Al percibir una persona un indicio o señal amenazadora, interpreta inmediatamente que alguien o algo es capaz de dañarlo o impedirle su libre accionar.
Por lo tanto llamaremos “Amenaza a la Seguridad”, a la manifestación, expresión o situación de inseguridad generada por la inminencia de un acto indeseable que formulará un actor o actores hostiles con el propósito de trasmitirnos, la intención o capacidad de producirnos un daño o perjuicio a nuestros intereses o bienes, ya sean estos espirituales, humanos o materiales.
Hoy podemos distinguir entre viejas y nuevas amenazas, agrupando las “Amenazas Tradicionales” en todas aquellas formas históricas del actuar violento, activas y remozadas de acuerdo a las necesidades, objetivos y tecnología disponibles. Estas acciones violentas tenían su origen en las distintas formas de gobierno de un estado y eran dirigidas, en general, a otro u otros estados.
Los tipos más frecuentes de las antiguas amenazas son entre otras: La guerra, El Espionaje; El Sabotaje; La Acción Psicológica; El Terrorismo; La Guerrilla; La Resistencia Social; etc.
En cambio, las “Nuevas Amenazas a la Seguridad Internacional/ Nacional” son fenómenos de tipo delictivos cuyo comienzo se vincula a la terminación de la Guerra Fría. Este tipo de manifestaciones no fue considerado una Amenaza a la Seguridad Internacional/Nacional hasta ese momento, encontrándose su lucha bajo el control casi exclusivo de la Fuerzas Policiales o de Seguridad, las que tendían a la represión antes que a la prevención.
Siendo los tipos más frecuentes que hoy enfrentan las sociedades posmodernas las ligadas al Crimen Organizado Trasnacional, al Terrorismo y a otros factores de índole Religiosos, Sociales, Raciales, Ecológicos, Tecnológicos, etc.
Estas amenazas generan los siguientes efectos en el sistema mundial:
· Se producen en un contexto internacional integrado por estados débiles, con falencias estructurales, escasos recursos presupuestarios y con economías en crisis que impiden un efectivo control de sus territorios.
· Erosionan el poder del Estado.
· Desestabilizan y corrompen a las instituciones y al sistema político.
· Son fuente generadora de inseguridad, delito y violencia que perturban la evolución de las sociedades.
· Afectan a las instituciones y personas por la mayor permeabilidad de las fronteras estatales.
· Generan inestabilidad en el sistema internacional.
El “Tráfico Ilícito de Armas De Fuego Portátiles”, es un fenómeno delictivo que se encuentra dentro de las Nuevas Amenazas a la Seguridad. Pero además actúa como catalizador de otras amenazas como el Terrorismo Internacional en sus diferentes modalidades como el Ciberterrorismo (cuando ataca a la ciberseguridad que tiene un Estado para resguardar la información y las comunicaciones), el Crimen Organizado Internacional en sus diferentes modalidades como el Narcotráfico, El Tráfico de Personas y de Migrantes, Tráfico de Vida Salvaje, Tráfico de Dinero Falso, el Ciberterrorismo (en este caso como actividad de los delincuentes comunes que afectan la ciberseguridad de las esferas económicas o industriales como es la piratería, las extorciones, etc. siendo esta actividad la más dañina de la delincuencia común, por lo que el cruce de estos círculos lleva a las actividades de la delincuencia organizada y paulatinamente a los sitios que ocupa la deep web), Las Actividades Antidemocráticas y Anticonstitucionales.
De esta manera el “Tráfico Ilegal de Armas de Fuego Portátiles”, se convierte en un objetivo central o principal para las actividades de prevención. El terrorismo y muchas actividades criminales dependen de un fluido abastecimiento de este género de armamento para llevar a cabo su accionar delictivo.
