Por Adalberto Agozino
Un economista liberal, Javier Milei, es la sorpresa en las elecciones presidenciales de Argentina de este año.
Hay momentos en que la realidad se hace inocultable, se sobrepone a toda manipulación y ocultamiento y debe ser reconocida, asumida y aceptada, aun por los más reacios.
Esto es lo que ocurre con la candidatura presidencial del economista liberal Javier Milei tanto tiempo ignorado y hasta ridiculizada en los medios de comunicación argentinos.
Milei es un outsider que en tan sólo dos años pasó de “opinólogo” en los plató televisivos a convertirse en una opción electoral seria en las elecciones presidenciales argentinas de octubre de 2023.
Una encuesta preelectoral reciente asigna una intención de voto al espacio centrista Juntos por el Cambio (JxC) del 33%, luego sitúa a “La Libertad Avanza” (LA) de Javier Milei con el 26%; relegando al kirchnerista Frente de Todos (FdT) a un insólito tercer lugar, con tan solo el 22% de los votos.
La distancia entre Milei y los kirchneristas incluso puede aumentar en la medida en que el economista sea percibido como una real opción de llegar al gobierno y el descalabro económico, el desgobierno y las pujas de poder internas, continúen erosionando el menguante poder electoral del oficialismo.
Javier Milei se lanzó como candidato electoral, en abril de 2022, muchos observadores, como el gurú electoral ecuatoriano Jaime Durán Barba consideraron prematuro ese lanzamiento y aseguraron que con el correr de los meses la excesiva exposición en los medios y la necesidad de tomar posición continuamente sobre distintos temas (la inseguridad, la portación de armas por parte de la población, el derecho a vender órganos, etc.) desgastarían su apoyo electoral. Tal como me dijo en una conversación el excandidato presidencial nacionalista Juan José Gómez Centurión.
Hoy, las encuestas reflejan que esas agoreras opiniones eran infundadas. Por el contrario, Javier Milei se ha beneficiado de ser el único candidato de su espacio, mientras que, a noventa días del cierre definitivo de listas, ni JxC, ni el FdT, ni ningún otro espacio político importante tienen definidos quiénes serán sus precandidatos a presidentes.
En los dos espacios políticos mayoritarios, la falta de definición de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner sobre su decisión de ser candidatos o no, ha demorado la estructuración de las alianzas internas y el inicio de la campaña electoral.
Por el momento, en JxC sobran candidatos. Han hecho declaración en este sentido el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, la presidenta del partido PRO, Patricia Bullrich, la exgobernadora bonaerense y actual diputada María Eugenia Vidal, el gobernador radical de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales y el exsenador peronista Miguel Ángel Pichetto.
Tampoco se han definido quiénes serán candidatos de JxC en distritos claves, donde abundan los candidatos, como la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el FdT la situación es aún peor. El 22% de intención de voto que registran las encuestas es sobre la base de una hipotética candidatura de Cristina Kirchner. Pero, si Cristina finalmente decidiera no ser nuevamente candidata a presidente, para no perder y resultar tercera en la elección. Cualquiera de los distintos precandidatos posibles: el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía Sergio Massa, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, el embajador en Brasil y excandidato presidencial en 2015, Daniel “Pichichi” Scioli, el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich o cualquier otro postulante similar, no alcanza una intención de voto del 10%.
¿De dónde provienen los votos de Milei?
Por ser un fenómeno político tan reciente, resulta evidente que hasta hace muy poco no tenía un electorado cautivo propio, sino que ha recogido adhesiones en los últimos tiempos. Entonces es válido preguntarse de donde provienen sus votantes, a quién se está sacando votos Milei.
En un interesante artículo publicado en el diario Clarín, el sábado 25 de marzo, el periodista Jorge Lanata afirma que entre los votantes del economista liberal abundan quienes, en la crisis del 2001, reclamaban golpeando sus cacerolas: “que se vayan todos”.
Aprovechamos para señalar a Jorge que los “Koljoses” de la época soviética eran granjas colectivas, donde no se practicaba nada parecido a la democracia directa. Para hacer referencia a una asamblea popular debería haber empleado la tan mentada palabra rusa de “soviet” (que significa algo así como asamblea comunal o cuerpo de delegados, según los casos). Solo para aclarar.
Volviendo al origen de los votantes de Milei. Según las encuestas el grueso de sus seguidores pertenece al rango etário de entre los 16 y 30 años. Es decir, que, en 2001, o bien no habían nacido o tenían muy corta edad para sumarse al “que se vayan todos”.
Lo cierto es que Milei recibe votantes tanto del FdT, como de JxC. Muchos votantes argentinos, que en su momento apoyaron a Cristina Kirchner o a Mauricio Macri solo para verse frustrado por su gestión de gobierno hoy, no están dispuestos a repetir esa experiencia y cifran sus esperanzas en la propuesta de Milei
La propuesta de gobierno de Javier Milei consiste en implementar una economía liberal, competitiva y abierta al mundo, con un Estado reducido al mínimo y con competencia exclusiva en ciertos campos: educación, salud, defensa nacional y seguridad. Promete también una drástica reducción de impuestos.
El electorado parece inclinarse por los candidatos que pretenden realizar un muy brusco cambio de las condiciones estructurales que llevaron al país a la actual crisis.
Desconfían de un Estado ineficaz en todos los campos y con una voracidad fiscal desmedida. Esperan una supresión del déficit fiscal, aunque para ello deba reducirse al mínimo del gasto social y los subsidios a la pobreza (que cobran un millón y medio de argentinos). Parecen convencidos que los planes sociales hacen que muchos trabajadores desocupados dejen de buscar trabajo o que cobren planes sociales y al mismo tiempo trabajen en el mercado informal.
