La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este martes de una posible amenaza tras el descubrimiento de un nuevo coronavirus en China que ya causó víctimas mortales en China y que se expande a otros países de Asia.
Tras tomar muestras virales de pacientes y analizarlas en el laboratorio, funcionarios de China y la OMS concluyeron que la infección es un coronavirus. Los coronavirus son una amplia familia de virus, reciben su nombre por la forma de “corona de proteínas” que se observa al analizarlas en microscopio. Hasta el momento los científicos habían determinado que solo seis de este tipo de virus (el nuevo sería el séptimo) infectan a los seres humanos.
El síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés) que provocó la muerte de 774 de las 8.098 personas infectadas en un brote que se dio en China en 2002, era un coronavirus.
En su forma más leve, el nuevo virus detectado, al que han llamado “nCoV”, causa un resfriado común. El síntoma más frecuente del nuevo virus es la fiebre, aunque algunos casos incluye dificultades para respirar, fatiga y tos seca.
El análisis del código genético del nuevo virus muestra que está más estrechamente relacionado con SARS que con cualquier otro coronavirus humano.
Autoridades de la ciudad central de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, donde se detectó por primera vez la infección el 31 de diciembre pasado, dijeron que ya hay más de doscientos casos confirmados del nuevo coronavirus, cuatro de ellas víctimas fatales, pero los expertos británicos calculan que la cifra podría ser de unos 1.700.
Según la Comisión de Salud Municipal de Wuhan, los primeros afectados eran principalmente vendedores y compradores de un mercado de mariscos, considerado epicentro del brote y que fue cerrado mientras se realiza una desinfección ambiental.
El virus ha causado neumonía a algunos pacientes y se ha determinado que al menos tres personas murieron por enfermedades respiratorias en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, en diciembre. Si bien el brote surge sobre todo en China, ha habido dos casos más en Tailandia, uno en Japón y otro en Corea del Sur, todos ellos relacionados con personas de Wuhan o que han visitado la ciudad.
El doctor Zhong Nanshan, reconocido experto en afecciones respiratorias y jefe del equipo médico que intenta contener el virus ha explicado que se confirmó que los dos casos de la provincia de Guangdong se produjeron por una transmisión de persona a persona.
La rápida propagación del virus inquieta a las autoridades, en momentos en que millones de sus conciudadanos se aprestan a viajar para celebrar el Año Nuevo Lunar, que comienza esta semana. Wuhan tiene once millones de habitantes y sirve como un importante centro de transporte.
“El reciente brote de una nueva neumonía por coronavirus en Wuhan y otros lugares debe tomarse en serio”, ha dicho este lunes el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en su primera declaración pública sobre la crisis. “Los comités del partido, los gobiernos y los departamentos relevantes en todos los niveles deben poner en primer lugar la vida y la salud de las personas”.
La Organización Mundial para la Salud, agencia de Naciones Unidas, confirmó que laboratorios chinos ya secuenciaron el genoma del nuevo coronavirus y facilitaron la información a la comunidad sanitaria mundial para ayudar en el diagnóstico de posibles casos fuera del país.
Para poner en perspectiva el problema del nuevo virus detectado cabe recordar que recientemente un informe redactado por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, un panel de expertos, políticos, jefes de organismos y líderes de la Cruz Roja y la Medialuna Roja, convocado por la OMS y el Banco Mundial, para evaluó la capacidad del mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias de preparación.
Para su análisis, el grupo revisó lo ocurrido durante la pandemia de gripe H1N1 de 2009, en la que a nivel mundial murieron entre 150.000 y 570.000 personas durante el primer año que circuló el virus, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. También revisaron el brote de ébola de 2014-2016 en África, que a enero de 2016 había causado 11.315 muertes.
Su conclusión fue que muchos de los aprendizajes y recomendaciones que surgieron de esas crisis “se aplicaron de forma deficiente o no se aplicaron en absoluto". "Prodigamos esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente cuando la amenaza remite”.
En el caso de una pandemia, colapsarían muchos sistemas nacionales de salud, particularmente en países menos desarrollados, advirtió el Informe.
“La pobreza y la fragilidad exacerban los brotes de enfermedades infecciosas y ayudan a crear las condiciones para las pandemias”, afirmó Axel van Trotsenburg, director ejecutivo interino del Banco Mundial y miembro del panel.
La investigación sostiene que otros factores que podrían empeorar la situación son la falta de confianza en las instituciones que se ve en muchos países y la circulación de información errónea que puede dificultar una comunicación efectiva para controlar la enfermedad.
El estudio también menciona que, si bien los desarrollos científicos y tecnológicos brindan nuevas herramientas que promueven la salud pública, también permiten que los microorganismos causantes de enfermedades sean diseñados o recreados en laboratorios.