En ocasión del 23 aniversario de su ascenso al Trono, el Rey Mohammed VI pronunció ayer un discurso de fuerte contenido social
El Reino de Marruecos celebró, el sábado 30 de julio, el 23º aniversario del ascenso al Trono del Rey Mohammed VI, sin celebraciones ni actos oficiales. Incluso se suspendió la ceremonia con que prestan su juramento de fidelidad los oficiales graduados de las diferentes escuelas militares y de seguridad, la tradicional ceremonia de la “beia” en la que los notables rinden pleitesía al Rey, y los desfiles callejeros que atraen habitualmente a miles de alegres ciudadanos.
En esta ocasión, el habitual discurso que el Rey pronuncia dirigiéndose al pueblo tuvo un fuerte contenido social debido a la particular situación que vive el Reino.
En el último año, Marruecos, que se estaba recuperando aceleradamente de las consecuencias humanas y económicas de la pandemia del COVID, se vio afectado por el incremento en los precios de la energía y los alimentos producto de la invasión rusa a Ucrania que generó un alza en las tasas de inflación en todo el mundo y también en Marruecos.
A esto se ha sumado un remezón del cambio climático con una pertinaz sequía y altas temperaturas, que afectó a la producción agrícola del Reino, incrementando el precio de los alimentos en el mercado local y reduciendo los saldos exportables.
De allí la preocupación del monarca alauí en su discurso por las consecuencias de estos problemas sobre los sectores menos favorecidos del pueblo marroquí.
El Rey Mohammed VI comenzó su alocución destacando que entre “las reformas más importantes que hemos podido realizar, está la promulgación del Código de Familia y la adopción de la Constitución de 2011 que consagra la igualdad entre la mujer y el hombre”, un avance absolutamente revolucionario para una sociedad islámica, árabe y africana.
El monarca destacó que el Código no constituye una normativa destinada al hombre o a la mujer sino un código destinado a regular las relaciones entre el hombre, la mujer y los hijos, es decir, una legislación orientada a equilibrar las relaciones entre todos los miembros de la familia.
Como “Emir de los Creyentes”, el Rey Mohammed VI destacó que no se propone hacer lícito lo que Dios prohibió, ni tampoco prohibir lo que Dios ha considerado como lícito.
Por lo tanto, los tribunales de familia deben obrar con respeto a la sharía islámica y a las particularidades de la sociedad marroquí optando por la moderación, el diálogo, la consulta y el esfuerzo interpretativo para resolver los casos sometidos a su jurisdicción.
Luego el monarca marroquí pasó revista a la complicada situación socioeconómica que atraviesa el Reino debido a la pandemia y las complicaciones surgidas en el escenario internacional.
Destacando los esfuerzos realizados para extender los beneficios de una cobertura de salud a gran parte de la población marroquí.
El Seguro Médico Obligatorio superó los seis millones de trabajadores no asalariados y sus familias.
Estas prestaciones médicas se complementan con el Régimen de Asistencia Médica (RAMED) que brinda asistencia médica solidaria a la población sin recursos.
Hacia finales de 2023, el Reino extenderá los beneficios de las prestaciones médicas familiares al grueso de la población marroquí. Este avance hacia el Estado de Bienestar es también un hecho inédito en África.
Para aliviar el impacto de la crisis económica sobre la población, el gobierno marroquí que sigue expresas directivas del Rey ha establecido subvenciones para los precios de los productos básicos de la canasta familiar de forma tal que se mantengan accesibles para los consumidores.
El Rey Mohammed VI anunció que el Fondo de Compensación, en 2022, se ha duplicado alcanzando los 3.200 millones de dólares.
El Rey concluyó este tópico de su discurso exhortando a los círculos políticos y empresariales a colaborar con el gobierno para atraer inversiones extranjeras que dinamicen la economía marroquí.
El monarca alauí concluyó su discurso como en otras ocasiones, tendiendo su mano fraternal al pueblo argelino para lograr un entendimiento pacífico.
“Quiero exhortar a todos los marroquíes a seguir engalanándose con los valores de fraternidad solidaridad y buena vecindad que nos unen a nuestros hermanos argelinos, a los que queremos asegurar que siempre hallarán, a Marruecos y a los marroquíes, a su lado en todas las circunstancias y situaciones”, señaló el Rey.
Trabajando para la paz y la concordia de los pueblos del Magreb, el Rey Mohammed VI agregó finalmente: “jamás permitiremos que nadie ofenda a nuestros hermanos y vecinos.”
Las palabras de Su Majestad Mohammed VI parecieron estar destinada a apaciguar los ánimos belicistas que imperan en el gobierno argelino desde que el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por parte de los Estados Unidos y España arrojó un balde de agua fría sobre sus aspiraciones geopolíticas de Argelia de lograr una salida al océano Atlántico a través de eventual Estado títere saharaui en el Sur.
En un marco de máxima austeridad y sobriedad acorde con un país que aún llora a sus muertos por el COVID y atraviesa por una crisis económica, el Rey Mohammed VI pronunció un discurso acorde con las urgencias del momento y destinado a dejar en claro al pueblo marroquí que su Rey comprende las penurias por que atraviesan y que trabaja incansablemente para solucionar sus problemas y reducir sus sufrimientos.
Sin duda, en medio de una tormenta que, de improviso, se abate desde afuera sobre Marruecos, la firme mano del Rey Mohammed VI llevará al navío a un puerto seguro y con las menores penurias posibles.
Es por lo que, el pueblo marroquí celebró ayer con alegría y sobriedad un nuevo aniversario del reinado de Mohammed VI, esperando contar con su sabia protección por muchos años más.