El domingo 21 de febrero el Consejo Nacional Electoral de Ecuador publicó los cómputos finales de la primera ronda de los comicios presidenciales llevados a cabo el pasado domingo 7 del corriente.
El candidato más votado fue Andrés Arauz, el joven economista heredero del populista Rafael Correa (2007 – 2017), de la coalición Unión por la Esperanza (UNES) con 33.033.753 votos, el 32,75%, que no le alcanzaron para obtener la presidencia en la primera ronda comicial.
Correa, que se encuentra exiliado en Bélgica, no pudo presentarse como candidato por que pesa sobre él una condena en ausencia a ocho años de cárcel e inhabilitación política de por vida para ejercer cargos políticos.
En segundo término se situó el empresario promercado Guillermo Lasso, candidato de la alianza electoral constituida por el Movimiento Político Creando Oportunidades (CREO) y el Partido Social Cristiano (PSC) con 1.830.045 votos que significaron el 19,74 del total de votos válidos emitidos, que le permitirán competir en la segunda ronda comicial.
Muy cerca del segundo puesto, se situó el abogado y dirigente indigenista Yaku Pérez, del Movimiento de Unidad Plurinacional, Pachakutik, con 1.797.455 votos que constituyen el 19,39% del total.
La escasa diferencia de 32.590 votos entre los segundo y tercer candidatos llevaron al excluido, Yaku Pérez, a cuestionar el resultado de los comicios. “Este proceso electoral está lleno de irregularidades, lleno de anomalías. Inició mal y a terminar mal” sentenció el candidato indigenista.
Los movimiento indigenistas que apoyan las aspiraciones de Yaku Pérez iniciaron el miércoles 17 una marcha hacia la capital ecuatoriana para exigir al gobierno de Lenin Moreno el recuento de los votos. La movilización arrancó de la ciudad de Loja y recorrerá más de seiscientos kilómetros hasta llegar a Quito donde esperan llegar el próximo 23 de febrero.
Yaku Pérez y los movimientos indígenas demandan el recuento del ciento por ciento de los votos en la provincia de Guayas y de la mitad en otras dieciséis de las veinticuatro provincias ecuatorianas.
El centrista Xavier Hervás se situó en el cuarto puesto con 15,58% de la votación y los diez candidatos restantes recibieron un exiguo caudal de votos que totalizan el 2% del total.
LOS CANDIDATOS
Si triunfa Andrés David Arauz Galarza, con sus 36 años, se convertirá en el presidente ecuatoriano más joven. Se trata de un tecnócrata, políglota y bien formado académicamente pero sin ningún peso electoral que hasta lanzar su candidatura era prácticamente desconocido para los ecuatorianos. Los más de tres millones de votos que obtuvo en realidad pertenecen a seguidores de Rafael Correa, quien lo designó candidato y hasta intento ser su vicepresidente. Se graduó en la Universidad de Michigan de los Estados Unidos, que completó con un Magister en Economía del Desarrollo en la muy progresista Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Habla fluidamente inglés, francés y ruso.
Durante el gobierno de Rafael Correa adquirió experiencia como alto funcionario público. A los veintiséis años fue designado director del Banco Central de Ecuador y con treinta se convirtió en ministro de Conocimiento y Talento Humano (2015 – 2017).
Como buen candidato populista hizo campaña prometiendo a la población importantes mejoras (muchas de ellas imposibles de concretar) como al entrega de un bono de U$S 1.000 a un millón de familias pobres en la primera semana de gobierno, que obtendría cuatro millones de vacunas Sputnik V de su amigo el presidente argentino Alberto Fernández (cuando Argentina ha recibido hasta el momento menos de un millón de dosis para vacunas para inmunizar a sus 44.000.000 habitantes). También afirmó que no cumplirá con el acuerdo con el FMI que firmó el presidente Lenin Moreno para reconstruir la economía de Ecuador después de una década de desastroso gobierno de Correa.
En materia de política exterior Andrés Arauz se referencia en la Internacional Progresista, un reunión de 65 organizaciones de partidos de izquierda, movimientos ecologistas, indigenistas y populistas organizado por el senador demócrata Bernie Sanders y cuyo Consejo Ejecutivo integra. En este nucleamiento que algunos observadores asimilan al Foro de San Pablo reúne a figuras como el exministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, el vicejefe de gobierno de España y líder de Podemos, Pablo Iglesias, la alcaldesa de Barcelona y líder de Catalunya en Comu, Ada Colau, el presidente argentino Alberto Fernández y la primera ministra de Islandia Katrín Jakobsdóttir.
El otro candidato es el banquero Guillermo Lasso Mendoza de 65 años, un hombre del establecimiento financiero ecuatoriano que compite por la presidencia por tercera vez. En 2013 perdió frente a Rafael Correa y en 2017 contra Lenin Moreno ahora Lasso espera que la tercera sea la vencida.
Lasso debutó a los quince años trabajando en la Bolsa de Valores de Guayaquil. Desde allí desarrolló una exitosa carrera en la actividad financiera hasta que, a finales de la década de los noventa llegó a presidir la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.
Su única experiencia en la función pública fueron los treinta días en que se desempeñó como ministro de Economía del presidente Jamil Mahuad antes de su renuncia en el 2000.
La prensa se ha apurado en catalogarlo de “liberal” y “conservador”, cuando en realidad es un demócrata de centro moderado con fuertes convicciones religiosas. Hombre del Opus Dei es un férreo defensor de la vida y por tanto contrario al aborto y las políticas de género.
Más realista no promete lo que no podrá cumplir como presidente. Propone impulsar el desarrollo de Ecuador atrayendo la inversión extranjera y combatiendo la corrupción para generar nuevos empleos.
“Nosotros no vamos a desconocer el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Lo que no vamos a hacer, es subir el IVA”, prometió Lasso durante la campaña de la primera ronda. También propuso incrementar el salario mínimo hasta los U$S 500.-, recordemos que la economía ecuatoriana desde hace décadas esta dolarizada.
Lasso sumará los votos de todos los sectores que temen un retorno del correísmo. En este sentido es visto como un mal menor por el actual presidente Lenin Moreno, por el excandidato Xavier Hervás que obtuvo el 16% de los votos y hasta por las propias organizaciones indigenistas que hoy apoyan las aspiraciones de Yaku Pérez.
En este escenario, en la segunda vuelta electoral los ecuatorianos deberán optar entre el joven populista Andrés Arauz y el retorno del correísmo o el maduro empresario Guillermo Lasso que propone un Ecuador integrado al mundo y la aplicación de políticas más democráticas y tradicionales en sintonía con los organismos financieros internacionales. O sea deberán optar entre “el relato” y la realidad.