Los organismos internacionales (ONU y OEA), atentos a este problema, clasificaron a las armas de fuego portátiles o fáciles de trasladar en: 1) Pequeñas, que son entre otras las armas de puño y largas como son los revólveres, pistolas, fusiles, pistolas ametralladoras, etc. 2) Ligeras, que son las utilizadas por grupos de personas como las ametralladoras pesadas, lanzagranadas, cañones antitanques y antiaéreos portátiles, etc. y por último 3) los demás materiales afines o relacionados que son parte integral, complementario, repuestos y accesorios de las precedentes para su mejor funcionamiento, como los componentes y piezas (miras infrarrojas y cualquier parte integrante del armamento que se pueda reemplazar y otros tipos de armas, como las municiones y explosivos (cartuchos, misiles, granadas de mano, minas terrestres, explosivos, contenedores móviles con misiles antitanques, etc.)
Debiendo considerar a este tipo de tráfico ilícito como un comercio o negocio de armas de fuego no permitido por la ley. Este comercio se manifiesta cuando llega desde el exterior como contrabando o importación ilegal, en forma oculta, evitando el control aduanero de un estado, favoreciendo una economía subterránea. Efectivizándose cuando las armas van destinadas a un comerciante no autorizado legalmente.
Asimismo se puede advertir internamente un mercado negro o ilegal de armas de fuego, cuando existe movimiento, circulación o comercio ilegal interno de armas sin control, fiscalización, supervisión ni registro del estado.
De esta manera el Tráfico Ilegal de Armas de Fuego Portátiles se convierte en un objetivo central o principal para las actividades de prevención. La seguridad al prevenir y neutralizar esta variedad de amenazas restringe el desarrollo de otros tipos de delitos complejos ya que como adelantamos muchas actividades criminales dependen de un fluido abastecimiento de este género de armamento para llevar a cabo su accionar delictivo.
El tráfico ilegítimo de este tipo de armas, se convierte así en un problema de origen multicausal ya que convergen factores económicos, políticos, sociales, culturales, ideológicos, étnicos y religiosos, pudiéndose encontrar en la realidad internacional en forma individual o combinados, interviniendo en este negocio ilícito intereses tanto públicos como privados en forma combinada, y organizaciones que actúan de modo legal e ilegalmente.
El flujo de estas armas ilícitas provoca en los Estados un impacto multidimensional perturbando la seguridad pública e intensificando los niveles de violencia locales e incidiendo sobre la eficacia jurídica, la evolución de la economía y en algunas naciones su actividad interna.
Según la UNESCO, los costos económicos de la violencia producto de las armas de fuego portátiles se reflejan en cada estado en sus pérdidas materiales, en la salud pública, en los costos tanto directos como indirectos, en el trabajo y el consumo, en la producción e inversión y en las transferencias.
Las consecuencias provocadas por esta actividad indebida pueden incluso, derivar en un conflicto de cuarta generación, es decir, en un conflicto que no existen adversarios organizados, objetivos establecidos, líderes ni campos de batalla predeterminados, caracterizándose por su explosión repentina e intensa de violencia, por lo que resulta extremadamente difícil cualquier posibilidad de predicción o pronóstico. En esta variedad de conflicto es muy dificultoso diferenciar entre la víctima y el victimario, ya que la sociedad civil se encuentra en guerra consigo misma.
Hoy las armas de fuego legales en el mundo causan por año miles de muertos, pero para tener una idea solo en los EE.UU. que es el principal fabricante y exportador legal e ilegal de estos artefactos, según las últimas estadísticas publicadas en el año 2018, reflejan la muerte de 1.300 niños por año, 93 muertos en general por día y en el año se calculan unas 33.000 personas, siendo el segundo país en el mundo con mayor tasa de homicidios, encabezada por México que entre otras causas principalmente los carteles de la droga importan ilegalmente las armas de los EE.UU. intercambiándola por drogas, utilizándola para su lucha por el poder, para acecinar ciudadanos que los denunciaron, para exportarlas e intercambiarlas por otras mercancías ilícitas o en su lucha con las fuerzas de seguridad.
El “Tráfico Ilegal de Armas de Fuego Portátiles” causa en el mundo unos 500.000 muertos por año según datos de la UNESCO (se calculan que unos 300.000 son en conflictos y otros 200.000 por homicidios y suicidios); además favorece las desestabilizaciones regionales y la seguridad en gran escala; promueve y prolonga los conflictos, obstruye los programas de ayuda humanitaria y mina las iniciativas de paz; agravando las violaciones a los derechos humanos y perturbando el normal desarrollo político, económico y social de naciones y regiones, afectando la estabilidad institucional, los sistemas democráticos y su gobernabilidad.
