Como todos los años al conmemorarse un nuevo aniversario del momento en que el rey Hassan II movilizó a su pueblo para llevar a cabo la gloriosa gesta de poner fin a la presencia colonial en Marruecos recuperando su soberanía sobre las provincias del Sur su hijo y heredero, Mohammed VI, actualiza su legado lanzando un ambicioso programa de desarrollo económico y humano en esta región.
El rey Mohammed VI ha querido que el 44° Aniversario de la Marcha Verde de 1975, fecha que anualmente conmemora la reafirmación de la alianza que vincula indisolublemente al pueblo marroquí con la monarquía alauí en la defensa de la integridad territorial de Marruecos, constituya el hito inicial de una nueva etapa en la vida de todos los marroquíes.
En este nuevo mensaje al pueblo marroquí, el monarca alauí reiteró aspectos centrales de la visión geopolítica que ha guiado a su reinado desde su ascenso al trono en 1999.
Ellos son, en primer termino la reivindicación de la plena soberanía de Marruecos sobre su territorio poniendo fin a las aspiraciones separatista que un grupo de marroquíes de origen saharaui mantienen con el apoyo de Argelia y otros compañeros de ruta.
Reivindicación que no se limita a la batalla diplomática en los organismos internacionales, ni en una mera propuesta discursiva, sino que para Mohammed VI pasa por la plena y concreta integración de las provincias del sur al resto del Reino y el desarrollo sostenido de esa región impulsando la actividad económica, el desarrollo sustentable, el pleno empleo y el disfrute de los servicios sociales (sanitario, educativos, jurídicos, etc.) en el marco de una regionalización avanzada y de una futura autonomía.
En este sentido el Monarca ha establecido un nuevo objetivo geopolítico para la integración territorial de Marruecos: “enlazar Marraquech y Agadir por vía férrea, en espera de extenderla a las demás regiones del sur, amén de potenciar la red de carreteras” con una autopista entre Agadir y Dajla. Esta línea [férrea] contribuirá a desenclavar estas zonas así como a promover su desarrollo y activar su economía, particularmente en el ámbito del transporte de viajeros y mercancías, potenciando las exportaciones y el turismo y demás actividades económicas. De igual modo, constituirá una palanca para la creación de numerosas oportunidades de empleo, no sólo en la región de Sus, sino también en todas las zonas vecinas. En efecto, la región de Sus-Massa debe convertirse en un centro económico que enlace el norte de Marruecos con su parte sur, desde Tánger en el norte y Uxda al este, hasta alcanzar nuestras provincias saharianas.”
Luego, el monarca ha reiterado su firme compromiso con la participación del Reino de Marruecos en los asuntos africanos. Para ello ha destacado que el Sáhara marroquí es la puerta de entrada y proyección geopolítica del Reino en África, detallando algunos de los esfuerzos realizados durante su reinado: “Hemos colocado nuestro continente en el centro de Nuestra política exterior. Hemos efectuado numerosas visitas a diferentes países africanos, y mil acuerdos aproximadamente fueron firmados, abarcando el conjunto de los ámbitos de cooperación”, concluyó Mohammed VI.
Esta intensa y activa política exterior centrada en África, ha ganado para el rey Mohammed VI, el título de “El africano”, con que muchos de los marroquíes lo identifican.
En tercer término, el Rey de Marruecos ha señalado que la integración del Reino al continente africano comienza precisamente en el Magreb. Para ello el monarca alauí ha aprovechado la ocasión para reiterar la necesidad de avanzar en la concordia y la pacificación de la región magrebí como primer paso para una real y efectiva integración económica y diplomática de los Estados que lo integran dejando de lado antiguas rivalidades y aspiraciones hegemónicas. “Nuestro empeño en realizar un desarrollo equilibrado y equitativo en todas las regiones del Reino sólo es comparable a Nuestro compromiso de establecer relaciones sanas y fuertes con los Estados magrebíes hermanos”, declaró el monarca marroquí.
Mohammed VI ha fundamentado la urgencia de la integración magrebí explicando los imperativos humanos y geopolíticos de este particular momento histórico: “ La juventud magrebí nos reclama un espacio abierto que favorezca la comunicación y el intercambio; lo mismo que hace el sector de los negocios con las condiciones necesarias para promover el desarrollo; nuestros socios, especialmente los europeos, necesitan un socio eficiente; nuestros hermanos subsaharianos esperan la contribución de nuestros países en los grandes programas y desafíos que el continente afronta y nuestros hermanos árabes desean la participación del gran Magreb, en la construcción de un nuevo orden árabe.”
Como en otras ocasiones, el discurso del 44° Aniversario de la Marcha Verde ha servido para mostrar que el rey Mohammed VI es un verdadero estadista que trabaja activamente y responsabilidad pensado en el futuro del Reino y en el legado de prosperidad y desarrollo que dejará para las futuras generaciones.
También muestra a un Marruecos pujante y estable que se proyecta cada día más como un actor central en la política africana, en el mundo árabe y en la región mediterránea. Escenarios donde precisamente no abunda el crecimiento económico, la estabilidad política e incluso donde la paz suele ser un bien escaso.
En los últimos veinte años del reinado de Mohammed VI, Marruecos se ha convertido claramente en una potencia emergente en el escenario internacional a la que hay que tomar cada día más en consideración en los asuntos mundiales.