El Rey de Marruecos, Mohammed VI, siempre ratifica sus palabras con hechos. El 31 de julio pasado en su discurso de la Fiesta del Trono tendió una mano a Argelia diciendo: “…quiero asegurar a nuestros hermanos en Argelia diciéndoles que de Marruecos jamás os llegarán daños ni problemas; tampoco os alcanzará ningún peligro ni amenaza, porque todo lo que os afecta, a nosotros también nos afecta y lo que os daña, a nosotros nos daña igualmente.
“Por ello consideramos que la seguridad y estabilidad de Argelia, así como la tranquilidad de su pueblo, forman parte de la seguridad y estabilidad de Marruecos, y viceversa, ya que todo cuanto sobrevenga a Marruecos, ha de repercutir sobre Argelia, porque los dos constituyen un solo cuerpo.”
Actuando en consonancia con esas palabras, ayer miércoles 11 de agosto, ordenó poner a disposición del gobierno de Argelia dos aparatos Canadair CL-25 para colaborar en la extinción de los más de noventa focos activos de fuego que asola la región de la Cabila, situada en el Norte del país cerca de Argel.
Los Canadair son modernos hidroaviones especializados en la extinción de incendios forestales.
Los incendios en Argelia afectan a 14 de las 39 wilayas (provincias del país se ha cobrado hasta el momento al menos a noventa personas (entre ellas a 28 militares que colaboraban en la extinción del fuego.
Las deflagraciones fueron provocadas por las altas temperaturas y la sequía que afecta al Norte de África con temperaturas superiores a los 45°C y que se extenderá al menos hasta el próximo 15 de agosto. Aunque no se descarta la participación humana en el inicio de algunos focos.
El gobierno del presidente Abdelmadjid Tebboune, que dispone de muchos aparatos de combate no cuenta con aviones preparados para la lucha contra el fuego pese a que estos siniestros se producen anualmente (el año 2020 afectaron a 44.000 hectáreas), no ha respondido al generoso ofrecimiento marroquí y ha preferido requerir ayuda a los países europeos para combatir los incendios.
Una vez más el gobierno argelino coloca a las pujas ideológicas y geopolíticas por encima de las necesidades de su pueblo.
No obstante, el Rey de Marruecos, Mohammed VI persevera en su labora humanitaria y en sus incansables esfuerzos para lograr un entendimiento con su vecino magrebí.