Un viejo informe de la UNESCO ya revelaba que entre los años 1979 y 2003 más de medio millón de personas morían en incidentes relacionados con armas de fuego solo en el Brasil. Lo cual daba como resultado cuatro veces más que el saldo de muertos producto del conflicto entre israelíes y palestinos en el igual período de tiempo.
Dicho organismo señalaba que en Brasil en esa última década, más de 325.000 personas habían perdido la vida en hechos de violencia producto de la utilización de las armas, lo que dejaba un promedio de 32.000 fallecimientos al año.
La investigación, generada por el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz miembro de dicha organización, fue divulgada en un texto cuyo propósito era lograr un mayor conocimiento en las autoridades correspondientes.
Según el estudio, del total de los muertos el 44,1% había recaído en jóvenes entre los 15 y 24 años de edad.
Teniendo en cuenta que las personas de menor edad representaban un 20% de la población, se puede decir que los jóvenes que sucumbían por este tipo de armas de fuego resultaba el doble que el de los adultos.
Tan solo en el año 2003 sucedieron 39.284 víctimas mortales de armas de fuego en Brasil, lo que implicaba 107 muertes cada 24 horas.
Este escenario, fue expuesto de algún modo en la película de origen brasileño, "Ciudad de Dios" de Fernando Meirelles.
Según la UNESCO en el año 2005, Brasil y Venezuela fueron los dos países del mundo con el mayor número de muertes por armas de fuego, aclarando que si bien se dispuso de antecedentes de cincuenta y siete países, Colombia no fue incluida por falta de datos. Determinando el informe que en Venezuela murieron 22,15 personas cada cien mil habitantes y en Brasil 21,72. Superando ambos a Israel que enfrentaba un conflicto armado. Japón en cambio resultó el de menor incidencia con solo 0,06 fallecimientos por cada cien mil habitantes.
Las principales secuelas que se pueden apreciar por la acumulación de este tipo de pertrechos son el uso de armas de guerra en las acciones criminales, provocando mayor violencia en las disputas o conflictos entre las bandas; el surgimiento de organizaciones privadas de seguridad ilícitas; la afectación de la calidad democrática en los países institucionalmente débiles; la proliferación de organizaciones criminales que usufructúan el uso ilegítimo de la violencia, creando centros alternativos de ejercicio del poder y el incremento de los daños causados a las personas y propiedades afectando el normal funcionamiento de las economías nacionales.
En marzo del año 2017, se intervino un arsenal con más de 10.000 armas de guerra en España en Bizkaia (Vizcaya, Provincia de España de la comunidad autónoma del País Vasco siendo su capital Bilbao) Girona (Gerona en Catalán, capital de dicha región de Cataluña) y Cantabria (comunidad situada al norte de España).
Fue el resultado del trabajo de la inteligencia criminal, basándose en el seguimiento de los artefactos empleados por un terrorista en un atentado en Bruselas (Bélgica) en el año 2014 que los llevó finalmente a ese depósito.
El material incautado por la Policía Nacional Española sumó más de 9.000 fusiles tipo CETME (vulgarmente llamado “chopo”, fusil de asalto del Ejercito Español desarrollado en España por el Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales), ametralladoras antiaéreas, 400 obuses (pieza de artillería de un calibre inferior al de un cañón y superior al mortero), granadas, pistolas y revólveres.
La banda integrada por cinco delincuentes fue desmantelada y detenida, los cuales compraban legalmente el armamento que, por estar inutilizado, estaba disponible en el mercado por ejemplo, para coleccionistas. Posteriormente adquirían las piezas necesarias para reactivar las armas que luego vendían, ya operativas, al crimen organizado y organizaciones terroristas. Fueron los especialistas de los llamados “Tedax” (denominación que reciben en España los expertos cuya actividad es la de neutralizar, desactivar e intervenir en los casos de artefactos explosivos no reglamentarios (bombas) y la realización de los peritajes) quienes tuvieron que retirar los cerca de 400 obuses y granadas que el grupo criminal tenía a la venta y allanando en Getxo (Bizkaia) un "sofisticado" taller en el que manipulaban y reactivaban el armamento.
