La Organización Mundial de la Salud define a la desnutrición como “la ingesta insuficiente de alimentos de forma continuada, que es insuficiente para satisfacer las necesidades de energía alimentaria, sea por absorción deficiente y/o por uso biológico deficiente de los nutrientes consumidos.”
La pobreza, el hambre, las enfermedades, los conflictos bélicos, los desplazamientos, los desastres climáticos, son algunas de las causas dolorosas y visibles asociadas a la desnutrición infantil.
Hasta el año 1865 no se había documentado la descripción clínica de lo que se conoce como desnutrición calórico-proteico. Su difusión fue retrasada y luego redescubierta en 1933 y en 1950, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Agricultura y la Alimentación (FAO) tomaron la decisión de unificar los criterios de diagnóstico e impulsar su investigación.
Hay varios tipos de desnutrición, puede ser primaria o secundaria y constituye un aspecto que varía desde una desnutrición leve (< de la talla o el peso para la edad), hasta formas graves de desnutrición con déficits más marcados y emaciación, las más graves son el Marasmo y el Kwashiorkor y una combinación de ambas.
El Kwashiorkor, se presenta con la privación proteica que es relativamente mayor que la reducción de calorías.
El nombre de kwashiorkor deriva de una de las lenguas kwa, de la costa de Ghana, y significa “el que se desplaza”, refiriéndose a la situación de los niños que han sido amamantados y que cuando nace un nuevo hermano se le deja sin lactancia materna.
El niño recibe de la leche materna, ciertos aminoácidos esenciales para su crecimiento y desarrollo, que lo protegen de la desnutrición, generalmente cuando deja esta alimentación, en situaciones donde el hambre y la pobreza hacen estragos, la dieta que reemplaza a la leche materna tiene un alto contenido en hidratos de carbono, provenientes de vegetales y es deficiente en proteínas, por lo que los niños pueden desarrollar kwashiorkor.
Presentan retraso del crecimiento, edemas, abombamiento abdominal debido a ascitis o retención de líquidos en la cavidad abdominal por ausencia de proteínas en la sangre, que favorece el flujo de agua hacia el abdomen, despigmentación de la piel. cabello rojizo, inapetentes, anemia, taquicardia.
La mortalidad es alta, del 60% y puede haber secuelas a largo plazo, serán niños acortados (talla baja), y en casos severos con retraso mental.
La deficiencia de proteínas, en combinación con la falta de energía y micronutrientes como el hierro, ácido fólico, selenio, vitamina C, Hierro, antioxidantes, ácidos grasos poliinsaturados y otros, exponen al organismo al estrés y mayor susceptibilidad de padecer enfermedades infecciosas.
El Marasmo se produce por una deficiencia energética acompañada de déficit calórico total. Aparece primordialmente en niños con desnutrición o con déficit nutricional en sus primeros años de vida, el niño presenta retraso del crecimiento, apático, irritable, no juega, no se mueve mucho, la piel es seca, presenta piel suelta sobre glúteos y axilas, existe una perdida drástica de tejido adiposo, caída del cabello, temperatura baja, pulso lento, presenta anemia e inmunodeficiencia. Los “chicos marasmo” son una realidad, tienen HAMBRE…
Las complicaciones, como infecciones, diarreas, deshidratación y trastornos del aparato circulatorio frecuentemente son letales y provocan una alta mortalidad.
Se estima que uno de cada cuatro niños y niñas -alrededor de 200 millones- que representa el 27% de la población de menores de cinco años, presenta algún tipo de desnutrición, la mayor proporción se presenta en Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico, 17 millones en Africa Occidental y Central, 16millones en Africa Oriental y Meridional, 8 millones en Oriente Medio y Africa del Norte, y en América Latina y el Caribe, 4 millones. (FAO)
Si no se detecta a tiempo o no se recibe la atención médica necesaria, la desnutrición puede llegar a ocasionar discapacidad, tanto mental como física, enfermedades y hasta la muerte.
