UNA RELEVANTE AGENDA
Mohamed VI, “Líder de la Unión Africana sobre la cuestión de la migración”, desde 2017, escogió a la XXX Cumbre de la Unión Africana, realizada ayer en la ciudad de Addis Abeba, capital de Etiopia, para presentar su propuesta de una “Agenda Africana para la Migración”.
En el centro de las preocupaciones geopolíticas del monarca marroquí, además de la defensa irrenunciable de la integridad territorial del Reino, se encuentran el impulso al desarrollo humano de todos los africanos sin distinción de nacionalidades y credos. Como así también la defensa del hogar común de todos los hombres: la Tierra, cuidando el medio ambiente y luchando contra el cambio climático. En este sentido, el monarca alauí es reconocido como un líder mundial en la lucha contra el flagelo del calentamiento global.
En su discurso a la XXXª Cumbre, Mohamed VI expuso las bases de una propuesta para acción. Esta propuesta fue resultado de una concertación con otros gobiernos africanos llevada a cabo en la Reunión Regional del 2 de noviembre de 2017, en Sjirat, de la cual tomaron parte más de ciento veinte líderes mundiales, representantes de organizaciones internacionales, expertos, investigadores y miembros de la sociedad civil africana; y en la Conferencia Ministerial de Rabat, realizada el 9 de enero de 2018, que reunió a una veintena de ministros en representación de las cinco subregiones del continente y a representantes de la Unión Africana y de las Comunidades Económicas Regionales.
La alocución de Mohamed VI comenzó reiterando principios sobre la cuestión de la migración irregular que el monarca había explicitado anteriormente en su mensaje a la Vª Cumbre Unión Africana – Unión Europea, en Abiyán, Costa de Marfil el pasado mes de noviembre de 2017.
Por su importancia merece que dichos postulados sean recordados:
1. “No existe una invasión migratoria, dado que los migrantes sólo representan el 3.4% de la población mundial.
2. La migración africana es ante todo intra-africana. En el plano mundial, la migración representa menos del 14% de la población. A escala africana, de cada 5 migrantes africanos, 4 se quedan en el continente.
3. La migración no empobrece a los países de acogida, ya que el 85% de los ingresos de los migrantes se quedan en estos países.
4. La migración es un fenómeno natural que constituye la solución y no el problema. Debemos adoptar una perspectiva positiva sobre la cuestión de la migración, privilegiando la lógica humanista de responsabilidad compartida y de solidaridad.”
No obstante, la “Agenda Africana para la Migración” propuesta por Mohamed VI en esta ocasión va mucho más allá, y propone la creación de un “Observatorio Africana de Migración” con el objetivo de “comprender, anticipar y actuar” en todo lo atinente a los flujos migratorios africanos. El nuevo organismo tendría su sede en Marruecos y el Reino se haría cargo de los costos de su mantenimiento y funcionamiento.
El proyecto marroquí contempla también que la Unión Africana cree la posición de “Enviado Especial de la Unión Africana encargado de las Migraciones” a los efectos de dotar a la organización regional de un funcionario de alto nivel responsable de atender en forma prioritaria todo lo atinente a esta problemática.
Mohamed VI también llamó a “adoptar una perspectiva positiva sobre la cuestión de la migración, privilegiando la lógica humanista de responsabilidad compartido y de solidaridad”.
La propuesta de Mohamed VI inmediatamente despertó una aceptación favorable entre los delegados a la Cumbre. En este sentido se expidieron, entre otros se pronunciaron en este sentido el Secretario General de la Comunidad de Estados Sahelo – Saharianos (CEN-SAD), Ibrahim Sin Abani y el ministro de Relaciones Exteriores de Malawi, Emmanuel Fabiano.
El monarca marroquí concluyó su alocución destacando que Marruecos será sede de la Conferencia Intergubernamental de Adopción del Pacto Mundial sobre Migración, así como del Foro Global para la Migración y el Desarrollo, en diciembre de 2018 y se comprometió a hacer de estos eventos una “tribuna para África”.
POSICIONES ENCONTRADAS EN EL MAGREB
La política seguida por Mohamed VI con respecto a la cuestión de las migraciones subsaharianas es radicalmente opuesta a la implementada sobre la misma cuestión por el gobierno del presidente argelino Abdelaziz Bouteflika.
Mientras Marruecos se lamenta por la pérdida, desde 2015, de 6.200 vidas africanas en el Mediterráneo y ha dado un trato humanitario y comprensivo a los migrantes subsaharianos, regularizado la situación de miles de ellos que han escogido al país magrebí como una segunda patria.
Argel aplica criterio racistas y discriminatorios para expulsar de su territorio a los subsaharianos. En octubre de 2017, la organización humanitaria Amnistía Internacional denunció la expulsión de dos mil migrantes subsaharianos -entre los cuales se hallaban 300 niños- deportados a territorio de Níger y Malí.
“No cabe ninguna justificación para detener y expulsar a cientos de personas basándose en el color de su piel o en su supuesto país de origen; es un caso evidente de aplicación generalizada de criterios raciales”, ha afirmado Heba Morayef, directora de Investigación de Amnistía Internacional para el Norte de África.
“Esto, sumado a las escalofriantes dimensiones que han alcanzado las detenciones arbitrarias y las expulsiones colectivas sumarias en las últimas semanas, pone de manifiesto la actitud profundamente discriminatoria de las autoridades argelinas hacia la población migrante procedente del África subsahariana”, agrego la funcionaria.
En julio de 2017, el ministro de Asuntos Exteriores argelino había afirmado que las redes de delincuencia organizada estaban detrás de la afluencia masiva de migrantes a Argelia, mientras que el jefe de gabinete de la Presidencia de la República se refirió a los migrantes presentes en el país como fuente de delincuencia y tráfico ilegal, de drogas y de otra índole.
En la misma línea de pensamiento, el presidente de la Comisión Nacional Consultiva para la Protección de los Derechos Humanos, Farouk Ksentini, defendió la decisión de su gobierno con argumentos sumamente racistas. El funcionario declaró que “la presencia de inmigrantes y refugiados africanos en varias localidades del país” puede causar problemas a los argelinos “porque”, según él, “los expone, en particular, al riesgo de propagación del SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual”.
Esto demuestra, que en Argelia la discriminación contra los migrantes subsaharianos es una política de Estado y no la acción individual de un funcionario.
Tal aptitud discriminatoria ha despertado, como resulta lógico, el repudio por parte de los gobiernos involucrados en esta problemática y ha erosionado considerablemente la posición internacional de Argelia en el continente y acentuado su aislamiento.