Los agentes también incautaron la maquinaria y herramientas, así como instrumentos para modificar los números de serie de las armas y falsificar la documentación de las mismas. La operación se llevó a cabo en estrecha colaboración con EUROPOL (órgano policial encargado de facilitar las operaciones de lucha contra la delincuencia en el seno de la Unión Europea).
Recordemos que existen tres organizaciones policiales a nivel internacional siendo la más antigua y que abarca casi todo el mundo “INTERPOL” (es la mayor organización de policía internacional, con 192 países miembros. Creada en el año 1923 La misión de INTERPOL es la comunicación policial para un mundo más seguro y por eso apoya y ayuda a todas las organizaciones, autoridades y servicios cuyo objetivo es prevenir o combatir la delincuencia internacional con sede central en la ciudad de Lyon, Francia); luego a nivel regional en la Unión Europea “EUROPOL” (es el órgano encargado de facilitar las operaciones de lucha contra la delincuencia en el seno de la UE con sede en la ciudad de la Haya Países Bajos); y en Latinoamérica “AMERIPOL” (es un mecanismo de cooperación hemisférico, integrado y coordinado, cuyo propósito es promover y fortalecer la cooperación policial en materia técnico científica, de capacitación, así como para dinamizar y hacer más efectivo el intercambio de información con fines de inteligencia, de igual forma tiene como propósito coordinar y potenciar acciones sostenidas de investigación criminal y asistencia judicial entre los cuerpos de policía e instituciones homólogas de América, para que se traduzcan en la consolidación de la doctrina y filosofía policial, así como en la prevención y neutralización del delito, sede en la ciudad de Bogotá, Colombia).
En el mes de mayo del año 2018, ya en el continente americano, las autoridades chilenas afirmaron haber descubierto la primer red internacional de tráfico de armamento que importaba armas de fuego de los EE.UU. para su reventa en su país, otro ejemplo de cómo los grupos del crimen organizado han aprovechado la permisiva legislación de armas de fuego que existe en los EE.UU. para abastecer a la región de armas ilícitas.
La Policía de Investigaciones de Chile desarticuló una red de tráfico de armas vinculada a tres cargamentos que contenían 18 armas de fuego, más de 1.000 cartuchos de munición, otros materiales para armas de fuego y ocho automóviles de lujo que fueron incautados. La Aduanas de Chile inició una investigación en enero del año 2018 luego de que interceptaran un cargamento de cuatro pistolas automáticas en el aeropuerto internacional de la capital Chilena. Relacionando los cargamentos con el grupo criminal conocido como “Los Pachucos”, que opera en la ciudad de Maipú, en la región central de Chile, justo al suroeste de la capital Santiago. El grupo ha estado implicado en delitos menores en el área desde la década de los noventa pero en el año 2015, comenzaron a expandirse en sus actividades. Su jefe, Mauricio Pavez Becerra, se trasladó a Houston para aprovechar la laxitud en la legislación sobre armas en los EE.UU. y comenzar a enviar armas ilícitas a Chile, camufladas en dispositivos electrónicos, como reproductores de DVD y radios, etc. Este grupo acordo con un importador de autos chileno, llamado Fernando Cabrera, quien operaba en la ciudad portuaria de Arica, al norte, para introducir las armas al país.
Trasladando las armas de Houston a Miami, donde un intermediario llamado Jean Pierre Allende Sáez las ocultaba en los interiores de los vehículos que se importaban a Chile en contenedores de transporte marítimo. Pavez Becerra, adquiría las armas en Texas y los Pachucos las revendían a un sobreprecio a delincuentes locales que actuaban en Santiago y Valparaíso, a lo largo de la costa de Chile sobre el Océano Pacífico.
Las autoridades chilenas han acusado a doce personas de tráfico de armas, asociación ilícita y lavado de activos, pero el intermediario entre Pavez Becerra y el importador chileno de autos siguen fugitivo en los EE.UU.
