Las Fuerzas Armadas Reales del Reino de Marruecos decidieron poner fin a las continuas provocaciones llevadas a cabo por el Frente Polisario con apoyo de Argelia en la región Guerguerat donde una cincuentena de milicianos vistiendo ropas de civil pero armados interrumpen, desde el pasado 21 de octubre, el tránsito vehicular en la ruta por donde circulan los camiones cargados con mercancías provenientes del sur de Marruecos hacia los mercados de Mauritania y Mali.
La interrupción del flujo comercial de alimentos y otros productos marroquíes afecta especialmente a la economía de estos países del Sahel al provocar escasez y carestía de estos productos esenciales en los mercados subsaharianos por desabastecimiento.
Los “piqueteros” del Frente Polisario dañaron la falta asfáltica, quemaron neumáticos, instalaron carpas y realizaron acciones de hostigamiento (lanzando piedras) a los pocos efectivos de la Misión de Naciones Unidas para el Referendo en el Sáhara Occidental -MINURSO- que intentan pacíficamente hacer cumplir su mandato y la directivas del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que ha ordenado a los separatistas liberara el paso internacional.
Los milicianos del Polisario acampaban en la franja de cinco kilómetros de ancho que constituyen una suerte de “tierra de nadie” entre la aduana marroquí y la frontera mauritana.
En sus dislates propagandísticos esta suerte de “zona de amortiguación” en la frontera es reivindicada por el Frente Polisario que pretende inútilmente hacerla pasar por una suerte de “territorio liberado” de la inexistente República Árabe Saharaui Democrática. Todo un dislate fantasioso que no engaña a nadie pero confunde a las personas de buena voluntad que no conocen la región. En especial, sirve de motivación a los “compañeros de ruta” que desde Europa y otros países simpatizan ideológicamente con los separatistas.
Es por lo que el sólido accionar de las Fuerzas Armadas Reales ha erradicado de un solo golpe todas las fantasías de los separatistas que debieron huir rápidamente después de prender fuego a su improvisado campamento, pese a que contaban con armamento como para intentar alguna resistencia.
El comunicado del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Reales en que describe sus operaciones en la frontera sur del Reino consigna lo siguiente: “Tras el bloqueo por unas sesenta personas, encuadradas por milicianos armados del polisario, de la carretera que atraviesa la zona tapón de Guerguerat, que une el Reino de Marruecos con la República Islámica de Mauritania, y la prohibición del derecho de paso, las Fuerzas Armadas Reales proceden al establecimiento de un cordón de seguridad para asegurar el flujo de bienes y personas a través de este eje.”
“Esta operación no ofensiva, sin ninguna intención bélica, es llevada a cabo según claras reglas de compromiso que estipulan que debe evitarse todo contacto con personas civiles y que uso de las armas debe ser únicamente en caso de legítima defensa”, concluye el comunicado oficial.
Esta nueva humillación pública que ha recibido el liderazgo del Frente Polisario a manos de las Fuerzas Armadas Reales incrementa la crisis que enfrenta la organización separatista. En los últimos años, ha perdido continuamente apoyo internacional con el continuo drenaje de países que retiran su reconocimiento a la inexistente República Árabe Saharaui Democrática, la apertura de quince delegaciones diplomáticas de países africanos en Dakhla y El Aaiún, la interrupción de sus actividades internacionales de proselitismo y captación de fondos, como el Programa Vacaciones en Paz y la fuga de importantes cuadros políticos hacia sus rivales del Movimiento Saharaui por la Paz y el estancamiento en que se encuentra la cuestión del Sáhara después de cuatro décadas de negociaciones.
El descontento de la población de los campamentos oscila entre la forzada resignación y la rebeldía demandando cambios cualquiera de estas aptitudes afectan al envejecido liderazgo separatista. Es por lo que cualquier incidente con Marruecos les resulta útil para remozar la cohesión interna de sus partidarios en Tinduf y ejercer presión sobre Naciones Unidas para que intente forzar a Marruecos a aceptar sus demandas.
Los dirigentes del Frente Polisario saben muy bien que no están en condiciones de llevar adelante un conflicto militar abierto contra Marruecos por eso se limitan a realizar provocaciones para que cualquier respuesta del Reino aparezca ante el mundo como una agresión y ellos poder seguir alimentando el mito de minoría perseguida. Pero, esta estrategia cada vez confunde a menos personas.