Desde el pasado 29 de enero, en que se inició la campaña de vacunación en Marruecos con la inoculación del Rey Mohammed VI, de 57 años, en un gesto destinado a dar confianza y alentar a los marroquíes a vacunarse; el Reino magrebí a vacunado a cuatro millones de los treinta y seis millones de habitantes, convirtiéndose en uno de los diez primeros países del mundo en vacunar una mayor proporción de su población, según la Organización Mundial de la Salud.
El Reino de Marruecos es también el país africano que ha aplicado el mayor número de vacunas en el continente más rezagado en la vacunación contra el Covid, donde tan solo doce de sus países miembros han iniciado la inoculación de vacunas.
Marruecos ha vacunado hasta ahora 4.169.133 personas con una dosis y a 1.224.959 de ellos con dos dosis. Cifras que se incrementan diariamente a un ritmo de aproximadamente cien mil nuevos vacunas al día.
El Reino de Marruecos ha adquirido sesenta y seis millones de dosis de diversos proveedores mundiales pero, hasta el momento, sólo ha recibido 8.500.000 vacunas casi en su totalidad de la firma china Sinopharm y de la británica AstraZeneca, está última fabricada en India.
Para la administración de los fármacos, el Reino ha instalado 3.037 vacunatorios fijos a lo largo de todo el territorio nacional (más de la mitad de ellos en el ámbito rural). Además ha establecido setecientas unidades de vacunación móvil en las diversas provincias para llegar con las vacunas a las zonas más remotas e incluso efectuar la vacunación puerta a puerta allí donde se hace necesario.
El objetivo de la campaña de vacunación es inocular en forma gratuita al 80% de los residentes en Marruecos (extranjeros incluidos) mayores de 17 años.
Desde el estallido de la pandemia, Marruecos ha creado un fondo especial, conformado por donaciones del Trono y empresas marroquíes, para financiar la gestión de la crisis y reforzado el presupuesto sanitario con 280 millones de euros provenientes de este fondo para adquirir equipos médicos, insumos de laboratorio, medicamentos y ahora vacunas para enfrentar la situación. También aplicó medidas de aislamiento, cierre de fronteras, apertura muy limitada del espacio aéreo, cierre de comercios y toque de queda.
Adicionalmente a las medidas de profilaxis local, el Rey Mohammed VI tiene el propósito de convertir a su Reino en un centro continental para producir vacunas apoyándose en el desarrollo farmacéutico del país y la fortaleza de su economía pese a la recesión generada en todo el mundo por la pandemia.
Para alcanzar ese objetivo, el reino magrebí ya ha suscripto un acuerdo con Sinopharm para instalar en Marruecos una planta de producción de vacunas.
El acceso de Marruecos a las vacunas de Sinopharm y la asociación estratégica con China para producir localmente los fármacos fue posible a partir de una conversación telefónica entre Mohammed Vi y el presidente chino Xi Jinping, el pasado 22 de julio.
La preocupación del Rey Mohammed VI por todos los marroquíes se extiende también a aquellos de origen saharaui retenidos en los campamentos argelinos de Tinduf.
Recientemente, el Rey ofreció al gobierno argelino veinte mil dosis de las vacunas en forma gratuita para que el personal de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental procedieran a supervisar la inoculación de la población. Lamentablemente, Argel indiferente ante la suerte de la población de los campamentos nunca respondió al ofrecimiento.
El Reino de Marruecos conducido por el Rey Mohammed VI ha demostrado nuevamente que es un ejemplo mundial de como enfrentar y desarrollar con éxito una crisis.