Los principales beneficiarios con este comercio ilegal son los Estados y sus fábricas de armas; el terrorismo internacional; el crimen organizado internacional y las Naciones sujetas a embargo que no puedan adquirir este armamento en el mercado legal.
La UNESCO, consideró que podría haber en existencia más de 600 millones de armas de fuego portátiles en circulación en el mundo, siendo entre 40% y el 60% de éstas ilegales.
Según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz (SIPRI), con sede en la ciudad de Estocolmo (capital de Suecia), el mercado mundial de armas alcanzó en el año 2010, en el mismo año que estallo la denominada Primavera Árabe, la suma de cuatrocientos millones de dólares. De las cien grandes empresas fabricantes de armas el 90% se encuentran entre los EE.UU. y Europa las cuales vende por una suma que va desde los doscientos cuarenta y siete mil y los ciento veinte millones de dólares. El informe habla que de las treinta y tres empresas europeas veintidós son de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España.
Los principales beneficiarios con este comercio ilegal son los estados que fabrican armas; el terrorismo internacional; el crimen organizado internacional y las naciones sujetas a embargo que no pueden adquirir armamento en el mercado legal.
Las fuentes más frecuentes de aprovisionamiento a las que recurren las organizaciones criminales y terroristas son las sustracciones a depósitos de gobiernos, FF.AA. y FF.SS; los robos a particulares y armerías; las adquisiciones en el mercado negro; las compras por Internet, principalmente utilizando la modalidad por piezas sueltas a diferentes proveedores o armerías, en particular en los EE.UU., para luego armarlas evitando su posible y fácil detección por los organismos de control correspondientes; los intercambios o permutas por drogas, dinero falso, insumos u otras mercaderías; la relación con agencias gubernamentales o comunidades de expatriados en otros países y el simple alquiler.
Los mercaderes, para fijar las rutas por donde enviar sus productos, se basan, en general, en la variedad y volumen del armamento a transportar; en el tipo de controles aduaneros tanto de origen, tránsito o destino final y en la modalidad de la operación, ya sea contrabando, triangulación o canje.
Habitualmente existe coincidencia de rutas y organizaciones que las utilizan, tanto los traficantes de armas ilegales como otros tipos de tráfico ilícito detectándose que los mismos que transportan droga también trasladan armas, seres humanos y migrantes, cigarrillos, dinero legal o falso, animales de la vida salvaje, etc. llevando y trayendo uno o varios tipos de productos ilegales o varios según sus necesidades y volúmenes.
Los factores que favorecen el incremento de esta actividad ilícita pueden ser las grandes extensiones y permeabilidad de algunas fronteras como se pueden apreciar en América del Sur y en el Norte de África.
Las fronteras más frecuentemente utilizadas por los traficantes en América del Sur son:
•Brasileño-paraguayo (zona comprendida entre las ciudades de Pedro Juan Caballero y Ponta Pora)
• Boliviano-peruana (por Desaguadero)
• Boliviano-paraguaya
• Chileno-boliviana
• Argentino-boliviana (Yacuiba-Santa Cruz de la Sierra)
• Argentino-uruguaya (puentes Concordia-Salto y Paysandú-Colón)
• Brasileño-boliviana (en la región del Beni)
• Brasileño-uruguaya (especialmente por la zona del Chuy)
• Venezolana-colombiana (zona de Táchira)
• Brasileño-colombiana (zona amazónica)
• Peruano-ecuatoriana (zona de Tambogrande)
• Ecuatoriana-colombiana (zona del Putumayo)
• Triple frontera (Paraguay, Brasil y Argentina).
En el Norte de África, especialmente en la zona de la región del Sáhara-Sahel, que es la zona ecoclimática y biogeofráfica de transición entre el desierto del Sáhara al norte y la sabana sudanesa al sur. Se extiende a través del norte del continente africano, entre el océano Atlántico y el mar Rojo; El Sahel cubre el territorio (yendo de oeste a este) del norte de Senegal, el sur de Mauritania, Malí, el norte de Burkina Faso, el extremo sur de Argelia, Níger, norte de Nigeria, franja central de Chad y de Sudán, Eritrea y parte norte de Etiopía. Delimitado al norte por el Sáhara y al sur por la menos árida sabana. En toda esta región es muy difícil el control por la permeabilidad de las fronteras estatales
· y muy fácil para los traficantes trasladar su mercadería ilícita, que abarca desde las armas, droga, personas hasta diamantes.
