Por el Dr. Adalberto C. Agozino
Argelia se ha convertido no solo en la puerta de entrada de Rusia en África sino también en el principal aliado estratégico – militar del Kremlin en el continente.
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En el resurgir de la puja estratégica de tiempos de la Guerra Fría, entre las potencias occidentales y Rusia, por el reparto de influencias en África; Argelia y Sudáfrica han tomado decididamente partido por el Kremlin.
Argelia, en especial, ha tomado la delantera adquiriendo descomunales volúmenes de armas rusas y ampliando su cooperación militar con Rusia.
De enviar a sus oficiales a capacitarse en establecimientos militares rusos, Argelia ha pasado a participar en maniobras militares bilaterales y multilaterales organizadas por el Kremlin en diversos escenarios extracontinentales.
La necesidad de Argelia de hacer creíble su amenaza frente a las muy bien preparadas y equipadas FAR de Marruecos ha llevado a Argel a convertirse en uno de los países que destinará la mayor parte de su PBI al gasto militar.
Para el año 2023, el gasto en defensa de Argelia equivaldrá al 15% de su producto interior bruto y concentrará el 23% de los presupuestos generales del Estado alcanzando a 23.300 millones de euros.
En esta forma, Argelia se ha transformado en el país de África que más invierte en defensa, situándose también entre los treinta países del mundo con mayor gasto militar.
Pero lo más curioso es que el 91% de estos gastos corresponden a la compra de armamentos en Rusia, el resto a adquisiciones en Francia y España en ese orden.
Argelia es, desde hace una década, el tercer comprador global de armas rusas detrás de China e India y el primero en África.
Ahora, con este brutal incremento del presupuesto para la defensa de Argelia, los rusos esperan cerrar contratos por 12.000 millones de dólares, según información proveniente del medio especializado “Africa Intelligence”. Las exportaciones de armamentos a Argelia constituyen para el kremlin una forma de financiar su aventura militar en Ucrania.
Dentro de las adquisiciones argelinas de armas rusas se incluyen aviones cazas Sukoi 57, que convierten a Argelia en el primer país del mundo en adquirir este tipo de aviones que están en servicio en Rusia y que hasta el momento no se exportaban por motivos de seguridad.
Argelia también ha adquirido en Rusia un centenar de vehículos blindados de infantería BMP-3, los mismos que Rusia tiene en servicio en Ucrania y la plataforma de defensa rusa S-400 (S 21 en su designación de la OTAN). Un sofisticado sistema de artillería antiaérea guiado por radar que el Kremlin solo ha vendido a otros seis países.
Además de armas, Rusia suministra al país magrebí entrenamiento militar conjunto. En octubre de 2021, los dos países realizaron ejercicios militares conjuntos en el campo de entrenamiento de Tsarskoye, en Osetia del Norte (Cáucaso). El ejercicio estuvo “dedicado a acciones tácticas en la lucha contra el terrorismo, más particularmente a la búsqueda, detección y destrucción de formaciones armadas”. El contingente argelino estuvo formado por ochenta hombres del Ejército Nacional Popular de Argelia.
Este año, por primera vez Argelia participó de los ejercicios militares “Vostok” (Oriente), que se realizaron en el extremo oriental de Rusia, a las orillas de los mares de Japón y de Ojotsk, juntamente con contingentes de las fuerzas armadas de India, China, Armenia, Kazajistán, Siria, Nicaragua, Laos, Mongolia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Tayikistán y Kirguistán, es decir, de los principales aliados internacionales del Kremlin.
Desde el 16 al 28 de noviembre, Las fuerzas armadas de Argelia y Rusia efectuarán ejercicios militares conjuntos en los alrededores de la base militar de Hammaguir, en la provincia de Béchar, perteneciente a la IIIº Región Militar, y no muy lejos de la frontera con Marruecos. Los ejercicios “Escudo del Desierto 2022” contarán con la participación de una unidad de tropas especiales Spetsnaz y de una brigada de “Motostreki”, infantería mecanizada que emplea vehículo BMP-3, haciendo un total de 200 hombres de las fuerzas armadas rusas.
Más allá de la importancia que pueden tener desde el punto de vista militar, este tipo de maniobras militares conjuntas permiten mostrar al mundo que no se encuentran aislados internacionalmente.
En tanto que, para Argelia, constituyen una forma de intentar balancear el apoyo que los Estados Unidos proporcionan a Marruecos, su aliado extra-OTAN en la región.
Algunos especialistas consideran que el verdadero objetivo del armamentismo argelino no es confrontar con Marruecos sino extender su presencia militar en el vecino Sahel, posiblemente con la asistencia de los mercenarios rusos del grupo Wagner y bajo la excusa de combatir al terrorismo y a las mafias que operan allí, aprovechando el vacío estratégico dejado por el retiro de Francia de la región.
Lo cierto es que, por el momento, la presencia militar de Rusia en el Magreb como abastecedor de armas y exportador de entrenamiento militar contribuye a incrementar las tensiones en la región e impulsa la carrera armamentista.
Es evidente también, que Rusia, a través de Argelia, incrementa su presencia militar en el Mediterráneo Occidental y en el Norte de África en general creando una nueva amenaza para las potencias de la OTAN en ese escenario estratégico.
Para Argelia, la modernización y el incremento de sus fuerzas armadas, es una forma de tratar de cohesionar el frente interno y ampliar el apoyo al gobierno del presidente Abdelmadjid Tebboune, jaqueado por las manifestaciones de protesta del movimiento democratizador Hirak y las cada vez más frecuentes denuncias internacionales por las violaciones a los derechos humanos.
No existe otra explicación posible para que un país donde la población carece de los servicios públicos más elementales, con gruesas falencias sanitarias, educativas y alimenticias, gaste tanto dinero en armamentos.
Lo cierto es que cada vez se acrecienta más la dependencia de Argelia del armamento y entrenamiento militar ruso, convirtiendo al gobierno argelino controlado por los militares en una marioneta en manos de los intereses geopolíticos del Kremlin.