En principio debemos entender qué es un Imán tanto para los musulmanes Sunitas como Chiitas y luego para la principal secta que surgió con los grupos ocultos que se manifiestan con violencia llevando el terror a todo el mundo.
El “Imán o Imam”, es la persona que predica la fe y que dirige la oración colectiva en el Islam.
El Imán Suní, no es el equivalente al Rabino Judío o el Sacerdote Católico ya que el Islam Suní carece de clero o curia y un Imán, en principio, puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo u oración de la fe islámica. Se ubica delante de los demás fieles en una Mezquita o templos musulmanes y se convierte en el guía para efectuar el ritual de oración o rezo, aunque no es forzoso seguirlo ya que se dice que cada musulmán puede ser su propio imán, con tal que sepa rezar correctamente, y que el cargo de imán solo existe y se esgrime durante el tiempo que dure dicha oración.
En la realidad se puede apreciar que existe cierto tipo de profesionalismo en los Imanes ya que hay personas que estudian para perfeccionarse y dedicarse a esta ocupación religiosa. La elección de un Imán recae en principio en la propia comunidad que lo elige para seguirlo, aunque con frecuencia los poderes estatales u otros grupos de interés intentan intervenir en el nombramiento de imanes para mantener las mezquitas de carácter colectivo bajo su control, sobre todo desde el auge del Islamismo. Asimismo, el sistema conserva una gran descentralización comparado con el de las iglesias católicas o las del judaísmo, ya que, desde un punto de vista religioso, no existe ninguna instancia superior que deba ratificar la formación de una comunidad.
El Islam Chií, por el contrario, posee una estructura formal que se denomina Clero Chií. Para los chiíes, el Imán, no solo es el guía de una comunidad, sino también es el título que exhibían los jefes supremos de toda la comunidad Chií siendo el equivalente al Califa o Jefe musulmán Suní, cargo hereditario cuyo último representante fue Muhammad al Mahdí, desaparecido en el año 873 el cual vive desde entonces oculto “Imán oculto”, rigiendo desde la sombra los destinos de la comunidad.
El Imanato es uno de los cimientos del chiismo, que le aparta de la interpretación mayoritaria del Islam en la que todos los creyentes son iguales ante Dios. Para los chiíes, Dios no puede aceptar que el hombre camine hacia su perdición, y por ello envió a los profetas para guiarles. La muerte de Mahoma (fundador del Islam y último de los profetas), finalizó con el período profético según la creencia general del Islam. Dado que no hay profetas, es imperioso que exista un garante espiritual de la conducta humana, que sea al mismo tiempo prueba de la veracidad de la religión y guía de la comunidad como es el “Imán”.
Para ser Imán debe reunir ciertas características o condiciones personales que lo conciban ser el hombre más perfecto de su tiempo, instruido en la religión, justo y desprovisto de defectos. Obteniendo cierta investidura sobrenatural otorgada por el profeta y por el Imam precedente. El Imán es infalible, y debe ser descendiente directo de Mahoma. Esta reivindicación, que en su origen tenía un carácter político, adquirió con el tiempo una importante dimensión teológica. Encarnando a la vez los poderes espiritual y terrenal. Sin embargo, dado que el imán está oculto, los miembros de la comunidad son libres de adoptar la actitud que deseen respecto al poder terrenal existente.
En tercer término debemos presentar a la Secta que integraban los jóvenes que constituían la célula terrorista que participó en los atentados en la ciudad de Barcelona (Cataluña-España) llamada “Takfir Wal Hijra” (Anatema y Exilio), siendo la corriente más encubierta y secreta del “Salafismo”, el llamado club del odio.
Los Takfires son dentro del movimiento fundamentalista musulmán los que se manifiestan en forma más violenta y radicalizada. Encontrándose en las listas de organizaciones terroristas de la Unión Europea y constituyendo el núcleo más peligroso del Yihadismo por la invisibilidad en que se mueven sus integrantes. Como ejemplo se encuentra Aldelh Baky Essatty, el Imán de origen marroquí que logró seducir y adoctrinar radicalmente a estos jóvenes adolescentes musulmanes.
Los takfires son los que rompen las reglas sagradas de otras corrientes Yihadistas. Lo hacen para evitar ser detectados. Se mimetizan en las sociedades donde habitan vistiendo sus ropas occidentales y calzados deportivos de moda, beben alcohol y consumen drogas, escuchan música contrariando a los demás creyentes musulmanes, bailan, miran los programas de la televisión, andan y frecuentan mujeres y consumen cerdo, no utilizan las túnicas cortas que dejan al aire los tobillos en señal de pureza, o las barbas y largas perillas. Todo lo prohibido para el resto de los creyentes musulmanes se encuentra permitido para ellos en apoyo del ocultamiento y la clandestinidad de sus miembros.
