El 6 de enero de 2009, Khalil Ahmed Breih, un veterano dirigente del Frente Polisario fue secuestrado en las calles de Argel. Como si se tratara de una película de espionaje, Khalil fue subido a un coche oficial sin identificación por cuatro personas, mientras un grupo de apoyo observaba la situación desde un segundo vehículo.
Khalil Ahmed Breih tenía un largo historial de militancia en el movimiento separatista del Frente Polisario y, desde 2006, ejercía como un supuesto “presidente del Comité de Derechos Humanos” en el Sáhara.
Ahmed Breih, no era ni un idealista ni un improvisado en las intrigas internas del Frente Polisario pero eso no justifica su desaparición forzada o los sufrimientos de su familia que desconoce su suerte.
Había nacido en Marruecos, en 1953, en una familia de la tribu Rguibat Soua?d. A los 25 años, en 1978, se incorporó a las filas del Frente Polisario donde se lo conocía como “Carlos”, comparándolo con el terrorista venezolano Carlos Ilich Ramírez, o “caja negra” por la cantidad de secretos que conocía. Ahmed Breih se desempeñó durante décadas cono responsable de la Seguridad Militar y Civil de los campamentos argelinos que administra el Frente Polisario en Tinduf. Por lo tanto, trabajó en estrecha colaboración con la inteligencia argelina y estaba al tanto de todas las operaciones terroristas organizadas por esos años.
Khalil contrajo matrimonio y formó una familia con sus siete hijos. Luego se convirtió en Primer Secretario del entonces presidente de esa parodia de Estado que los separatistas denominan “República Árabe Saharaui Democrática”, Mohammed Abdelaziz.
Pero, en 1991 cayó en desgracia. Algo sucedió entre él y otros máximos dirigentes separatistas. Se involucró en las luchas internas por el poder, vio algo que no estuvo dispuesto a tolerar o simplemente la práctica de estalinista de purgar periódicamente a todo posible rival. No se sabe bien el motivo pero Khalil Ahmed Breih perdió su cargo y pasó seis meses encarcelado en los campamentos.
Luego fue liberado, no le imputaron cargos y se le permitió retirarse a su jaima a escribir. Durante años trabajo como “periodista” en la prensa organizada por el Frente Polisario. Ahmed Breih era un hombre preparado, había cursado estudios universitarios y hablaba varios idiomas. Se convirtió en un disidente interno que sin embargo no rompió totalmente con las autoridades del Frente Polisario.
En 2006, fue parcialmente rehabilitado y se convirtió en responsable de los derechos humanos ante el Polit Buró del Frente Polisario, posición que detentaba cuando fue secuestrado.
La familia ignora que ocurrió con él y cual fue el motivo de su detención. Al momento de su detención, en enero de 2009, se suponía que debía dictar unas conferencias en universidades de Argel y estaba trabajando en un libro. Posiblemente un libro de memorias o una investigación sobre violaciones de derechos humanos en los campamentos de Tinduf durante los años en que estuvo a cargo de la contrainteligencia del Polisario.
Khalil Ahmed Breih tenía mucha información sobre los atentados terroristas, los ataques contra barcos pesqueros e instalaciones y otras atrocidades cometidas por el Polisario en Marruecos y Mauritania. Sobre todo conocía la suerte que sufrieron muchos soldados marroquíes secuestrados y torturados por las milicias del Polisario durante las décadas de 1970 y 1980.
Después de muchas gestiones, su hijo mayor pudo verlo en una ocasión en la prisión militar argelina de Blida, pero después y hasta el día de hoy la familia perdió todo rastro de él y desconoce cual fue su delito y cuál fue su suerte.
El caso de Khalil Ahmed Breih fue denunciado por Rachid Khalil el único de sus hijos que dejó los campamentos argelinos y vive en San Sebastián, España. Rachid no ha dejado de luchar para esclarecer cual fue la suerte corrida por su padre. El resto de la familia continúa retenida en Tinduf y por tanto no puede exponerse a las represalias del Frente Polisario o de los servicios de seguridad argelinos.
En 2014, Humana Rights Watch se ocupó del caso de Khalil Ahmed Breih en su informe titulado: “Off the radar: Human Rights in the Tindouf Refugee Camps”, sin lograr mayores resultados.
El pasado 25 de enero, al cumplirse de diez años de su desaparición forzada la tribu Rguibat Soua?d organizó, en el campamento argelino de Laayoune, una reunión informativa sobre el caso de Ahmed Breih.
Cabe recordar que la desaparición de forzada de personas constituye un delito de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptible que es competencia específica de la Corte Penal Internacional.
Otro más de los muchos delitos a que nos tiene acostumbrado la dirigencia del Frente Polisario como el desvió y comercialización ilegal de la ayuda humanitaria, el secuestro de ciudadanos españoles de origen saharaui, la malversación de fondos destinados a la empobrecida y necesitada población de los campamentos.
Khalil Ahmed Breih y su familia son solo unas víctimas más de la crueldad de la dirigencia separatista del Frente Polisario y sus cómplices argelinos.
Lamentablemente, el Frente Polisario tiene acostumbrado al mundo de su desprecio e indiferencia por los derechos humanos a los que solo invoca como un instrumento de propaganda.