La aparición del Movimiento Saharaui por la Paz, un nuevo nucleamiento político que disputa al Frente Polisario la representación de la población marroquí de origen saharaui, abre la posibilidad de nuevas instancias de diálogo que permitan concretar el retorno de esas personas la territorio patrio para vivir en un régimen de autonomía dejando las condiciones infrahumanas de los campamentos de Tinduf, hoy bajo el control de Argelia y las milicias polisarias.
El miércoles pasado, un centenar de políticos y luchadores por los derechos humanos de origen saharaui han constituido un nucleamiento denominado Movimiento Saharaui por la Paz como instancia superadora del agotado Frente Polisario.
Entre los fundadores del nuevo Movimiento figuran descendientes de miembros de la Asamblea de Notables de la etapa colonial española y miembros de la Iniciativa Saharaui por el Cambio, hasta ahora una corriente crítica dentro del Frente Polisario que intentó sin éxito llevar a cabo algunas reformas democratizadoras desde interior de ese partido y expresos políticos recientemente salidos de las cárceles de Tinduf, aun con el recuerdo fresco de la brutalidad y torturas de los separatistas.
Los fundadores de la nueva agrupación han lanzado un amplio llamamiento a todos los saharauis a “adherirse” y “participar sin exclusiones ni discriminaciones de ningún tipo” para lograr una solución al conflicto que “desde hace décadas ha estado hipotecando la paz, la integración y el desarrollo de los pueblos del Magreb Árabe”.
El Movimiento Saharaui por la Paz se propone concretar “un plan de reconstrucción integral, la puesta en marcha de nuevos proyectos de desarrollo e infraestructuras socioeconómicas y por último el retorno de los refugiados saharauis en condiciones de libertad y dignidad”.
“Entre los principios y valores que asume el Movimiento Saharaui por la Paz destaca la defensa de la convivencia, la igualdad, el reparto equitativo de la riqueza, así como la protección de los derechos humanos, económicos, sociales y culturales de la población”, ha señalado, antes de desvelar que su lema será: “Paz, Justicia, Concordia”.
En este sentido, ha destacado que sus autoridades se pondrán en contacto con Naciones, Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, España, Marruecos, el Frente Polisario, Argelia, Mauritania, Francia y los Estados Unidos para intentar concretar una solución a la cuestión del Sáhara.
Por último, ha confirmado que su primer congreso tendrá lugar durante los próximos dos años. Mientras tanto, la representación del Movimiento Saharaui por la Paz estará en manos de una comisión política integrada por trece miembros, entre los cuales se designará un Primer Secretario como máxima autoridad provisional para coordinar las acciones del Movimiento.
La aparición del Movimiento Saharaui por la Paz es una consecuencia directa de la falta de democracia y del régimen estalinista que impera dentro del Frente Polisario donde todas las decisiones e iniciativas deben consultarse con Argel y solo se llevan a cabo aquellas actividades que benefician de alguna manera a un liderazgo gerontocrático, que no vive en los campamentos sino que, tras enriquecerse durante años rapiñando la ayuda humanitaria recibida del extranjero, hoy disfrutan de sus privilegios viviendo entre España y Argelia.
Con la aparición del Movimiento Saharaui por la Paz, el Frente Polisario pierde el argumento que ha esgrimido desde su creación de ser el único representante del pueblo saharaui, y por lo tanto la única voz de esta minoría étnica frente al mundo y en los organismos internacionales