La constitución de Marruecos establece que el Rey es “Amir al-Mu’minin”, Comendador de los Creyentes, de todos los creyentes y no solo de los musulmanes. Los asuntos religiosos en el Reino son de su exclusiva incumbencia. El Consejo Superior de Ulemas que preside se encarga de estudiar las cuestiones relativas a la ley islámica, aunque el Rey también tiene la responsabilidad de proteger el libre ejercicio de todas las religiones, no sólo del Islam. Aunque “el islam es religión de Estado”, el artículo 41 de la Constitución estipula que el rey “es el garante de la libertad de la práctica religiosa.”
El rey Mohammed VI asumió específicamente su rol de defensor de los creyentes, el 31 de marzo de 2019, en oportunidad de recibir la visita del papa Francisco. En su discurso de la explanada de la mezquita y torre Hassan II, dijo el monarca alauí: “En mi calidad de Emir de los Creyentes, no puedo hablar de la Tierra del Islam, como si en la misma solo vivieran musulmanes. Velo, efectivamente, y garantizo el libre ejercicio de las religiones del libro: protejo a los judíos marroquíes y a los cristianos de otros países que viven en Marruecos” e invocó a la “hermandad de los hijos de Abrahán”, como pilar fundamental de la riqueza y diversidad de la civilización marroquí.
Esta responsabilidad como Amir al-Mu’minin es algo siempre presente en la decisiones y actividades del rey Mohammed VI y que ratifica con hechos concretos como los ocurridos la semana pasada.
En esa ocasión, el rey de Marruecos visitó la medina de Essaouira, “Bayt Dakira”, un espacio espiritual y patrimonial de preservación y valorización de la memoria judeo – marroquí.
Bayt Dakira, cuyo centro de gravedad es la Sinagoga “Slat Attia”, es un lugar de recordación que relata a través de objetos, textos, fotos y películas la excepcional saga del judaísmo en la ciudad de Essaouira y su patrimonio: desde la ceremonia del té hasta el arte poético hebreo, desde el arte de la orfebrería de filigrana de oro y plata hasta los bordados y la confección de suntuosos caftanes, desde las artes culturales hasta la literatura y desde los rituales típicos de Essaouira en la sinagoga hasta los grandes puestos comerciales que hicieron el resplandor de Mogador en los siglos XVIII y XIX.
En ese espacio cultural, el Reino lleva a cabo un programa complementario de rehabilitación y desarrollo de la antigua mediana de Essaouira (2019 – 2023) que implica una inversión de treinta millones de dólares que beneficiará a los 13.000 habitantes de la medina y comprende 26 proyectos en cuatro ejes de acción, a saber, la rehabilitación del espacio urbano, la restauración y valorización del patrimonio histórico, la promoción del acceso a los servicios sociales y el fortalecimiento del atractivo turístico, la promoción del acceso a los servicios sociales y al fortalecimiento del atractivo turístico y económico del casco antiguo de Essaouira.
El proyecto de Essaouira, la Ciudad de la Música y de las Artes, forma parte de un amplio programa de obras destinado a preservar el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad de Mogador. Dentro de este programa se lleva a cabo la restauración de la muralla de la medina y de Borj Bab Marrakech, tratamiento de edificios históricos que presentan gran deterioro por el paso del tiempo y la rehabilitación de la Sqala del puerto, la rehabilitación de la cooperativa Dar Al Araar y de la iglesia portuguesa, la reconstrucción del centro de salud “Derb Laalouj”, la creación de un centro de tratamientos de adictos a las drogas y un instituto de educación preescolar y comprende la demolición total o parcial de 123 edificios y la restauración de dos zauiyas.
Igualmente, quince proyectos están también en fase de análisis de factibilidad. Se trata de la remodelación de las plazas de Chrib Atay, Rahba, El Fanin, El Mellah I y II y de los estacionamientos para automóviles en el puerto y en Bab Doukkala, la restauración de la sinagoga Slat El Kahel, al rehabilitación de Kissariat Siyaghin y la renovación de cuatro fuentes, la construcción de un albergue para la juventud, el desarrollo de tres circuitos turísticos, la creación de puntos de información turística y paneles interactivos, la edificación de un centro de información y recepción turística y el refuerzo de la red de alumbrado público.
Este programa de preservación cultural y desarrollo turístico es producto de la asociación entre la Fundación Hassan II para el Desarrollo Económico y Social, los ministerios del Interior, de Ordenación del Territorio Nacional, Urbanismo y Política de la Ciudad, de Turismo, Artesanías, transporte Aéreo y Economía Social, de Cultural, Juventud y Deportes, el de Habices y Asuntos Islámicos, el Consejo de la región de Marrakech – Safi, el Consejo Comunal de Essaouira y el Grupo de Al-Omrane.
Este trascendente programa surgió de la inspiración y decisión del rey Mohammed VI siempre preocupado por preservar la cultura marroquí y al mismo tiempo por el desarrollo sostenible del Reino. Marruecos cuenta con una poderosa industria turística que se sustenta en su maravilloso patrimonio cultural, bellas tradiciones, sus maravillosas artesanías y sus exóticos paisajes. Marruecos puerta de África, país mediterráneo y atlántico, donde confluye el islam, el judaísmo y la tradición romana recibió en 2019 a más de once millones de turistas.
La industria turística marroquí tiene en el rey Mohammed VI un activo promotor al reinar en un país en paz y orden que cuida celosamente su pasado y desarrolla sus infraestructuras para acoger en un ambiente agradable a los visitantes.