También favorecen este mercado ilícito el aumento de las importaciones por los operadores ficticios; el incremento de comunidades extranjeras como de las organizaciones delictivas y la corrupción de las FF.AA. y de las FF.SS.
Los factores que promueven el progreso de este negocio son la creciente apertura de las fronteras por exigencias de la integración económica; la amplia disponibilidad del material militar sobrante entre otras razones por la reducción de los ejércitos y el cambio de armamento por su modernización; el aumento de los flujos comerciales entre las naciones producto de la globalización; el debilitamiento de la autoridad estatal en los países menos desarrollados y la profesionalización en las actividades del crimen organizado internacional.
Las tácticas más habituales utilizadas por los mercaderes para evadir los controles aduaneros en América del Sur son los mercados grises o transacciones que comienzan legales y concluyen ilegales; los contrabandos hormigas escondiendo las armas en los diferentes transportes (terrestres, marítimos o aéreos) en lugares dificultosos para su simple detección en controles estándares o de rutina y la de mayor escala utilizando container para uso de reexportación de armas legales, la triangulación mediante la falsificación de los certificados de uso final, la participación de empresas de distintas nacionalidades en las etapas del proceso, por un intermediario que establece el nexo.
Se debe destacar que a los controles aduaneros suele resultarle imposible inspeccionar toda la mercadería que ingresa a un país, solo un porcentaje suele ser registrado y sobre la base de un sorteo.
Este procedimiento basándose en porcentajes varía según el país, oscilando en general entre un tres a un veinte por ciento del tráfico comercial en los más estrictos. Tal sistema es el producto resultante de las necesidades de la actual comercialización internacional, sumado a que en algunas aduanas existe un pago para evadir los controles y acelerar los trámites, en muchos casos amparados por los mismos sindicatos portuarios.
Lo expuesto no quiere decir que se cobija este tipo de ilícito sino que es consecuencia de la necesidad de agilizar el traslado de las mercaderías legales para entre otros motivos abaratar los costos, fruto de la globalización vigente y que los mercaderes ilegales conocen y utilizan.
Las organizaciones internacionales reaccionaron ante este fenómeno. Por ejemplo la “OEA” en 1997 que aprobó la “Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados” y aprobó y ratificó la “Conferencia sobre Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras” como la “ONU” que celebró en el 2001 la “Conferencia sobre Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras” en todos sus aspectos y aprobó el “Protocolo sobre Tráfico y Fabricación Ilícita de Armas de Fuego, sus Piezas, Componentes y Municiones” complementario de la “Convención de Palermo” celebrada en Italia en el 2001 y firmó el Protocolo contra la “Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, sus Piezas y componentes y Municiones, que complementa la convención de la “ONU” contra la “Delincuencia Organizada Transnacional”, en el ámbito regional el MERCOSUR en el año 1998, sus presidentes más los de Bolivia y Chile, acordaron un entendimiento para la creación de un mecanismo conjunto de registro de compradores y vendedores de armas de fuego.
Los estados en general por intermedio de publicidades, tratan de que los ciudadanos entreguen sus armas para ser destruidas sumándose a esta lucha pero en forma privada ONG´s en la Argentina y en otros países, con el principal objetivo de evitar que los ciudadanos adquieran armas y tratando de convencerlos de deshacerse de las que poseen.
Estas campañas ya fueron realizadas en cerca de treinta países, siendo el continente americano el de mayor cantidad con doce estados, seguidos por los africanos con siete, los europeos con seis y los asiáticos con cinco.
En Brasil existió un excelente eslogan de campaña para captar la atención que decía: “Acabe con su arma antes que ella acabe con usted” y mostraba un revolver corto semidestruido.
La normativa, reglamentaciones y registros existentes en el país cumplen con todos los requisitos exigidos internacionalmente para luchar contra este tipo de amenaza.