En estos días se conmemora un nuevo aniversario de la creación de la Unión Africana, un paso significativo hacia un espacio común, hacia la construcción de una África, federal, fuerte y unida.
La cumbre de jefes de Estado de la Unión Africana reunida en Kigali, el 21 de marzo, aprobó la creación de una Zona de Libre Comercio Continental (ZLEC) sin barreras aduaneras. Es sólo un paso y aún hay que derribar muchas reticencias, pero los países africanos parecen, convencidos de la necesidad de avanzar en esta dirección, un total de 44 de los 54 estados miembros se adhirieron al AfCFTA, figuran entre los firmantes destacadas economías africanas, como Sudáfrica, Egipto, Marruecos y Kenia, pero aún se quedaron fuera del tratado Benín, Botsuana, Burundi, Eritrea, Guinea Bissau, Lesoto, Namibia, Sierra Leona, Zambia, Nigeria y Sudáfrica, existe la voluntad de trabajar para lograr la adherencia al tratado de los mismos.
Tras la cumbre de Kigali, el presidente nigerino Mahamadou Issoufou dijo, “Es un hito histórico para África, para el continente que fue dividido, repartido y debilitado hace 133 años en Berlín y que ahora ha decidido integrarse y unirse. Son 84.000 kilómetros de fronteras, 84.000 kilómetros de obstáculos que hacen que los intercambios entre estados africanos no representen hoy más que el 17% de todos los que se realizan en nuestro suelo”.
En julio se celebrará la próxima cumbre de la UA que servirá para evaluar los avances, en tal sentido, Issofou asegura que “La integración se debe hacer a dos niveles, por arriba pero también por abajo. Hace falta que los ciudadanos se apropien de este proyecto tanto como los líderes económicos. Creo que en este sentido hay un enorme trabajo de sensibilización a hacer en países como Nigeria”. Albert Muchanga, comisario de Comercio e Industria de la Unión Africana confía en ello: “Algunos países tienen reticencias y todavía no han terminado las consultas a nivel nacional. Pero celebraremos otra cumbre en Mauritania en julio y esperamos que los países reticentes firmarán”.
Mientras tanto, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, alienta a los líderes africanos a redoblar esfuerzos para crear resiliencia y alcanzar el “Hambre Cero”.
En el último informe de la ONU sobre hambre a nivel mundial, se dio a conocer la lamentable noticia sobre el aumento del hambre en el mundo luego de décadas de descenso, los números de hambreados en el planeta, en 2016, alcanzaban cifras alarmantes, en gran parte impactados por conflictos, cambio climático y desaceleración económica, entre otros factores.
FAO advierte que, en 2018, la crisis alimentaria aguda es crítica en algunas regiones, indicando que 124 millones de personas padecen altos niveles de inseguridad alimentaria, 11 millones más que el año pasado.
Esta inseguridad alimentaria llamada “hambre aguda’’, se debe en algunos lugares como en Myanmar, el noreste de Nigeria, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Yemen, en gran parte a la intensificación de conflictos nuevos o preexistentes.
Este informe, ha sido presentado por la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en una sesión informativa para los países miembros de la ONU Roma.
Preocupados por esta situación los representantes a nivel mundial, responsables del estudio, ponen de relieve la necesidad urgente de actuar simultáneamente para evitar más pérdidas de vidas, mejorar los medios de subsistencia y abordar las causas profundas de esta crisis alimentaria.
El impacto del cambio climático que afecta a la producción agrícola y ganadera, además de los conflictos que afectan con intensidad a Afganistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, el Noreste de Nigeria, la región del Lago Chad, Sudan del Sur, Siria, Yemen, Libia y el Sahel central (Mali y Níger) serán impulsores de un aumento de la crisis alimentaria en 2018, indican los expertos. La situación de Yemen, continuaría siendo la más preocupante, previéndose un aumento dramático de la inseguridad alimentaria debido al acceso restringido de alimentos, los brotes de enfermedades y el colapso económico.
Además, el clima seco extremo influirá en la producción agrícola y ganadera, las zonas pastoriles de Somalia, sureste de Etiopia, el este de Kenia, África occidental y países del Sahel como Senegal, Chad, Níger, Malí, Mauritania y Burkina Faso, impulsarían la inseguridad alimentaria.
El informe indica que esas cifras alarmantes fueron más elevadas por la inseguridad alimentaria en África, que daba cuenta que cerca del 23% de la población subsahariana sufría de hambre crónica y que en África oriental ascendía al 34%.
“Incluso algunos países que han tenido éxito en reducir la inseguridad alimentaria sufrieron un revés, en especial debido a la prolongada sequía causada por el impacto de El Niño”, dijo Graziano da Silva al intervenir en un evento sobre Hambre Cero celebrado en el marco de la Conferencia Regional de la FAO para África.
Sin embargo, Graziano da Silva se muestra optimista ya que manifiesta que existe la voluntad política de redoblar los esfuerzos contra el hambre, como lo demuestra el gran protagonismo dado a esta cuestión en la reciente Cumbre de la Unión Africana, a la que además de los principales líderes del continente, asistió el Secretario General de la ONU, António Gutteres, La FAO presentó el informe “Lograr el Hambre Cero en África para 2025. Balance del progreso realizado”, que contiene las actas de la Reunión de Alto Nivel que la Unión Africana mantuvo en enero. En África, el hambre sigue siendo la principal causa de muerte entre los niños menores de cinco años.
Josefa Sacko, Comisaria de Economía Rural y Agricultura de la Unión Africana, admitió que, con respecto al compromiso de erradicar el hambre en 2025, "nos estamos quedando atrás y todavía queda mucho trabajo delante nuestro por hacer para erradicar el hambre en 2025". Sin embargo, señaló que había motivos para el optimismo.
“El Hambre Cero es factible. Depende de nosotros”, exhortó el Director General de la FAO, “Es hora de redoblar nuestros esfuerzos y presionar para lograr un compromiso político y actuaciones concretas y oportunas, como nunca habíamos visto”.
Las prioridades para África son la intensificación del desarrollo económico, la seguridad alimentaria, la eliminación del hambre y el control de enfermedades, así como la pacificación del continente. En su discurso de apertura, Paul Kagame, presidente de Ruanda, país que ejerce la presidencia rotativa de la UA, expreso que "Estaremos en una mejor posición para empujar nuestra fuerza de crecimiento y nuestra unidad y para asegurar los legítimos intereses de África en la escena internacional", Kagame dijo además que el AfCFTA impulsará la prosperidad e incrementará el valor añadido de los productos y servicios africanos.
Los analistas sostienen que la descripción de África como un continente pobre podría cambiar, solo si se mantiene unida. Para los especialistas, la reciente creación de la zona de libre comercio, combina la facilidad del libre movimiento de bienes y servicios, la inversión en infraestructura y la promoción del desarrollo, entre otros beneficios.