La desnutrición puede darse incluso en la gestación del feto lo que puede complicar el desarrollo normal del embarazo, puede causar que los niños presenten muy bajo peso al nacer, esto los harán propensos a infecciones, débiles y con problemas de desarrollo intelectual y de aprendizaje.
Robert Black, principal autor de artículos realizados en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore (EEUU) dice que “…El alto número de muertes asociadas con el bajo peso es inaceptable…Los primeros 1.000 días de vida del niño son cruciales en su desarrollo, al igual que la nutrición de su madre…” subraya Black y su equipo. No sólo por su propia supervivencia, sino para el desarrollo de su hijo. Uno de los estudios realizados estima que 800.000 muertes neonatales se deben al escaso crecimiento fetal durante la gestación.
Por otro lado, estudios realizados han demostrado que las mujeres desnutridas tienen más probabilidades de morir mientras están embarazadas, de tener partos prematuros y bebés demasiado pequeños para su edad. "Muchas mujeres no acceden a servicios de promoción de nutrición hasta el quinto o sexto mes de embarazo", puntualiza Robert Black.
Para evitar la explosión de los problemas nutricionales en la próxima generación, "se necesitan urgentemente políticas que presten más atención a la nutrición de las embarazadas y de las adolescentes (las madres de mañana)", explica Franceso Franca, del departamento de Nutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La desnutrición es, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la principal causa de muerte de lactantes y niños pequeños en países en vías de desarrollo. Por eso, prevenir esta enfermedad se ha convertido en una prioridad para la Organización Mundial de la Salud.
UNICEF propone acciones efectivas contra la desnutrición. Estas son algunas de las más importantes:
· Acceso a la atención sanitaria
Si los niños no reciben la atención que necesitan para su edad, es muy difícil detectar posibles casos de desnutrición. Las revisiones rutinarias de peso y estatura son una de las herramientas principales para diagnosticar si un niño está desnutrido
· Formación de madres y padres
En los países donde los alimentos son escasos, enseñar a los padres qué alimentos de los que tienen a su alcance son más beneficiosos para sus hijos ayuda a combatir la desnutrición.
· Lactancia materna
Es una de las formas más efectivas de acabar con la desnutrición. Cuando un bebé no recibe los beneficios de la lactancia materna, la probabilidad de que muera se multiplica por 14.
· Acceso a agua y saneamiento
Consumir agua limpia y potable y tener acceso a un saneamiento adecuado ayuda a prevenir las enfermedades infecciosas, una de las principales causas de desnutrición infantil.
· Alimento terapéutico
Es una mezcla de concentrado de maní que contiene los nutrientes necesarios para la recuperación de los niños que sufren desnutrición aguda grave. Su uso se ha extendido en los últimos años, impulsado por la posibilidad de utilizarlo en casa. Se calcula que 3 de cada 4 niños con desnutrición aguda grave pueden recuperarse en sus hogares con este preparado.
Aunque para UNICEF y otras organizaciones mundiales, acabar con la desnutrición infantil y sus consecuencias sobre la vida de los niños es posible, la hambruna ya se ha declarado en Sudán del Sur y podría declararse en cualquier momento en países como Nigeria, Yemen o Somalia. Solo en estos cuatro países, 1,4 millones de niños están en riesgo inminente de muerte por desnutrición aguda grave.
19 de noviembre de 2014 en Roma – Ministros y altos funcionarios responsables de salud, alimentación y agricultura y otros aspectos de la nutrición, adoptaron la Declaración de Roma sobre la Nutrición, y un Marco de acción, que establece recomendaciones sobre políticas y programas para abordar la nutrición a través de múltiples sectores. La iniciativa se formalizó en la apertura de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El 1 de abril de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición 2016-2025. El Decenio ofrece la oportunidad sin precedente de luchar contra todas las formas de malnutrición.
La estrategia de nutrición a nivel mundial establece pautas a cumplir para lograr el acceso universal a intervenciones nutricionales eficaces y a dietas saludables, con sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.