Desde el estallido de la llamada “Doble Revolución”, es decir, de la “Revolución Industrial” y la “Revolución Liberal”, las repúblicas han estado reemplazando a las monarquías y amenazando con enviarlas al desván de Clío.
Para sobrevivir las monarquías mutaron de “absolutas” a “constitucionales”. En el siglo XXI los reyes de las monarquías constitucionales reinan pero gobiernan muy poco o directamente no gobiernan.
¿Cuál es entonces el objeto de mantener una monarquía?
En los Estados donde se han establecido monarquías constitucionales, el rey simboliza la unidad de la Nación.
Es decir, que el único campo en que la función del rey como gobernante no puede ser cuestionada es cuando interviene en cuestiones en que está en juego la unidad nacional o la vigencia del orden constitucional, es decir, el estado de derecho.
Por lo general, en los Estados modernos ni la unidad nacional ni el orden constitucional suelen estar con frecuencia en cuestión. Por lo tanto, los monarcas constitucionales tienen poco trabajo y alguien puede pensar que son innecesarios. Un resabio del pasado que se niega a desaparecer.
Pero, las monarquías constitucionales son particularmente útiles en los Estados donde el regionalismo amenaza continuamente la unidad nacional.
Este precisamente es el caso de España donde no sólo los catalanes tienen aspiraciones secesionistas. También los vascos, gallegos y canarios albergan los mismos descabellados sentimientos de constituir micro estados independientes.
Es precisamente en los momentos de crisis donde se mide la estatura como estadista de un gobernante. Quienes dudaron de que el rey Felipe VI tuviera las mismas dotes políticas de su padre, el renunciante rey Juan Carlos I, han podido comprobar ayer que sus dudas eran infundadas.
En un breve discurso fijando la posición de España sobre el problema catalán, Felipe VI demostró estar a la altura de las circunstancias.
El rey Felipe VI fue claro se defenderá la integridad del Reino y el orden constitucional hasta las últimas consecuencias y los españoles de Cataluña no están solos. Era lo que muchos esperaban oír con decisión y claridad.
Ahora la pelota está del lado de los independentistas. Pero deberían pensar muy bien sus próximas acciones antes de que la situación se agrave aún más.
Para los que deseen conocer íntegramente la posición de Felipe VI sobre el independentismo catalán, Alternative Press Agency reproduce íntegramente su discurso.
MENSAJE COMPLETO DEL REY SOBRE CATALUÑA
“Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.
“Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.
“Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.
“Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ?desgraciadamente? a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.
“Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.
“En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.
“Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.”
Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.
A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.
Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.
Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.
Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.
Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España.