La expresión de la Ministra de Hacienda (el milagro económico del PP. está en la cárcel) une gracia andaluza y agudeza oratoria. La foto de los líderes del Proces sentados en los bancos de 3×4 ni tiene gracia y es también (como la corrupción institucionalidad en un partido) el reflejo del fracaso de la política. Como decía Arendt “lo monstruoso e inhumano de la historia, que al fin se impone plena y brutalmente a la política”. Es además frustración de país…mucha patria, muchas banderas, arrogancia, encantamiento de haberse conocido, verdad absoluta…la falsedad como arma de juego político.
Genéticamente parecemos incapaces para ceder, escuchar y ver lo que está pasando. No existe conciencia de que como humanos no transcendemos a nuestra existencia… una vez muertos se acabó; el recuerdo de los allegados…durante una temporada y ya. ¡Ah! los que figuran en los libros de historia no suelen poder leer lo que de ellos se dice y a veces es mejor. ¡La historia es dura juzgando!
La política tiene que servir para convivir en paz y si son listos y eficaces los que la conducen, para conseguir que se viva mejor. Lo otro que se añade, hoy más que nunca, es espectáculo y vanagloria intrascendente.
Los que se dedican a la política deberían saber que el hartazgo ciudadano es directamente proporcional al cabreo y desapego con el que van a votar cuando se les convoca a ello. Ahora no faltan motivos para pensar que la política les crea más problemas que los que resuelve.
Las encuestas del CIS también valen para comprobar como los políticos y la política es el segundo mayor problema para los españoles tras el paro; sin embargo es el quinto problema que consideran que les afecta. Es decir les preocupa más que ocupar, ello es grave. Hastío, desafección y búsqueda del populismo salvador es una cadena de causalidad y no de casualidad como algunos políticos pretenden que creamos. Es decir que ellos son parte del problema y no de su solución.
La deriva independentista no es ya entendible para nadie ni para los callejeros CDR, que por cierto, salvo para los marginales violentos, cada vez encuentran menos motivo para salir a defender la inexiste República. El sueño republicano ha quedado abortado y la única manera de salvar su posición es crear un territorio para el acuerdo y no mandar al traste la mano tendida del gobierno. Con todo, la única salida posible era la de Sánchez. Es de estúpidos hacer caer al Gobierno y acortar el tiempo para construir ese espacio, deshaciendo los torpes pasos dados, pueden haber abierto el camino a la rápida llegada de aquellos que solo ven la solución en la suspensión de la autonomía catalana, lo que apunta a que es el inicio de un proceso que no se sabe dónde llegará…no olvidemos lo de España una y no cincuenta y una. Además un posible gobierno que haga recaer, como ya hizo el anterior del PP, las consecuencias de una previsible nueva crisis en quienes ya pagaron la anterior. Las políticas tienen perdedores y ganadores y la no aprobación de presupuestos los tiene. En Cataluña y en España.
El juicio del Proces va a recordar durante meses la incapacidad de los políticos catalanes para resolver los problemas de convivencia de la sociedad a la que se supone representan, pero todos…, los sediciosos y los autodenominados constitucionalistas, pues los ganadores electorales en Cataluña, la alegre Arrimadas, no han movido un dedo para desencallar la situación. Tal vez si ante la inoperancia política se hubiese arbitrado una especie de “conciliador” de posiciones que condujera el debate se hubiera avanzado más evitando seguir edificando el discurso traumático en Cataluña y en España frente a Cataluña. Discurso que no tiene puerto de llegada salvo la radicalización de posturas y que de las guerras de banderas se termine en algo peor. Intentar negociar con el independentismo es menos locura que terminar corriendo de cabeza hacia el túnel del tiempo, aunque ahora la cabeza tendrá que ser de los electores, en ellos está la decisión.
Al gobierno y al partido socialista no le queda otra que explicar, con claridad meridiana, no sólo cuales son los costes de lo no logrado por no aprobar los presupuestos, sino mucho más. Tiene que poner sobre la mesa su proyecto de país para España. Ahora no queda otra, pues enfrente no hay nada y es necesario empezar a confiar. Mejor dicho, enfrente, solo hay dos proyectos personales que más temprano que tarde terminarán siendo incompatibles por incapacidad de sobrevivir en el mismo espacio, las mismas palabras, imágenes y ambiciones.
Ciudadanos tiene escasas semanas para reflexionar que lo malo no es de donde se viene sino a donde se llega y políticamente está llegando a la irrelevancia. O es capaz de aliarse con España y su futuro o quedara subsumida, como fuerza política, en una derecha agresiva y resentida que mira para atrás. Un PP que cree haber encontrado la salvación en querer que se olvide su inacción gubernamental con Rajoy al frente y sobre todo que se piense que no ha existido el milagro de haber teñido de corrupción política esa ESPAÑA que se les cae de la boca donde la mentira, la utilización de la policía, la justicia y lo que fuera menester se ha utilizado en beneficio de intereses particulares y de un partido político.
Es por eso la razón de elegir a Casado, uno que no se le puede caer la cara de vergüenza, sin ideología y sin principios, pues lo único que tiene son claros fines.
En este contexto es en el cual los españoles vamos a tener que decidir el 28 de abril. Otra vez con el corazón helado pues ahora no es tiempo ni de morir ni de bostezar.