los separatistas del Frente Polisario. En este caso aprovechó su influencia económica y política dentro de la Comunidad de Desarrollo de África Austral para intentar “filtrar” las tesis del Polisario en una declaración ante la IV Comisión.
La Comunidad d Desarrollo de África Austral se fundó en una Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, en Tanzania, en agosto de 1992. Sudáfrica se integró al organismo regional el 1994 tras el fin del régimen de apartheid donde alcanzó una posición predominante, entre los quince Estados miembros del organismo, por el peso de su economía.
Pero la maniobra se frustró por el certero accionar de la diplomacia marroquí que alertó a sus aliados dentro de la SADC sobre la maniobra sudafricana. La República Democrática del Congo, Comoras, Malawi, Eswatini y Zambia, países miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral se opusieron a la declaración que se intentaba difundir por ser inconsulta y no reflejar la voluntad de todos los países miembros.
Así, se impidió el intento sudafricano de perjudicar a Marruecos y el vocero de la SADC, en este caso el Representante Permanente de Mozambique, debió desistir de hacer pública la declaración y abstenerse de hablar en la Asamblea al no alcanzarse un consenso sobre la cuestión.
Desde hace años Sudáfrica mantiene una sorda rivalidad con el Reino de Marruecos por la influencia dentro del continente africano. Sudáfrica es el primer inversor africano en el continente seguido muy de cerca por el Reino de Marruecos en segundo lugar. En especial, el gobierno sudafricano recela del creciente liderazgo del rey Mohammed VI quien es claramente el estadista africano de mayor peso en el escenario internacional.
Por lo tanto, no desaprovecha ninguna ocasión para hostigar a Marruecos. Solo que en esta ocasión la hábil diplomacia marroquí se anticipó y frustró sus intenciones gracias a las sólidas alianzas que ha tejido durante años con sus hermanos africanos.