Cuando se trata de aportar ayuda a un pueblo hermano que enfrenta una desgracia, el Rey de Marruecos Mohammed VI siempre se sitúa en la primera fila. Se trate de un pueblo hermano de África que sufre los efectos de una prolongada hambruna o de una guerra fratricida, de migrantes irregulares que atraviesan el territorio marroquí en su ruta hacia las playas de la Europa comunitaria o países de la región que necesitan de ayuda sanitaria para enfrentar los efectos de la pandemia del coronavirus Covid 19 o, como en este caso, de un pueblo árabe que inesperadamente padece una desgracia de gran envergadura que desborda sus capacidades de reacción.
Cumpliendo con sus obligaciones como Amir al-mu’minin -Emir de los Creyentes-, Mohammed VI siempre está bien dispuesto y presto para aliviar los padecimientos de sus hermanos en crisis y los aviones de Royal Air Maroc dispuestos para trasladar ayuda humanitaria y personal sanitario marroquí donde se lo requiera.
La actitud solidaria del Rey de Marruecos se extiende incluso a todos los pueblos del Libro, aún en países, como El Líbano, donde los musulmanes conviven con importantes minorías cristianas.
Así ha ocurrido esta semana frente a la devastación que sufre la ciudad de Beirut tras la terrible explosión que el martes pasado devastó el puerto y la región costera de este bello centro urbano provocando 135 víctimas fatales y más de cinco mil heridos de diversa consideración que inmediatamente colapsaron el sistema médico libanes.
La detonación de un depósito con material explosivo arrasó un radio de dos kilómetros alrededor del puerto y causó destrucción y daños de consideración hasta una distancia de cinco kilómetros del epicentro del estallido.
Cumpliendo con urgentes directivas reales inmediatamente cuatro aviones despegaron del Aeropuerto Mohammed V de Casablanca y otros dos de la base militar de Kenitra transportando un hospital militar de campaña, personal sanitario y un embarque de medicamentos al aeropuerto internacional Rafik al Hariri de Beirut.
El hospital militar de campaña es similar al que, en 2017, Marruecos envió a Sudán del Sur; y cuenta con un personal de cien sanitaristas, entre ellos catorce médicos de diversas especialidades (emergentólogos, expertos en terapia intensiva, cirujanos, traumatólogos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, especialistas en quemados, neurocirujanos, pediatras y farmacéuticos), enfermeros especializados y personal de laboratorio de apoyo. Alberga un quirófano móvil, unidades de internación, radiología y esterilización, laboratorio y farmacia.
La ayuda enviada por Mohammed VI incluye también una gran cantidad de medicamentos, material de primeros auxilios, productos alimenticios (agua potable, conservas, legumbres, leche en polvo, aceite, azúcar, etc.), tiendas de campaña y mantas para el alojamiento de las personas afectadas. También comprende material médico para la prevención y tratamiento del Covid – 19, especialmente mascarillas protectoras, viseras, cofias, batas y gel hidroalcohólico.
La prontitud con que el rey Mohammed VI reaccionó, enviando la ayuda marroquí allí donde es más necesaria, habla no sólo de la aptitud altruista y del espíritu de solidaridad del monarca alauí sino también de la capacidad del Reino de Marruecos, como país líder en África y en el Mundo Árabe, para movilizar con rapidez y eficacia su potencial humano y sus recursos materiales para brindar asistencia y ayuda humanitaria en cualquier lugar que se la requiera.