El 45% de la economía argentina es informal, al punto tal que en cualquier comercio o restaurante se ofrece un descuento del 10% si se paga en efectivo y no se exige comprobante de la compra.
Quieren terminar con el Estado empresario que creó el peronismo a mediados del siglo pasado y que hoy está lleno de empresas estatales ineficientes que agotan los recursos del erario y deberían ser privatizadas. Parecen dispuestos a aceptar una reforma laboral que haga más competitivas a las empresas argentinas, la eliminación de los subsidios al transporte, la energía, etc. e incluso un incremento de la edad jubilatoria a cambio de que los haberes jubilatorios sean dignos. La jubilación mínima actual en Argentina es de $58.000 pesos (unos U$S 150.- al cambio del dólar paralelo, “blue” o ilegal, el único disponible para el ciudadano común).
Los votantes también demandan acciones concretas contra la delincuencia. Esperan que la justicia imponga sanciones más duras a los criminales y que se termine el continuo chantaje de las organizaciones piqueteras con cortes de rutas y calles. Es decir, ansían orden y seguridad.
Podría decirse que la sociedad argentina, que en los años de esplendor del kirchnerismo (2003 a 2008) giro hacia la izquierda populista y retórica de “los pibes para la liberación”, actualmente se encuentra desencantada de la corrupción endémica y de la ineficacia de los Kirchner y está transitando hacia la derecha liberal.
Milei promete realizar todas estas reformas que demanda un sector de la sociedad sin tomar en consideración los costos políticos que las mismas generen.
El economista es liberal en lo económico y conservador en lo social. Desprecia profundamente todo lo que se considera “políticamente correcto”. Es militante “provida” y antiaborto.
Se rodea de mujeres, incluso su principal asesora es su hermana Karina Milei, pero está en contra de la ideología de género y del lenguaje inclusivo. Pero, como buen liberal no discrimina al conglomerado LGTBIQ+.
Defiende el derecho de las personas a poseer y portar armas de fuego. Por otra parte, es un gran amante de los animales, soltero, convive en su casa con cuatro grandes perros bullmastiff.
Anticomunista declarado, Javier Milei es también antisocialista, ha enfrentado en los medios incluso a algunos dirigentes de JxC (en especial al jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y a algunos dirigentes de la Unión Cívica Radical que integran JxC) a quienes acusa de “zuredos” por la suba de impuestos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
No reivindica a la dictadura militar de 1976 – 1983, pero una de sus cercanas colaboradoras es la diputada Victoria Villaroel creadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, entidad que reivindica lo actuado por los hombres de las fuerzas armadas y de seguridad que combatieron a las guerrillas marxistas de Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo, en la década de los años setenta.
Milei también incorporó a su partido al diputado provincial tucumano Ricardo Bussi, hijo del general Antonio Bussi, un notorio miembro de la dictadura militar, que luego durante los años de la democracia fue electo como diputado nacional, convencional constituyente, gobernador de la provincia de Tucumán, para posteriormente ser condenado durante los años de gobierno kirchnerista a cadena perpetua. Bussi murió en prisión el 24 de noviembre de 2020.
En materia de política de seguridad y frente al delito, Milei es un decidido partidario de las políticas de “mano dura” y para expresar su posición en este campo ha incorporado a sus filas a la diputada nacional liberal Carolina Piparo.
Piparo alcanzó notoriedad por sus campañas contra la inseguridad después de ser una víctima de la violencia delictiva. Carolina Piparo, junto a su madre, fue víctima de una “salidera bancaria”[i]. Al intentar resistirse, aunque estaba embarazada de más de seis meses, los delincuentes le dispararon hiriéndola y asesinando a su hijo no nato.
En materia internacional, Milei se relaciona con el español Santiago Abascal de Vox, Eduardo Bolsonaro en Brasil y el ideólogo del nacionalismo alternativo, el estadounidense Steven Bannon.
La táctica de la ambulancia
Como muy bien señala Lanata en su artículo, Javier Milei está apelando a la táctica de la ambulancia que tan buen resultado le dio a Carlos Menem, en 1989, cuando competía contra Antonio Cafiero, en elecciones internas por la candidatura presidencial del peronismo.
En ese entonces se decía, que Menem iba detrás de Cafiero recogiendo con una ambulancia a los dirigentes peronistas “heridos” que eran descartados de las listas de candidatos cafieristas.
Al igual que Menem en su momento, Milei recorre el país, localidad por localidad, pueblo por pueblo, incorporando a su partido a todo dirigente territorial con prestigio y algún peso electoral que no logran una precandidatura en JxC, el FdT, o en partidos provinciales o vecinalistas, incluso ha incorporado a sus filas a dirigentes de iglesias evangelistas.
Estos cuadros políticos descartados por otros partidos encuentran en “La Libertad Avanza”, un espacio nuevo y en formación, el ámbito propicio para instalar sus candidaturas.
Así, se va conformando la propuesta electoral nacional del economista liberal.
Actualmente, Javier Milei amenaza repetir la sorprendente victoria que en otros tiempos llevaron a cabo el peruano Alberto Fujimori en 1990, el estadounidense Donald Trump, en 2017, o Jair Bolsonaro en 2019.
No obstante, aun faltan siete meses hasta el día de las elecciones presidenciales lo que en Argentina constituye algo así como una década. Lo único cierto por el momento, es que ningún candidato presidencial se impondrá en primera vuelta y la presidencia se resolverá en una reñida segunda vuelta en noviembre de 2023.
[i] SALIDERA BANCARIA: Robo violento que sufren algunas personas luego de que dejan un local bancario llevando grandes sumas de dinero.