El agua es un derecho humano, ya que sin ella la vida no es viable. Es un recurso de vital importancia con numerosos efectos por escasez o contaminación.
Más del 97% del agua en la Tierra es salada, dos tercios del agua dulce está retenida en glaciares y capas de hielo polar, de lo que queda la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos, siendo la cantidad de agua apta para consumo humano en el mundo, menor al 1% de agua dulce disponibles, de la que una fracción importante, sufre algún tipo de contaminación debido a la contaminación ambiental (aguas residuales, vertidos a la atmósfera, residuos sólidos, etc.).
La cantidad adecuada de agua para consumo humano (beber, cocinar, higiene personal, limpieza del hogar) es de 50 litros por habitante por día y el aporte necesario para la agricultura, la industria y la conservación de ecosistemas acuáticos, fluviales dependientes de agua dulce hacen que se considere necesario un mímico de 100 litros por habitante por día. (OMS)
La escasez de agua potable, amenaza con convertirse en un grave problema para la humanidad.
Se estima que para el año 2025 la mitad de la población del mundo vivirá en zonas con escasez de agua.
El foro de Economía Mundial calcula que para 2030 la demanda de agua se incrementará en un 40% y el planeta no podrá suministrarla.
ACNUR, la agencia de la ONU para refugiados informa sobre las consecuencias de escasez de agua y la falta de un sistema de potabilización, lo que obligaría a recurrir a aguas contaminadas que mayormente provocan enfermedades, cuya presencia generalmente están asociadas a la pobreza y a los países en vías de desarrollo.
Para determinar la disponibilidad de agua país o área geográfica determinada, se maneja el “umbral de presión hídrica” (1.700 m3/hab – año), por debajo del cual aparecen frecuentemente las sequías y el “umbral de penuria” (1.000 m3/hab – año) por debajo del cual surgen problemas de abastecimiento a la agricultura e industria.
En el siglo xx el aumento de la población, el desarrollo industrial y el mayor uso agrícola, ha sextuplicado el requerimiento de agua.
Las consecuencias de la escasez de agua y aguas contaminadas son graves y afectan a todos los continentes, entre las enfermedades ocasionadas se encuentra el cólera, que cada año produce entre 21.000 y 143.000 muertes. Una de las áreas de trabajo de ACNUR es proporcionar a los refugiados un mínimo de entre 15 y 20 litros de agua por persona-día en zonas vulnerables.
OMS informa que un suministro y acceso adecuado al agua potable o salubre previene enfermedades tales como: anemia, arsenicosis, ascariasis, cólera, dengue, diarrea, disentería, fluorosis, hepatitis, malaria, fiebres tifoideas y otras.
Por la falta de agua la agricultura y ganadería también se ven afectadas, provocando como consecuencia la escasez de alimentos que genera hambre entre la población, induciendo conflictos y desplazamientos en busca de lugares con agua y alimentos.
Otro de los aspectos negativos de la escasez y contaminación del agua es la pérdida de biodiversidad ya que el equilibrio del medio ambiente se basa en la diversidad de especies vegetales y animales.
Muchos de los ecosistemas de los cuales se extrae el agua están siendo sobreexplotados, así por ejemplo en Oriente Medio la explotación de los acuíferos y del lago Tuberías está poniendo en peligro la capacidad renovable de esos ecosistemas.
El Foro Mundial del Agua informa que el cambio climático no es ajeno a esta situación, el aumento de la temperatura global del planeta está provocando mayor evaporación, incrementándose las lluvias en forma violenta y torrencial, por otro lado, las sequias son cada vez más largas y afectan a zonas no habituales.
A partir de la sequía de tres años sufrida por Etiopia en 2003, el PMA (Programa Mundial de Alimentos) activo todas las alarmas.
La problemática mundial con el agua no se reduce solo a situaciones climáticas o demográficas, sino también a la falta de recursos económicos que generan desigualdades a la hora de enfrentar dichos problemas, siendo un recurso vital y escaso, genera tensiones, problemas y conflictos.
Naciones Unidas informa, Los desafíos del agua
- 2,1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura (OMS/UNICEF 2017).
- 4,5 billones de personas carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura (OMS/UNICEF 2017).
- 340 000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas (OMS/UNICEF 2017).
- La escasez de agua ya afecta a cuatro de cada 10 personas (OMS).
- El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua (UNISDR).
- El 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas (UNESCO, 2017).
- Alrededor de dos tercios de los ríos transfronterizos del mundo no tienen un marco de gestión cooperativa (SIWI).
- La agricultura representa el 70% de la extracción mundial de agua (FAO).
- Aproximadamente el 75% de todas las extracciones de agua industrial se utilizan para la producción de energía (UNESCO, 2014).
El decenio Internacional para la Acción, Agua para el Desarrollo Sostenible, comenzó el 22 de marzo de 2018 (Día Mundial del Agua) y terminara el 22 de marzo de 2028, El Decenio tiene como objetivo acelerar los esfuerzos para enfrentarse a los desafíos relacionados con el agua, como el acceso reducido al agua potable y al saneamiento, una mayor presión sobre los recursos hídricos y los ecosistemas y un riesgo exacerbado de sequías e inundaciones.
El agua es el vínculo crucial entre la sociedad y el medioambiente.
La tendencia actual, "Nueva Cultura del Agua", basada en el ahorro de agua, propone la optimización de su gestión, el respeto y sensibilización hacia este recurso, su reparto equitativo y la valoración como activo ecológico y social.