Después de escuchar a Abascal desde el púlpito, solo reservado a la democracia, palabras que obligan a mirar el calendario para cerciorarse en qué año se está, o tras ver a un personaje como Rivera que habla de sus opositores políticos llamándoles “banda” y negando su reconocimiento al Candidato “con el cual nada tiene que hablar ni acordar”, hubiera sido bastante para poner enseguida en marcha un Gobierno para España. "Ni políticas activas, me ha dicho uno de los tuyos…", ni ministerios a tanto alzado. Basta ya de tonterías.
Los cinéfilos recordarán la película de Visconti, Ludwig (1973) sobre la problemática vida del controvertido Luis II de Baviera. El rey bávaro, prácticamente el último por su alianza con Prusia ha terminado siendo conocido por sus excentricidades y por su extraña muerte (un suicidio en el cual se llevó por delante a su siquiatra), pues todo hay que decirlo, su tortuoso actuar vital le llevó a ser diagnosticado de esquizofrenia paranoica. Como gobernante su quehacer fue bastante decepcionante. Pronto apuntó maneras de una gran vocación absolutista que terminó entregándose con devoción a los intereses y pretensiones del Barón Von Bismarck. La gran obra de este efímero rey fue la construcción de su castillo, su sueño. Para financiar la construcción tuvo que hacer de todo, finalmente fue la única razón de su existencia.
El castillo Neuschawanstein, junto al lago donde encontró la muerte Luis, es sin duda, su única obra de éxito. Actualmente es una visita obligada cuando viajas a la conservadora Múnich. ¡Más de millón y medio de personas se acercan cada año al Castillo! La verdad es que el reclamo, a parte de su indudable belleza y sus impresionantes jardines por los que pasear, no es que fuera la morada del obsesivo monarca, no, el verdadero reclamo es que se trata del Castillo de Disney. Fue en él donde la productora americana se inspiró para situar el Palacio de “La Bella Durmiente”. Posteriormente la silueta del Castillo Neuschawanstein ha aparecido en distintas producciones de cuentos de hadas.
Verdaderamente el único legado para la historia del personaje es el fastuoso edificio. Castillos hay muchos en el mundo y “Luises de Baviera”, obsesionados, controvertidos, que terminan convirtiendo su proyecto vital en un fracaso, tipos que creen que el mundo gira a su alrededor, vanidosos de un puesto transcendente hay millones…parece ser un mal que se extiende ante la insatisfacción creciente de las expectativas personales fracasadas.
Tal vez historias como las del Rey bávaro expliquen lo que está pasando con la investidura frustrada. Lo sucedido es ininteligible. A la fuerza va más allá de lo político.
LA NUEVA POLÍTICA Y DOS DIRIGENTES IRRESPONSABLES Y FASTUOSOS
Cualquier experto en Administración Pública sabe que realmente lo fundamental no es la titularidad de los ministerios, sino que quienes manda son las direcciones y subdirecciones; el poder real se configura en los Reales Decretos de organización y asignación de competencias de los diferentes departamentos, y en el reparto presupuestario, todo eso es después de que haya gobierno.
Una organización política que aspira a gobernar lo debería saber, o es que Podemos ya no es una organización. Igual estamos solo ante Ludwig frente al espejo preguntándose cuál es su pecado. Todo aquello que le daba sentido a Podemos como organización se ha ido quedando por el camino, las personas y la idea y de gobernar desde la izquierda. No era tal, solo era gobernar en primera persona.
Los procesos políticos se pueden analizar desde diferentes vectores utilizados para la consecución del poder, unos más legítimos y confesables y otros menos, pero donde finalmente lo esencial para cifrar el éxito es el poder obtenido. Si el poder obtenido es nada y lo desarrollado durante el proceso conduce a la frustración colectiva de los adeptos y los próximos, propiciando el regocijo de los adversarios, el resultado es: un fracaso. Si además estos hechos se producen con reiteración, el “aliado preferente” ha terminado por ser un quinta columnista que pretende dinamitar los proyectos mordiendo la mano, como una serpiente venenosa. O bicho o loco. Además sinceramente, creo que el problema no tiene remedio, y más vale este numerito en sede parlamentaria que en el Consejo de Ministros.
La nueva política ha traído a dos dirigentes ayunos de responsabilidad que conciben la política como lanzaderas de sus propias necesidades personales y que lo digamos muchos y mucho no sirve de nada ahora, hay que pensar cómo se sale de esto. Para ello hay que concitarse, los primeros en hacerlo los que les rodean si no quieren salir con los pies por delante; en segundo lugar, todos aquellos para los que España sea algo más que los saldos de un almacén y asuman la responsabilidad de que no podemos sucumbir con un chantaje de trileros.
Los líderes de castillos, o de urbanizaciones exclusivas, esperan que millones de turistas paguen la entrada, pero ni sus posesiones tienen arte alguno ni ellos tienen historias que merezcan ser conocidas.