La presencia del movimiento Takfir Wal Hijra en España no es nueva ya que existiría información en los organismos de seguridad de su crecimiento y la apertura de por lo menos unas ocho pequeñas mezquitas más, cinco en Barcelona, dos en Valencia y una en Melilla, dirigidas por takfiris. Sus Imanes eran de origen marroquí y argelinos, con perfiles y actitudes idénticas a la del Imán de Ripoll, un tipo discreto que jamás pronunció la palabra Yihad en la mezquita, ni levantó sospechas entre sus fieles y vecinos. Este panorama sucede en una sociedad islamizada y favorecida por la globalización de la Yihad fundamentalmente en España, de la mano de grupos territoriales aislados e integrados por jóvenes adolecentes islamistas definidos como de segunda generación. Esta nueva camada de potenciales terroristas sigue la corriente Takfir, de la que, eran seguidores algunos de los principales personajes de lo ocurrido el llamado “11-M” ataque terrorista del 11 de marzo del 2004 a cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid (capital de España).
Esta corriente profundiza la permisividad de actividades delictivas, su autoexclusión como únicos garantes del islam correcto y su odio y rechazo al resto de los musulmanes considerados corruptos o apóstatas, hacen que se haya transformado en el caldo de cultivo idóneo para las juventudes adolecentes desarraigadas de musulmanes, fundamentalmente en Europa y en Occidente en general.
En la mayoría de los casos no se utilizan templos tradicionales ni ornamentales, sino humildes viviendas acondicionadas como lugares de culto para garantizar la principal obsesión de sus miembros que es la clandestinidad.
El Salafismo es un movimiento político-religioso fundamentalista de origen Sunita que reivindica el retorno a los orígenes del Islamismo como base para extender su ideología del wahabismo de origen saudí y catarí entre los musulmanes Dice basarse en el Corán y la Sunna y el entendimiento de los Sahaba para lograr sus objetivos políticos. Aunque no se encuentra unificado, existiendo varias ramas que se diferencian en como ponen en práctica sus teorías políticas. La vía pacífica y pedagógica de la predicación islámica es financiada por los gobiernos de Arabia Saudita y Qatar. Mientras que el movimiento Yihadista, que actúa globalmente, propugna el uso de la violencia para imponer su visión del Islam entre los musulmanes que se correspondería con un retorno al Islam original.
Debemos aclarar que las ramas más violentas y radicales dentro del Islamismo político se encuentra caracterizados por la frecuente y brutal utilización de la actividad terrorista en nombre de una pretendida Yihad, a la cual sus seguidores llaman “Guerra Santa” en el nombre de Alá o Dios. La yihad tendría dos tipos de significados la primera es la “Yihad Menor” de inspiración violenta, en la que se intentan legitimar a los Yihadistas, y la “Yihad Mayor”, de disquisición espiritual, que simboliza el esfuerzo que todo creyente debe cumplir para ser mejor musulmán, padre, madre, esposo o persona.
En síntesis y desde un punto de vista ideológico, el Yihadismo como doctrina política es un ideario teocrático totalitario de corte antiliberal y antidemocrático que despreciaría sistemáticamente la vida humana.
El presidente de Rusia Vladimir Putin en unas de sus expresiones en contra del terrorismo islámico dijo que “Perseguiremos a los terroristas por todas partes: si es en un aeropuerto, pues en un aeropuerto; y si los encontramos en el baño, discúlpenme, pues los liquidaremos en el mismo retrete. Ya está, así se acaba el tema”, frase que cobró vigencia en Francia, sobre todo entre los que cuestionaban la actitud de su ex presidente François Hollande.
El presidente americano Donald Trump, se manifestó sobre la violencia que esgrimen algunos grupos musulmanes que su país no está en guerra con el Islam, sino contra los grupos terroristas que representan el mal y tampoco es contra distintas creencias, distintas sectas o distintas civilizaciones, esta es una batalla entre criminales bárbaros que buscan eliminar la vida humana y la gente decente de todas las religiones que buscan protegerla. Esta es una batalla entre el bien y el mal y es necesario que las naciones de mayoría musulmana redoblen sus esfuerzos contra el terrorismo.
Por todo lo anteriormente expuesto, sería muy imperioso que los Imanes que no se encuentren de acuerdo con la utilización de la violencia se pronuncien enfática y públicamente a nivel mundial a los efectos por un lado de evitar que los jóvenes por su adolescencia sean fácilmente manipulados y que no se adhieran a este tipo de metodología y por el otro para que el mundo no los incluya a todos los musulmanes en estas actividades violentas.
A tal punto han llegado estos grupos violentos que en estos últimos días el Estado Islámico (ISIS) le solicitó a los lobos solitarios atacar Italia, y que este país sería el próximo objetivo llegado desde Filipinas a amenazar a los católicos destruyendo una iglesia y principalmente a su líder, el Papa Francisco.
En el caso de callar o no manifestarse en contra de la violencia suficientemente se convertirán en cómplices de los generadores de muerte y destrucción en todo el mundo no solo de las victimas de otras religiones sino del las propias.
Asimismo, todos los líderes religiosos como los gobernantes de los estados, deberían apoyar y facilitar a los Imanes para que se manifiesten por la actividad pacífica del Islam y sus seguidores.