Por el Dr. Adalberto C. Agozino
En su discurso del 47º Aniversario de la Marcha Verde el Rey Mohammed VI ha realizado un balance de las tareas realizadas para el desarrollo de las provincias del Sur y de la marcha de proyecto más ambicioso e importante de África: el gasoducto Nigeria – Marruecos. Una obra monumental destinada a cambiar la vida de 440 millones de africanos en trece países.
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Como todos los años al conmemorarse un nuevo aniversario de la Marcha Verde, el momento en que el Rey Hassan II movilizó las energías del pueblo marroquí para llevar a cabo la gloriosa gesta de poner fin a la presencia colonial en el Sáhara recuperando para Marruecos sus provincias del Sur, su hijo y heredero, Mohammed VI, actualiza su legado refiriéndose a temas vinculados con la región y, en especial, a las políticas públicas vinculadas con el desarrollo de esta.
Este año, en el cuadragésimo séptimo aniversario de la Marcha verde, el Rey Mohammed VI dedicó su tradicional alocución a tratar temas vinculados con el desarrollo del Sáhara, como así también a la implementación de un proyecto estructural marroquí que enlazará a África con Europa, trayendo prosperidad a diversos pueblos africanos y seguridad energética a la Unión Europea: el gasoducto Nigeria – Marruecos.
El Rey Mohammed VI ha dejado muy en claro en diversas ocasiones que, el pleno ejercicio de la soberanía con lleva el deber de desarrollar y realizar inversiones en la región sahariana para mejorar sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes.
Para Marruecos el Sáhara es una parte integral de su territorio que merece el mismo tratamiento que otras regiones componentes del Reino.
En este sentido, el tratamiento que Marruecos da a esta parte de su territorio difiere sustancialmente de la forma en que el colonialismo europeo se comportó en el Sáhara y con sus habitantes. Para España, el Sáhara era una colonia y su principal preocupación con respecto a ella consistía en extraer sus riquezas y maximizar sus ganancias a cualquier costo y con las menores inversiones posibles.
Los colonizadores consideraron a los pobladores del Sáhara como ciudadanos de segunda categoría, casi sin derechos y que en la práctica cotidiana eran relegados a actividades subalternas.
Marruecos, por el contrario, ha implementado el “Programa de Desarrollo Integral”, suscripto en 2015, por un monto de 7.700 millones de dólares, a los efectos de preparar al Sáhara para que se gobierne con autonomía bajo la soberanía marroquí.
El Programa de Desarrollo Integral tiene por objeto impulsar “una verdadera dinámica socioeconómica, creando oportunidades de empleo e inversión, y aportando la infraestructura y los servicios necesarios en la zona”, dijo el rey Mohammed VI.
Este programa, siete años más tarde se ha implementado en un 80%, prueba de ello son: la concreción de la autopista Tiznit – Dajla que se encuentra en su etapa final de construcción, “así como la conexión de la zona a la red eléctrica nacional, además de reforzar y ampliar las redes de comunicación”, agregó el monarca alauí.
A esta iniciativa se suman la construcción de estaciones de aprovechamiento de energías limpias (solar y eólica) y las obras de edificación del gran puerto atlántico de Dajla.
Para promover a las pequeñas y medianas empresas y lograr la retención de la fuerza laboral en su lugar de origen, más de 6.000 hectáreas fueron potenciadas y adaptadas para para la explotación agrícola antes de ponerlas a disposición de jóvenes campesinos de la zona, en Dajla y Bojador.
También se han implementado muchos de los proyectos destinados a “los sectores de fosfatos, agua y saneamiento.”
A los efectos de impulsar y consolidar la identidad nacional se han concretado proyectos educativos, de cuentapropismo y la promoción de la lengua y cultura hasaní.
Haciendo referencia a sus proyectos de integración y desarrollo conjunto con los pueblos hermanos de África, una de las constantes preocupaciones de Su Majestad, el Rey Mohammed VI.
El monarca marroquí mencionó el proyecto de Gasoducto Nigeria – Marruecos, firmado con el presidente Muhammadu Bujari, en 2016.
Proyecto que se concretó con el memorándum de entendimiento suscripto con la Comunidad Económica de África Occidental (CEDEAO), y en Nuakchot, con Mauritania y Senegal.
Un proyecto que mejorará las condiciones de vida de 440 millones de personas y que reforzará la asociación productiva entre África y Europa.
El Rey Mohammed VI se ha convertido con esta obra, con la consolidación de la soberanía marroquí en el Sáhara y con sus políticas de solidaridad africana, el mayor líder del continente y ha transformado en pocas décadas a Marruecos como un actor internacional de peso en África.